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“Ninguna ley educativa puede justificarse con los resultados de PISA”

El catedrático Julio Carabaña.

Natalia Chientaroli

El catedrático en Sociología y experto en Educación de la Universidad Complutense Julio Carabaña analiza los resultados del informe PISA con escepticismo. Recomienda relativizar los resultados y asegura que la pérdida de equidad que la OCDE destaca como novedad para España no refleja el fracaso de un sistema educativo o la necesidad de uno nuevo, sino que refleja, sencillamente, una sociedad cada vez más desigual.

Una de las principales conclusiones del estudio es el aumento de la desigualdad. 34 puntos de diferencia entre los alumnos con un nivel socioeconómico alto y bajo. ¿Cómo se puede explicar?

Con la incorporación de un gran número de alumnos inmigrantes al sistema. La equidad nunca fue una verdadera fortaleza del sistema educativo español. Había poca desigualdad porque teníamos pocos alumnos buenos. Y ahora tenemos menos. Esta tendencia ya se veía, no es una gran novedad. Teniendo en cuenta la población nativa, la variación en los resultados no es significativa. Pero, al incorporar a los inmigrantes, sumas más alumnos en el nivel 1, el más bajo. Además, la creciente precarización puede tener una incidencia, aunque menor. Y que se verá con un poco más de tiempo.

Entonces, lo que reflejan estos resultados, más que el funcionamiento del sistema, es una situación social más desigual.

Por supuesto. Lo que evalúa PISA son unas competencias muy básicas. No se trata de lo que saben los alumnos, sino de los problemas que son capaces de resolver. Y eso no se aprende en la escuela. O no sólo. Se aprende en la vida. En casa, en los círculos en los que te mueves, con tu familia. Por eso el factor socioeconómico marca muchas más diferencias que las que podemos encontrar entre las escuelas.

Y si hablamos de que hemos incorporado alumnado que necesita más apoyo y paralelamente se está recortando en profesores de apoyo y aulas de enlace, ¿los resultados pueden ir a peor?

Claramente este tipo de recortes no van a mejorar el rendimiento. Pero las competencias que evalúa PISA se van adquiriendo a lo largo de los años, así que es muy difícil que las diferencias se puedan percibir en estos resultados estadísticos, al menos a corto plazo.

Aumenta también la diferencia entre las comunidades autónomas: más de 50 puntos entre Navarra y Extremadura, lo que equivale a más de un curso. ¿Hay dos Españas en materia de educación?

Bueno, si nos guiáramos sólo por PISA, podríamos decir algo así. Aunque es muy relativo. Lo que sí se ve es una marcada diferencia notable entre norte y sur, en la que el factor socioeconómico explica bastante, pero no todo. Por ejemplo, el caso de Baleares, que está a la altura de Extremadura, y que descartaría esta explicación única. Tenemos una diversidad tan grande como la europea, y esto se ve claramente en el gráfico en el que aparecen mezcladas todas las regiones, y CCAA españolas que están en los primeros puestos de la tabla y otras mucho más abajo. Tampoco hay grandes diferencias sistemáticas en la educación por comunidades. Todo esto nos lleva a pensar que PISA nos brinda cada vez menos información, o directamente ninguna de utilidad, para cambiar las escuelas.

Pero los malos resultados en este informe son la principal justificación para la reforma de la ley de educación que acaba de aprobarse en el Parlamento.

Nadie puede apoyar una reforma educativa sobre la base de los resultados de PISA. Este es el punto clave. Este estudio es una ilusión que la OCDE fomenta y que ha creado una inercia que no nos va a llevar a ninguna parte.

En el ranking que se elabora con los resultados de PISA quedamos a la altura o por encima de países como Estados Unidos o Suecia. ¿Esto qué significa? ranking

Preguntémonos en cuántas clasificaciones estamos a la altura de Francia o Estados Unidos. Los resultados de un estudio como este hay que leerlos con ciertas reservas. Por ejemplo, los países que están a la cabeza de la tabla son en su mayoría asiáticos o europeos pequeños. Sólo hay dos de gran tamaño: Alemania y Canadá. Todos los demás están en la zona media, como España, un poco por encima o un poco por debajo de la media. Pero en una clasificación de 500 puntos, tener cinco o 10 puntos de diferencia no es significativo. No es un drama.

Pero se vive como un fracaso estar por debajo de la media de la OCDE. ¿Qué posibilidades tiene España de mejorar?

Las mismas de todos. Pero también muy relativas. Y que sólo se pueden ver a lo largo de muchos años. Es como si tomáramos como referencia la altura de los jóvenes. Los cambios que podamos apreciar desde 2003 no van a ser significativos. ¿Unos milímetros? En cambio sí lo vemos claro si comparamos con los jóvenes de hace 50 años. Además, por qué deberíamos medir cinco centímetros más de media?

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