El PP, el único de los cuatro grandes partidos que no asiste a un debate sobre feminismo de cara a las elecciones
Una silla vacía con un cartel sin nombre con las siglas del Partido Popular. El debate sobre feminismo de cara a las elecciones generales organizado por varios colectivos firmantes de un manifiesto con más de 80 demandas de cara al 28A ha contado con la ausencia del PP, el único de los cuatro grandes partidos invitados a la jornada que no ha acudido. La formación nunca confirmó su asistencia, según fuentes de la organización. Fuentes del PP reconocen el “error” y asumen que, “entre los 30 o 40 debates que tenemos”, este acto se les olvidó. El debate ha contado con la presencia de representantes del PSOE, Unidas Podemos y Ciudadanos.
El objetivo del encuentro era debatir sobre las propuestas de los partidos sobre igualdad, violencia machista, conciliación o empleo y presentar públicamente el manifiesto, firmado por 156 organizaciones. El documento cuenta con 83 propuestas distribuidas en diferentes ámbitos, entre ellos, educación, migración y fronteras, vivienda, ecología, sanidad o lucha contra la violencia de género. “Desde las pasadas elecciones de 2016 ha habido tímidos avances institucionales en relación con la igualdad en nuestro país”, explican, pero “todavía muchas las brechas que hay que cerrar para conseguir una igualdad real y efectiva”.
La cita, celebrada en el Centro Abogados de Atocha y organizada por la Plataforma de Organizaciones Feministas ante las Elecciones de 2019, ha contado con la presencia de Silvia Buavent, exdirectora del Instituto de la Mujer y ahora candidata socialista al Senado, Esther Ruiz Fernández, diputada de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid y candidata al Congreso, y Patricia Caro, candidata al Parlamento Europeo en representación de Unidas Podemos. Por su parte, el PP ha justificado su ausencia a las preguntas de este medio asegurando que había pensado en una representante pero “que luego no podía por problemas de agencia”. “Se nos pasó”, han asumido.
Las tres han desgranado algunas de sus propuestas, entre ellas, una ley educativa que garantice la coeducación en las aulas o la necesidad de que las mujeres cuenten con independencia económica y “no estén en los empleos peor remunerados”, ha asegurado Buavent. Caro ha incidido en la propuesta, incluida en el programa de Unidas Podemos, de reformar la Constitución para hacerla “decididamente feminista” e incluir los cuidados como derecho fundamental. Asimismo, apuesta por la aprobación de un Plan de Lucha contra las Violencias Machistas y la obligación de establecer protocolos contra la violencia machista y la LGTBIfobia en las empresas.
Todas las candidatas han puesto sobre la mesa la “urgencia” en la aplicación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, para lo que “no solo hace falta financiación, también voluntad”, ha asegurado Ruiz Fernández, que ha tenido que ausentarse antes de que finalizara el acto. Algunas medidas contenidas en el acuerdo, entre ellas el sistema para acreditar oficialmente a las víctimas de violencia de género sin necesidad de que denuncien, ya han sido aprobadas, pero el grueso estaba tramitándose en el Congreso vía proyecto de ley que ha caído con la convocatoria de elecciones.
La diputada de Ciudadanos ha protagonizado el momento tenso de la jornada cuando ha hablado de prostitución y gestación subrogada. Ruiz Fernández ha recalcado la postura de la formación naranja de regular ambas realidades, lo que ha provocado el revuelo y las críticas en la sala. “No debe mezclarse prostitución y trata. Nosotros queremos regularla precisamente para defender sus derechos”, ha señalado al tiempo que una mujer del público le recriminaba que “si admites la prostitución, estás admitiendo la trata”. El documento de las organizaciones feministas incluye además la prohibición de las agencias intermediarias de gestación subrogada, algo que ya reivindicaron No Somos Vasijas, la Red Estatal contra el Alquiler de Vientres y Stop Vientres de Alquiler esta misma semana.
De hecho, el manifiesto cuenta con un punto que ha generado debate durante el proceso de elaboración del mismo y que ha motivado que otros colectivos feministas hayan decidido no firmarlo. Se trata del referido a la prostitución, que afirma que, junto a la trata, ambas se constituyen “como formas extremas de violencia sexual contra las mujeres” y pone de ejemplo legislaciones como las de Suecia, Noruega o Francia, que cuentan con un modelo abolicionista que penaliza al cliente.
Al margen de la polémica, entre las medidas más destacadas del manifiesto se encuentran la concepción de las agresiones sexuales como violencia machista, la ratificación del Convenio 189 de la OIT, que amplía derechos para las empleadas domésticas, protección integral para los hijos e hijas de víctimas de violencia de género mediante la suspensión del régimen de visitas y la patria potestad, la prohibición de la custodia compartida impuesta, formación en género de los operadores jurídicos, la derogación de las dos últimas reformas laborales, el desarrollo de la Ley de Dependencia, cerrar los CIE o devolver el derecho al aborto para las menores de 16 o 17 años.
