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La Comunidad de Madrid incumple sus recomendaciones para adaptar la plaza de una profesora a sus problemas de visión

Estrella es profesora de la ESO en un instituto público del barrio de Vallecas (Madrid)

Laura Galaup

Cuando Estrella se reincorporó a su puesto de trabajo a comienzos de curso no se imaginaba lo que iba a ocurrir. Esta profesora fue operada de un glaucoma hace un año y, aunque fue intervenida en el ojo izquierdo, la patología también le mermó la visión del derecho. Al volver a dar clase como maestra de historia y geografía del primer ciclo de Secundaria en un instituto público del barrio de Vallecas, la docente, que se jubilará en 2018 al cumplir 60 años, comenzó a comprobar cómo la Comunidad de Madrid estaba incumpliendo sus propias recomendaciones.

El pasado mes de agosto, el Servicio de Prevención regional emitió un escrito, al que ha tenido acceso eldiario.es, en el que detallaba a la Consejería de Educación qué tipo de ajustes debía llevar a cabo en el puesto de Estrella para adaptarlo a su actual estado de salud. Sin embargo, las sugerencias que, según la profesora, más impactarían en el desempeño de sus labores, no han sido tenidas en cuenta, entre ellas, una suficiente disminución del número de alumnos, que contase con una persona que le ayudase a corregir exámenes o que no tenga que trasladarse de aula.

Las propuestas recogidas en este informe, que desde el Gobierno regional recuerdan que “no es vinculante”, necesitaban una inyección económica para aligerar la carga de trabajo que tiene Estrella debido a la “saturación” de las aulas del centro. “Las cuentas son sencillas, si no contratan a nadie hay dos opciones: o mantengo un horario parecido a los que tenía antes o alguno de mis compañeros tiene que hacer mis horas y eso no sería justo para ellos”, apunta. 

“Tengo las mismas horas que otro profesor”, lamenta. “Tengo 18 horas lectivas –más otras dos en las que es apoyo de compañeros–, doy clase a cinco grupos diferentes, soy tutora de uno de ellos y tengo muchos alumnos, tenemos una media de 30 o 32 por aula porque la Secundaria en nuestro instituto está masificada”, reseña. El informe también sugiere que no imparta más de dos horas de clases sin pausa, pero ella asegura que llega a dar tres de forma continuada lunes, jueves y viernes.

La Comunidad indica que sí cumple el informe

Desde la Comunidad de Madrid aseguran que “no es cierto que no se hayan tenido en cuenta las recomendaciones” y añaden que “se han hecho varios cambios en la organización del centro para que esta profesora tenga una tutoría con menos alumnos, disponga de apoyos en clase o tenga menos horas seguidas de clase”, “entre otras cosas”, destacan. Preguntados por esta redacción en reiteradas ocasiones en qué consisten esos apoyos y cuántas horas duran, no han detallado más información. 

Ella reivindica que el número de alumnos no ha disminuido de forma considerable. Según sus cálculos, este curso tiene 153 alumnos a los que corregir, el anterior tenía 180. Analizar las pruebas de sus estudiantes se ha convertido en un obstáculo que le provoca fatiga visual. “Lo tengo que hacer con unas gafas especiales, son como un prisma y no puedo estar más de una hora de forma continuada. Me eternizo, imagínate, con los exámenes de geografía e historia de 150 alumnos”, cuenta a eldiario.es.

La Consejería de Educación tampoco ha tenido en cuenta la recomendación del Servicio de Prevención de asignarla un aula de forma continuada “para evitar accidentes” al bajar las escaleras o al evacuar el edificio. En cuanto hay movimiento a su alrededor se marea porque desde entonces tiene problemas para fijar las imágenes. “Cuando me tengo que cambiar de aula llego tarde a todas las clases, no me muevo hasta que no está vacío el pasillo. Tengo miedo a caerme”, explica.

La profesora asegura que el equipo directivo del instituto realizó las adaptaciones que “pudo”, teniendo en cuenta las opciones con las que contaban. “Cuando comienzan a elaborar los horarios en septiembre, el jefe de estudios me dijo que sintiéndolo mucho me tenía que poner horario a tiempo completo porque no mandaban a nadie”. La docente está 17 horas a la semana sin ningún apoyo porque, de la jornada de 20, asegura que solo en una recibe la ayuda de otra profesora y en dos es ella misma apoyo de otros dos compañeros.

Adaptación recomendada por los médicos

El médico del Servicio de Prevención Comunidad de Madrid reconoció en el informe que esta profesora “presenta limitaciones orgánicas y funcionales derivadas de patología visual crónica y grave con pérdidas importantes en el campo” visual y propone, como también hicieron los profesionales de la Fundación Jiménez Díaz que la operaron, que se adapte su puesto de trabajo a su estado de salud.

En el informe emitido por el Gobierno regional sobre las adaptaciones proponen que si se sigue adelante con sus recomendaciones, “para compensar la reducción propuesta” sugieren “la posibilidad de asignarle otras actividades no vinculadas a las exigencias visuales habituales”, aquellas que no requieran corrección, que se centren en el apoyo a alumnos o guardias en la biblioteca. 

Esto última se ha tenido en cuenta solo en las horas que la docente tenía adjudicadas para ese fin. Estrella indica que en lugar de realizar esa vigilancia en el patio se producirán en la biblioteca. El equipo directivo también le ha permitido que imparta clase en una pizarra con rotuladores, para evitar que el polvo de la tiza empeore el estado de sus ojos, otra de las sugerencias propuestas.

La Comunidad de Madrid insiste en que han tenido en cuenta las recomendaciones, a pesar de que el informe “llegó con el curso ya empezado”, responden a esta redacción. Sin embargo, el documento sobre la adaptación al puesto de trabajo fue pasado por registro el 8 de agosto y el resumen de las recomendaciones fue emitido por la técnico de apoyo de la Dirección del Área Territorial (DAT) al instituto el 30 de agosto.

Reclamación de CCOO

La Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de la Federación Regional de Enseñanza de Comisiones Obreras de Madrid, Victoria Ochoa, asegura que esta decisión vulnera el Real Decreto 364/1995 que regula la provisión de puestos de trabajo de la Administración General del Estado.

Por ello emitieron una queja a la Consejería a finales de septiembre en la que citaban el artículo 66 que versa sobre movilidad por razones de salud y recoge que “se podrá adscribir a los funcionarios a puestos de trabajo de distinta unidad administrativa” por motivos de salud si cuentan con el informe del servicio de prevención. En este epígrafe también apuntan que “la adscripción estará condicionada a que exista puesto vacante”.

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