Día Internacional del Mono: las 5 familias de primates en las que se dividen
Cada 14 de diciembre se celebra el Día Internacional del Mono, una excusa perfecta para detenerse en cómo se estructura uno de los grupos animales más fascinantes. Aunque solemos agruparlos todos bajo la misma etiqueta, la realidad es más compleja: el mundo de los primates —del que formamos parte los humanos, pero no en la categoría de monos— se ramifica en distintas familias con características propias. Para comprender esta diversidad es clave diferenciar entre los monos del nuevo mundo y los monos del viejo mundo, dos grandes ramas que dividen a más de 200 especies. Bajo esta distinción se organizan las seis familias de primates que hoy conocemos, un sistema científico que permite entender mejor de dónde vienen, cómo viven y qué los hace únicos. Esta clasificación es la base para recorrer los tipos de monosque pueblan selvas, bosques y sabanas de medio planeta.
Los monos del nuevo mundo
La primera gran división agrupa a los monos del nuevo mundo, presentes en Centro y Sudamérica. Son especies generalmente pequeñas, ágiles y arborícolas, y poseen narices más anchas y separadas que sus parientes africanos y asiáticos.
Dentro de este grupo se encuentran cinco familias de primates:
- Callitrichidae — Aquí encontramos a titís y tamarinos, algunos tan diminutos como el tití pigmeo, conocido por ser uno de los primates más pequeños del mundo. Se caracterizan por su tamaño reducido, colas largas y una actividad mayoritariamente diurna.
- Cebidae — Incluye a los capuchinos y a los monos ardilla. Son especies inteligentes, con dietas variadas y comportamientos sociales complejos. Los capuchinos, por ejemplo, destacan por su habilidad para manipular objetos.
- Aotidae — Los micos nocturnos son los únicos primates americanos con hábitos exclusivamente nocturnos. Ojos grandes, pelaje suave y una esclerótica anaranjada los distinguen de cualquier otro mono del continente.
- Pitheciidae — En esta familia aparecen los uakarís, los sakís y los huicocos. Son especies que sorprenden por su diversidad de pelajes, barbas llamativas o rostros desnudos de color rojizo, y viven en los bosques más húmedos de Sudamérica.
- Atelidae — Aquí se encuentran los aulladores y los monos araña, dos de los tipos de monos más reconocibles del continente. Los primeros son famosos por sus potentes vocalizaciones; los segundos, por su agilidad y su cola prensil, una herramienta casi equivalente a un quinto brazo.
En conjunto, estas cinco familias reflejan la inmensa variedad de los monos del nuevo mundo, un universo propio dentro del vasto árbol evolutivo de los primates.
Los monos del viejo mundo
La segunda gran división está formada por los monos del viejo mundo, un grupo que reúne desde macacos hasta babuinos bajo una misma familia: Cercopithecidae. Su distribución es amplia —del Mediterráneo africano a Indonesia— y muestran una variedad ecológica notable: selvas, sabanas, bosques templados y hasta zonas semidesérticas.
A diferencia de los monos del nuevo mundo, sus narices son más estrechas y orientadas hacia abajo, y raramente presentan colas prensiles. Entre sus representantes más conocidos están:
- Los macacos — Una de las especies más extendidas del planeta, presentes en Asia y en lugares tan inesperados como Gibraltar. Son robustos, sociables y muy adaptables.
- Los babuinos — Grandes, terrestres y dotados de mandíbulas potentes, habitan en zonas abiertas de África. Sus estructuras sociales son complejas y sus grupos pueden alcanzar tamaños considerables.
- El mono narigudo — Endémico de la isla de Borneo, destaca por su nariz desproporcionada y por su grave estado de conservación. Es uno de los primates más singulares del Sudeste Asiático.
Esta familia concentra a 139 especies, lo que la convierte en la más amplia de todas las familias de primates actuales. Un recordatorio de la diversidad evolutiva que se produjo en África y Asia mucho antes de la aparición del ser humano.
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