Descubren una misteriosa tumba de hace 5.000 años con los restos de un perro y una daga de hueso

Los huesos del perro estaban parcialmente en una posición anatómicamente correcta.

Laura Cuesta

0

Un grupo de arqueólogos ha hecho un descubrimiento sorprendente. En una zona pantanosa del sur de Suecia, ha aparecido un perro enterrado de 5.000 años de antigüedad junto a una daga de hueso de 25 centímetros de largo. El descubrimiento ya se describe como uno de los entierros de perros más extraordinarios jamás documentados en el norte de Europa.

“Encontrar un perro intacto de este período es muy raro, y el hecho de que se depositara junto con una daga de hueso es casi único”, afirma Linus Hagberg, arqueólogo y director de proyectos en Arkeologerna, del Museo Histórico Sueco (Statens historiska museer). El animal, macho y con una altura de unos 52 centímetros, tenía entre tres y seis años cuando lo enterraron. 

Pero los análisis científicos que se pueden realizar ahora, como la datación por radiocarbono, el análisis de isótopos o los análisis de ADN, podrán revelar todavía más detalles del animal encontrado. “Por ejemplo, podemos determinar cuándo vivió el perro, su edad y qué comía. Su historia de vida, a su vez, nos puede revelar más sobre cómo vivían y se mantenían sus dueños”, añade el arqueólogo.

Partes del cráneo aplastado del perro.

En la zona estudiada, los arqueólogos también encontraron madera bien conservada que data de los períodos 3300–2900 a.C. y 2900–2600 a.C., incluyendo estacas clavadas en el lecho del lago y postes que podrían haber formado parte de muelles o embarcaderos. También piedras colocadas deliberadamente, probablemente utilizadas como anclas o lastres, y una construcción de dos metros de largo hecha con varas de madera entrelazadas, que funcionaba como una antigua trampa de pesca.

Ritual, simbolismo y significado: ¿qué dicen los arqueólogos?

Los huesos del esqueleto del animal que han encontrado los arqueólogos estaban sorprendentemente bien conservados, pero lo más sorprendente es que el perro estaba colocado en una especie de bolsa de piel. “Se bajó deliberadamente a una profundidad de 1,5 metros y se enterró a unos 30 o 40 metros de la antigua orilla del lago”, señala Hagberg en el comunicado de prensa.

Los perros ya estaban profundamente integrados en las sociedades humanas durante la Edad de Piedra, período al que probablemente perteneció este animal, pero los entierros completos de perros no eran habituales entonces. Sin embargo, el arqueólogo recuerda que el uso de perros en prácticas rituales sí que es un fenómeno conocido de aquella época. El hecho de que este apareciera con una daga a su lado refuerza la teoría de que fuera un ritual.

Esta herramienta podría tener un valor simbólico para los que allí la depositaron, representando valores como el estatus o la protección. Colocarla junto al perro sugiere que el animal pudo tener un significado especial para los dueños, quizá como guardián o compañero. Sin embargo, los arqueólogos son cautelosos a la hora de extraer conclusiones definitivas sobre el significado del descubrimiento.

Etiquetas
stats