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Cuando una ministra afirma que la política no es para mujeres

Cuando una ministra afirma que la política no es para mujeres

EFE

Rabat —

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Los debates políticos no son para las mujeres. Y lo dice la propia ministra de la Mujer en Marruecos, Basima Hakaui, que una vez más ha vuelto a levantar controversia, con sus comentarios, en las redes sociales.

El 8 de julio el presidente del Gobierno, el islamista Abdelilá Benkirán, presentaba el balance del Ejecutivo ante el Parlamento. Un evento supuestamente muy esperado, pero que solo logró un 5 % de audiencia.

“La gente educada estaba en la mezquita para el rezo de tarawih (oración nocturna durante el Ramadán) y solo se encontraban delante de la televisión las mujeres y las empleadas domésticas”, declaró la ministra en una emisora, dando a entender que las féminas sólo ven programas de entretenimiento.

Las críticas contra Hakaui en las redes no se han hecho esperar: “Te das cuenta de que ya lo has visto todo cuando la ministra de la Mujer es una misógina”, “las mujeres marroquíes son incultas y no tienen fe”, “vergüenza da tener semejante representación”, “¿era necesario que Basima soltase una estupidez?”, “¿las empleadas del hogar no son mujeres?”.

Hakaui, que pertenece al islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) que encabeza el Gobierno, concede muy pocas entrevistas y cuando lo hace suele sembrar polémica.

Han pasado más de dos años, pero muchos marroquíes no han olvidado cuando la recién nombrada ministra se mostró contraria a la prohibición del matrimonio de niñas menores. “El legislador es sensato: la ley va en el sentido de una adaptación a la sociedad, que casa a las niñas pequeñas”, aseguró.

Tampoco entonces se pronunció rotundamente en contra de la ley (en la actualidad abolida) que permitía a un violador verse libre de prisión si se casaba con su víctima y más bien sugirió “tomar medidas que acompañen al matrimonio de la menor con su violador para que no fracase”.

Las asociaciones defensoras de los derechos de las mujeres la censuran por pertenecer a un partido que se mostró en 2003 contra la reforma del Código de la Familia (Mudawana) y, más recientemente, por excluirlas de la redacción del proyecto de ley que proteja a las víctimas de violencia de género y que consideran que no responde a los estándares internacionales.

“Ya en la oposición tenia puntos de vista que iban en contra de los derechos de las mujeres, pero ahora está obligada a aplicar los compromisos que dicta la Constitución (que dice que el Estado debe trabajar por la concreción de la paridad)”, sentencia la abogada marroquí, Jadiya Rugani.

Sin embargo, Rugani, miembro de la Coalición de Primavera para la Dignidad, que agrupa a 22 asociaciones feministas y de derechos humanos, recuerda que Hakaui en las pocas ocasiones en las que ha defendido los derechos de las mujeres también ha encontrado mucha resistencia con varios ministerios, especialmente el de Justicia.

El margen de maniobra de la ministra quedó claramente en entredicho cuando el propio Benkirán decidió retirarle la elaboración del proyecto de ley al considerarlo demasiado progresista, y crear una comisión que él mismo dirige, cuyo trabajo parece estar temporalmente bloqueado.

Y es que el avance de los derechos de las mujeres no parece estar entre las prioridades de la agenda política del presidente del Ejecutivo, sino todo lo contrario.

Las mujeres que trabajan fuera de casa han abandonado “el papel sagrado y divino con que Dios las creó y habilitó”, destacó en junio ante el Parlamento Benkirán, quien continuó diciendo que hoy en día “hay una modernidad que quiere anular esta dimensión y hacer de la mujer hombre y del hombre, mujer”.

Sin esconder sus opiniones conservadoras, Benkirán reivindicó el papel de las mujeres como faros o “lámparas” en las familias y preguntó a los parlamentarios: “¿No sabéis que cuando las mujeres salieron de sus casas, las casas se apagaron?”.

Estas declaraciones también suscitaron una gran cantidad de ataques y de bromas en las redes.

Mientras, Hakaui ha firmado una decreto para la creación de un Observatorio Nacional para mejorar la imagen de la mujer en los medios de comunicación y otro para la lucha contra la violencia de género.

Una iniciativa que no resulta muy creíble para Rugani: “Se trata de un intento de ocultar el sol con una tela llena de agujeros”.

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