En algún lugar hay algo que necesitas leer.
Ultras pro-israelíes acosan a una influencer infantil por hablar de las muertes de niños en Gaza
Rachel Griffin Accurso, conocida como Ms Rachel, es una creadora de contenido infantil internacionalmente famosa. Tiene 15 millones de seguidores en YouTube; 6,5 millones en TikTok y otros tres millones en Instagram. Es profesora de infantil, y un retraso en el habla de su hijo le animó a crear contenido educativo para ayudar a las familias con una problemática parecida. Cientos de miles de niños la adoran, a ella y a su outfit vaquero. Ha grabado más de 100 vídeos interactivos dedicados al aprendizaje de las letras, los números, las estaciones. La temática de su contenido en redes sociales ha cambiado, sin embargo, desde el inicio de la guerra en Gaza y la ofensiva israelí, que ha acabado ya con la vida de 17.000 niños.
Desde el pasado octubre de 2023, Ms Rachel ha dedicado gran parte de sus esfuerzos a concienciar online sobre las consecuencias de los ataques de Israel en la Franja. De los 17.000 menores que han muerto bajo los bombardeos del ejército israelí y el hambre, 1.000 de ellos eran bebés de menos de un año, según datos del Ministerio de Sanidad gazatí. La influencer neoyorquina ha participado en campañas de recogida de alimento, en recaudaciones de fondos para familias de Gaza, comparte estadísticas sobre la destrucción israelí con su audiencia.
“Me importan mucho todos los niños del mundo. Los palestinos, los israelíes, los estadounidenses. Musulmanes, judíos, cristianos. Todos, en cualquier país”, decía en uno de sus últimos vídeos. “Recoger dinero para los niños que se están muriendo de hambre, que no tienen comida ni agua, que están siendo asesinados, es humano”, añadía.
Todo ello le ha valido un claro enemigo: la población ultraconservadora y pro-israelí de Estados Unidos, así como sus organizaciones. La influencer infantil ha recibido miles de ataques online, que la acusan de simpatizar con el grupo terrorista Hamás. En marzo, el medio New York Post la llamó “lava-cerebros woke” en uno de sus artículos. En mayo, la organización pro-israelí StopAntisemitism pidió a la justicia de Estados Unidos que investigase si la profesora actuaba como un agente secreto extranjero. En una carta abierta a la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, reclamaban a las autoridades averiguar si Accurso estaba “siendo remunerada por difundir propaganda alineada con Hamás entre sus millones de seguidores”.
“Avergonzaos de vuestro silencio”, respondía a los políticos y gobernadores Ms Rachel hace unos días en un vídeo de TikTok. “Habéis visto los mismos vídeos e imágenes que todos nosotros, pero no os ha conmovido como para hacer nada”, continuaba. Ms Rachel mencionaba el caso de Hamdi al Najja, el médico fallecido este fin de semana que perdió a nueve de sus diez hijos en un ataque con misiles a su casa en Gaza. Solo sobrevivió una de sus hijas pequeñas, presente en el lugar del bombardeo y cuyo vídeo andando entre las llamas se viralizó esta semana, y su mujer, también doctora, que estaba trabajando en un hospital de campaña.
“Es vergonzoso que normalmente peleéis por todas las injusticias y por los niños de todo el mundo, pero que ahora no lo estéis haciendo porque son palestinos. Es vergonzoso que no veáis a los palestinos y a sus niños como personas normales. Avergonzaos de poner vuestro dinero, posición en el poder, carrera y reputación por delante de la vida de los niños palestinos”, continuaba, antes de concluir: “Lo que está mal es estar callado”.
No es la primera vez que Ms Rachel ha sufrido acoso y una campaña de difamación online. También ha sido objeto de ataques por celebrar y felicitar el mes del orgullo LGTBIQ+ y asegurarse de que su espacio en redes sociales es seguro para todos los niños.
“Que este tipo de cosas —preocuparse por niños inocentes— sean polémicas es una clara señal de lo mucho que nos hemos alejado de nuestro núcleo moral como sociedad, y un recordatorio de la inhumanidad que impregna este momento político. Personas como Accurso son una aberración en un mundo en el que las malas noticias son las que más clics generan y en el que se supone que todos debemos estar insensibilizados ante la forma en que se sigue arrebatando la vida a personas vulnerables y las pocas protecciones que les quedan”, escriben sobre ella y la polémica que le rodea en el periódico inglés The Guardian.