ENTREVISTA
Andrea y su sentencia acicate para romper el sistema binario de género: “Es importante abrir la mente”

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Javier Ramajo

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La Ley Trans aprobada en febrero dio la espalda al reconocimiento de las personas no binarias. Fue una “decepción” para Andrea Speck, aunque era “previsible desde hacía un año”. Ahora, Andrea ha cogido por bandera la decisión del TSJA de obligar al Ministerio del Interior a que deje de ser considerado “hombre” en el Registro General de Extranjeros de países de la Unión Europa y quede registrado como “indeterminado”, “X” o una expresión equivalente. La sentencia, firmada en Sevilla, quiere servir de acicate para una mayor igualdad y ha dado pie a un movimiento que no deja lugar a dudas de sus pretensiones: '¡Tercera Opción Ya!'. O lo que es lo mismo: abrir una tercera opción para romper el sistema binario de género. “Es importante abrir la mente”, resume.

Andrea, de 58 años y origen alemán, atiende a elDiario.es Andalucía en un bar junto al Arco de la Macarena, muy cerca del lugar donde vive, en Sevilla, donde reside desde hace casi diez años procedente de Londres. Reconoce que no esperaba la repercusión de su caso pero tiene claro que no quiere “desaprovechar la oportunidad” de intentar movilizar al colectivo no binario en España (“tampoco somos tantos”, bromea) con una finalidad “para que no se cierre la ventana que se ha abierto con la sentencia” después de que “fallara la vía parlamentaria”, expresa con claridad.

Pese a ser sabedor de que la 'Ley Trans' no consideró finalmente que las administraciones públicas debieran garantizar que la documentación y los formularios se adecúen a la diversidad, ni tampoco instó a articular medidas para omitir la mención relativa al sexo en los documentos oficiales, la vía de los tribunales se ha abierto con su historia. El precedente es claro: modificar el dato de “hombre” o “mujer” por otra alternativa “indeterminado” o equivalente “es una pretensión en principio legítima para el solicitante e incluso aconsejable para la propia Administración a fin de disponer de información real”, relataron los jueces en una resolución aplicable a ciudadanos en España procedentes de países miembros de la UE.

Así las cosas, Speck apuesta por “hacer masivo” ese precedente. “Yo ya ha ganado”, dice, pero sabe de su “visibilidad” y pretende ahora “aprovechar el momento” en previsión de que “se pueda cerrar esa ventana abierta si no la usamos”. Sabedor de la existencia de organizaciones como 'No Binaries España', también ha querido contactar directamente con personas no binarias de Barcelona, Murcia, Galicia, Córdoba o Madrid, enumera, “no para formar una organización o algo parecido sino para trabajar en red”, huyendo de momento de trámites burocráticos para conformar una asociación o similar.

Andrea comenta que se trata una comunidad muy diversa pero que el objetivo de esta campaña en construcción por un grupo promotor de una decena de personas es que exista una tercera opción a la hora de hacer saber el género a la administración pública o a empresas. “¿Qué importa ser hombre o mujer para hacer la declaración de la renta? ¿O para pedir una ayuda para el alquiler? ¿O para comprar un billete de Renfe o abrirme una cuenta en el banco?”, ejemplifica Andrea.

Comprado el dominio y elaborando una web sencilla a través de un “trabajo colectivo en alianza”, quieren “hacer visibles otras caras”. Su momento de fama ya pasó pero sabe que una puerta se ha abierto con su caso, insiste Andrea. Hablamos de identidad de género, que puede coincidir o no con el sexo biológico, explica.

“No hace falta”

“Lo ideal es que desaparezca ese dato del sexo. No hace falta. Hay que evitar discriminaciones”, argumenta. Aunque reconoce que es algo “demasiado utópico” aspirar a dejar esa casilla en blanco, Andrea cita una decisión precisamente del Constitucional alemán que en 2017 permitió inscribir a personas de un tercer sexo en el registro civil como “inter”, “diverso” u otro término que describa su identidad sexual.

El objetivo con el que arranca la campaña: una tercera opción para romper el sistema binario de género. Comenta Andrea que aún hay “mucho desconocimiento” en la sociedad acerca de estas cuestiones aunque aprecia avances. “Antes se extrañaban en un bar cuando preguntabas por el baño para personas no binarias. Ahora me dicen que no hay pero no me preguntan qué es eso. Ya no me miran preguntándome de qué planeta soy”, recuerda mientras reconoce que se siente más segura en el servicio de mujeres.

Andrea relata la vulnerabilidad y los sufrimientos personales que conllevan ser una persona no binaria, según cada caso, cada familia o cada entorno educativo, ya que reconoce que, dentro del coletivo LGTBIQ+, las personas no binarias “intentan visibilizarse menos”. De ahí la campaña que inicia a partir de su caso. “Para mí es importante abrir la mente”, resume, y hacer ver que “la apariencia de hombre no tiene por qué sentirse un hombre también”.

Sabe que es una cuestión compleja pero apuesta por “buscar maneras creativas hasta que podamos cambiar la organización, que es muy binaria”. “Hace falta mucha educación social para que podamos vivir tranquilamente, porque todo está organizado de manera binaria”, concluye Andrea, que se pregunta “qué pasa con las personas que no encajamos en ese modelo”. Al menos, que se les entienda, que se les respete, sencillamente, asiente.

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