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El vertido “inaceptable para la salud” de una empresa química en Tarragona no desaparecerá hasta 2022

Zona industrial de Flix (Tarragona)

Raúl Rejón

Una contaminación química de “riesgo inaceptable para la salud” ha estado empapando el suelo en Flix (Tarragona) desde hace décadas. La actividad industrial de la firma Ercros en la localidad ha afectado gravemente el terreno en el que ha estado operando desde “los años 70 del siglo pasado”. La extensión de terreno con productos tóxicos llega a los 16.000 metros cuadrados.

Una contaminación que presentaba niveles intolerables para la salud humana se coló por el subsuelo afectando a terrenos más allá de la linde de la fábrica, y también afectó a las aguas subterráneas, de acuerdo con un informe técnico de la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC) de febrero de 2011, al que ha tenido acceso eldiario.es a través de filtrala.org, el buzón para filtraciones anónimas y seguras en el que participa junto a La Marea, Diagonal y Mongolia.

Los químicos tóxicos se detectaron en 2007, según un primer estudio de la Agencia Catalana del Agua, fechado en 2008. Los primeros trabajos de limpieza, según informa la ARC, “se iniciaron a finales de 2012”. La misma agencia explica que “el proyecto de recuperación se completará en unos 10 años”.

La parcela contaminada se llama L'Aubal y la había comprado el Instituto Catalán del Suelo (INCASOL) para ampliar el polígono industrial de Flix. Vista la condición del terreno, el INCASOL rescindió la compra el 11 de abril de 2011. Los tóxicos que Ercros vertió al terreno y al agua suponían “un riesgo toxicológico y cancerígeno inaceptable para los receptores de futuros escenarios de la nave industrial y oficinas”, dice el texto. Un peligro inaceptable por los “efectos cancerígenos a partir de los compuestos” hallados, según recoge específicamente la valoración del riesgo para la salud humana del informe.

Tóxicos transportados por el agua

El foco tóxico estaba en otra parcela propiedad de Ercros, denominada Depósito, donde se vertían residuos. Pero el terreno permeable conducía la contaminación hacia otras partes del complejo. La distribución de la contaminación se dio, según los especialistas, por la circulación del agua. Desde que se tuvo conocimiento técnico de este hecho, en 2007, hasta las primeras labores efectivas de limpieza, en 2012, pasaron cinco años.

Sin embargo, Ercros ha explicado a eldiario.es que “desde 2005 se llevan a cabo en la fábrica de Flix estudios sobre la calidad del suelo, subsuelo y aguas subterráneas, tutelados por las administraciones competentes: Agencia de Residus de Catalunya (ACR), Agencia Catalana de l’Aigua (ACA) y Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)”.

“Ha habido una total falta de información pública sobre este episodio de riesgo para la salud de los ciudadanos”, se queja Miquel Llop, de Ecologistas en Acción. Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Ebro considera que se trata de “expedientes entre la administración y la empresa interesada” a los que no hay obligación de dar publicidad. Llop asegura que ese “oscurantismo atenta contra cualquier sentido común” y pide respuestas a los responsables políticos acerca de “qué efectos puede haber tenido o estar teniendo la contaminación sobre la salud de los vecinos”.

El peligro del que se han hecho eco las agencias gubernamentales de la Generalitat se basa en la inhalación de vapores “como consecuencia de las elevadas concentraciones detectadas en las aguas subterráneas”, tal y como figura en la propuesta de resolución de Suelo Contaminado de la ARC, fechada el 21 de febrero de 2011.

La burocracia como prórroga

La tramitación burocrática de los expedientes le ha otorgado una prórroga a la contaminación en Flix. La ACR ha hecho responsable oficialmente a Ercros de vertidos nocivos, pero hasta 2012 no empezaron a realizarse las tareas para solventar este problema. “En 2012 se aprobó el proyecto de recuperación ambiental correspondiente a los dos sectores: el Depósito y L'Aubal. En el caso del primero, la tarea consiste en la extracción de la fase contaminante más pesada, el sellado del depósito y la adecuación y corrección del torrente adyacente”, explica una portavoz de la ARC.

Es decir, se trata de sacar los productos que se fueron arrojando, tapar el vertedero e impedir que el agua siga fluyendo. “En el caso de L’Aubal, la tarea consiste en la intercepción del penacho de contaminación y la extracción y tratamiento de los efluentes contaminantes”, indica. Esto es, limpiar el suelo de los productos que llegaron desde la fábrica de Ercros.

Al estar implicada el agua subterránea, también tuvo conocimiento de este caso la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que en mayo de 2012 todavía estaba requiriendo a Ercros que le enviara una “propuesta de valores objetivos de la restauración” del acuífero que se había contaminado con los químicos de la fábrica. La CHE ha respondido a este diario que “los trabajos para la recuperación de la calidad del agua se están llevando a cabo en tiempo y forma”. Aunque también indican que el calendario de finalización supera los cuatro años. Esta contaminación, afirman, no ha afectado al río Ebro.

Un portavoz de la empresa asegura que “Ercros ha provisionado contablemente, en el ejercicio 2012, un importe de 3,66 millones de euros para satisfacer el coste de estas actuaciones” que “avanzan a buen ritmo”. Además, destacan que los trabajos de limpieza “no suponen ningún riesgo para las personas”. La ARC dice que “los trabajadores que hay son los de la empresa que se encarga de la descontaminación”. Hasta 2022, fecha fijada para la culminación de las labores de recuperación, no estará claro si este terreno de Flix deja de ser un peligro para las personas.

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