La heroica aventura de cruzar con el semáforo en verde en Berlín
Con numerosas velas, flores y fotos situadas en la mediana de la Hauptstrasse se despedían los allegados de la joven de 23 años que perdió la vida a finales del pasado verano en el distrito berlinés Schöneberg, al sur de la capital alemana. La Hauptstrasse es una de las grandes arterias de este distrito. Suele haber mucho tráfico y, en verde, los vehículos pueden ir a velocidad suficiente como para matar un peatón si se cruzan en su camino.
La vida de la chica fallecida en este cruce el pasado 23 de agosto la sesgó un camión. Ese fue el primero de una serie de atropellos de peatones y ciclistas que se han vivido en Berlín en los últimos meses. Esos accidentes siguieron, más o menos, el mismo patrón. La víctima cruzaba la carretera en un semáforo y resultó impactada por un vehículo.
Las asociaciones de peatones organizados en la capital germana tratan de llamar la atención de las autoridades para que hagan algo al respecto. Una de ellas es las asociación Fuss, una de las primeras organizaciones en solidarizarse con la familia y amigos de la fallecida en la Hauptstrasse de Schöneberg. Junto a las velas, las fotos y las flores, hay un escrito firmado, entre otras, por esta asociación.
Desde hace días el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) de Berlín lidia con un intenso debate sobre qué hacer en los cruces donde hay semáforos, zonas señaladas por asociaciones como Fuss por su peligrosidad. La capital alemana lleva en manos de los socialdemócratas desde 2001, pero desde 2016 gobierna una coalición formada por SPD, Los Verdes e izquierdistas de Die Linke. En la coalición que dirige el socialdemócrata Michael Müller parece no haber consenso, pero en el SPD los hay ahora que se muestran especialmente sensibles a la seguridad de los peatones.
“Yo lo vivo todos los días, las fases en verde de los semáforos son muy cortas, pasan al rojo muy rápido”, dice a eldiario.es Tino Schopf, diputado del SPD en el Parlamento regional de Berlín. Su grupo parlamentario acaba de hacer una propuesta en esa cámara con el objetivo de que los semáforos estén más tiempo en verde para los peatones. “Queremos que los peatones vayan seguros en sus recorridos”, abunda Schopf.
Esas intenciones no son, de momento, suficientes. Esta semana, el experto en planificación urbana Martin Aarts – responsable de la modernización de la ciudad portuaria de Rotterdam (Países Bajos) –, criticaba en el diario berlinés Der Tagesspiegel la situación de los peatones en la ciudad: “Los semáforos para los peatones aquí son cortísimos”, según Aarts, afincado desde hace poco en Berlín.
Por eso Stefan Lieb, presidente de Fuss, habla a eldiario.es con signos de hastío ante la pasividad de las autoridades. En Berlín hay 2.100 semáforos. Para Lieb, muchos de ellos son un problema. “Los semáforos en Alemania se instalan en zonas donde hay problemas, pero a pesar de estar ahí, esas zonas se mantienen como zonas donde se producen accidentes”, señala Lieb.
Más de un accidentes con peatones al día
Según datos de la Oficina para la Estadística de Berlín y Brandenburgo – el Land alemán que envuelve la capital germana – en 2017 hubo en Berlín 488 accidentes en los que se vio implicado un peatón que cruzaba en verde. Otros 189 accidentes tuvieron lugar cuando cruzaba en rojo.
Las autoridades de Tráfico (Departamento para el Medioambiente, Tráfico y Protección del Clima de Berlín) no dan información, sin embargo, sobre esos números ni del número de quejas sobre las fases en verde para los peatones que son demasiado cortas. Desde este 'ministerio' de la ciudad-estado que es la capital germana se escudan en que la ciudad cumple con la “Guía para señales de tráfico” aplicada en todo el país.
Por regla general, en grandes ciudades germanas como Berlín, los semáforos se quedan en verde para los peatones muy pocos segundos. Si la calle es estrecha, ese tiempo es suficiente para cruzar. Si es como la Hauptstrasse de Schöneberg, en la que hay seis carriles para vehículos – tres en cada sentido –, diez segundos pueden no ser suficientes. Hay casos en los que el paso de verde a rojo ocurre tras ocho segundos.
“Quienes instalan los semáforos tienen más en cuenta la fluida circulación del tráfico que la seguridad de los peatones”, señala Lieb. De resultas, “en Berlín especialmente, donde hay mucha población mayor, estas personas tienen difícil el cruzar la calle, como también ocurre con las personas con algún tipo de discapacidad”, abunda el presidente de Fuss.
Roland Stimpel, responsable de comunicación de la asociación de Lieb, cuenta a eldiario.es un reciente caso de “una persona mayor que, al cruzar, vio cómo el semáforo se le ponía rojo, se asustó, vio un coche venir y cayó al suelo, resultando herida de gravedad”. Para Stimpel, los semáforos de Berlín son “perversos”.
Desde el Departamento para el Medioambiente, Tráfico y Protección del Clima de Berlín hacen valer que existen en la ciudad “circuitos especiales para peatones”, donde se prioriza la seguridad de los viandantes, por ejemplo, en los “caminos hacia las escuelas”. También plantean desde ese departamento que los cortos periodos de tiempo en verde para peatones tienen la ventaja de que, una vez que cambia el semáforo a rojo, “el tiempo para que de nuevo esté verde es más corto”.
“Desde que existe la coalición de SPD, Los Verdes y Die Linke todas las partes tenemos claro que queremos que haya más seguridad en el tráfico, por eso hemos aprobado una nueva ley de movilidad, y vamos a hacer todo lo que está en nuestra mano en ese sentido”, según Schopf. Los esfuerzos del Gobierno berlinés, sin embargo, no contentan en Fuss.
Desde el Gobierno de Berlín reconocen que “las personas con movilidad reducida deberían esperar en las zonas centrales de reserva de peatones de la mediana cuando cruzan grandes calles”.
Pero, para Lieb, lo peor no es solo la duración del verde. “El mayor problema que generan los semáforos viene dado por los vehículos que giran a la derecha. Éstos, por sistema, tienen también verde para girar incluso cuando los peatones están autorizados a pasar”, sostiene el presidente de Fuss. De hecho, “la mayoría de los accidentes ocurren cuando un peatón cruza en verde pero hay un vehículo – normalmente un camión – que gira a la derecha en ese momento”, abunda Lieb.
El peso de la industria del automóvil
Tanto Lieb como Stimpel se quejan de la pasividad: “Las autoridades ignoran el problema. En Berlín, los responsables no hacen nada para mejorar esta situación desde hace años”, dice Stimpel. “El departamento que hay para trabajar sobre la cuestión de los semáforos es incapaz de trabajar. Son muy pocas personas y no están coordinadas. Además, hay planes para disolver el grupo de trabajo que se ocupa de esta cuestión”, abunda Lieb.
A Stimpel no le parece casual que este tipo de situaciones se den en un país como el suyo, Alemania, bastión de grandes consorcios fabricantes de coches como Volkswagen, Daimler – responsable de marcas como Mercedes-Benz o Smart –, o BMW. “En países vecinos de nuestro alrededor, donde no existe tanta industria del automóvil, la situación es mucho mejor, ya sea en Austria, Dinamarca o Los Países Bajos. En cualquiera de esos tres países la situación es mejor para los peatones que en Alemania”, concluye Stimpel.