Arqueólogos sacan del mar de Alejandría un esfinge y colosos que revelan la grandeza perdida de Canopo
El hundimiento de Canopo en la bahía de Abū Qīr transformó una de las urbes más bulliciosas de la Antigüedad en un vestigio sepultado bajo el agua. La ciudad prosperó como centro religioso dedicado al dios Serapis y atrajo a viajeros de todo el Mediterráneo gracias a sus fastuosas celebraciones.
Cronistas griegos y romanos la describieron como un enclave famoso por su ambiente hedonista, repleto de procesiones, banquetes y fiestas. Ese mundo desapareció tras los desastres naturales que alteraron la costa y arrastraron templos y barrios enteros al fondo marino, donde quedaron ocultos durante siglos hasta que las primeras exploraciones submarinas del siglo XX empezaron a desvelar su silueta sumergida.
Los arqueólogos recuperaron en la bahía de Abū Qīr esculturas monumentales que salieron a la luz en agosto de 2025
La nueva campaña arqueológica organizada por el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto ha recuperado piezas que confirman la grandeza de aquella ciudad. Un equipo de buceadores y técnicos extrajo en agosto de 2025 tres esculturas de gran tamaño, además de restos arquitectónicos que pertenecieron a templos monumentales. Los trabajos se desarrollaron en la bahía de Abū Qīr, bajo la dirección del arqueólogo francés Franck Goddio, que desde la década de 1990 lidera las excavaciones en la zona.
Los hallazgos incluyeron un coloso de granito cuya figura no ha podido identificarse, un esfinge de cuarcita con inscripciones de Ramsés II y una estatua de mármol blanco que representa a un noble romano. A esas piezas se suman objetos de bronce, elementos rituales y fragmentos de columnas que permiten reconstruir la magnitud del complejo sagrado. Todo el conjunto procede de un gran santuario consagrado a Serapis, de acuerdo con la información publicada por el propio ministerio.
La operación tuvo una relevancia añadida porque supuso el primer rescate submarino de estas características en un cuarto de siglo. En la nota oficial, el ministro Sherif Fathi calificó el proyecto como “un hito extraordinario” para la protección del patrimonio nacional. Las imágenes difundidas muestran el izado de las esculturas mediante grúas y el trabajo conjunto de arqueólogos y marineros, lo que dio visibilidad internacional a la misión.
Los expertos señalan que la ciudad colapsó por terremotos, hundimientos del terreno y la subida progresiva del mar
El origen del hundimiento de Canopo sigue siendo objeto de estudio. Los especialistas apuntan a movimientos sísmicos, a la elevación del nivel del mar y al fenómeno de licuefacción del suelo en el delta del Nilo como causas que provocaron el colapso progresivo de la urbe.
Los templos y edificios se desplomaron, quedaron cubiertos de sedimentos y permanecieron ocultos hasta las campañas modernas. En sus exploraciones, los buceadores afrontan una visibilidad muy reducida, con menos de un metro de claridad, lo que obliga al uso de sonar y magnetómetros para localizar las estructuras.
La relevancia religiosa de Canopo queda patente en las descripciones antiguas que evocan a peregrinos buscando curación y salvación en los ritos dedicados a Serapis. La ciudad acogía procesiones con música, ofrendas y celebraciones multitudinarias que consolidaron su fama como destino de devoción y ocio.
El hallazgo de esculturas en el interior de los templos apunta a que fueron instaladas como parte de rituales concretos, y su conservación bajo el agua ha permitido a los expertos analizar detalles estilísticos que muestran la interacción entre la estética helenística y la tradición egipcia.
Algunos de los objetos rescatados contienen inscripciones que podrían ofrecer más información sobre sus donantes y las funciones que desempeñaban en los actos litúrgicos. Sin embargo, no todas las piezas localizadas están siendo extraídas. Tal y como explicó Fathi en declaraciones a The Guardian, “hay mucho material sumergido, pero solo se extrae aquello que cumple criterios muy estrictos, el resto seguirá formando parte de nuestro patrimonio bajo el mar”.
Egipto impulsa la arqueología subacuática para diversificar su oferta turística y reforzar la herencia faraónica en el presente
La iniciativa se enmarca en una estrategia para dar mayor protagonismo a la arqueología subacuática dentro de la oferta cultural de Egipto. Las autoridades promocionan Canopo y Thonis-Heracleion como atractivos complementarios a las visitas terrestres, con el objetivo de diversificar el turismo y proyectar una imagen renovada de la herencia faraónica. En este contexto, el gobernador de Alejandría, Ahmed Khaled Hassan Said, subrayó que se trata de “una auténtica recuperación de parte de nuestra gran historia”.
Los expertos destacan que estas ciudades sumergidas constituyen un testimonio excepcional sobre cómo funcionaban los enclaves costeros del Mediterráneo antiguo. Canopo prosperó gracias al comercio y a su papel como centro de peregrinación, lo que la convirtió en un punto de conexión entre Egipto y el resto del mundo mediterráneo.
Así, la visión de un esfinge de Ramsés emergiendo del agua bastó para devolver a la actualidad un capítulo olvidado que llevaba más de mil años enterrado bajo el fango marino.
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