No se había visto nunca: Bolivia guarda un registro fósil tan detallado que permite ver cómo los dinosaurios caminaban, giraban y nadaban en aguas poco profundas

Carreras Pampa destaca por la calidad de la roca, que permite seguir trayectorias completas sin interrupciones

Héctor Farrés

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Un grupo de dinosaurios caminó sobre el barro que bordeaba un lago antiguo. Algunos se detuvieron a beber, otros se adentraron en el agua y avanzaron lentamente, dejando tras de sí surcos irregulares en el fondo. Entre ellos, un individuo de menor tamaño aceleró el paso, como si intentara escapar del que venía detrás. Sus huellas se separaron bruscamente de las demás y quedaron impresas con más profundidad, hasta que se desvanecieron en el límite del agua. Aquel movimiento, repetido por centenares de animales, quedó atrapado en la roca durante millones de años y hoy revela cómo transcurría la vida en aquella orilla perdida.

Un hallazgo masivo que revela la variedad de carnívoros del Parque Torotoro

El estudio del yacimiento de Carreras Pampa, en el Parque Nacional Torotoro, ha permitido identificar más de 16.000 huellas de dinosaurios terópodos, el grupo carnívoro del que proceden las aves actuales. Las impresiones, conservadas en nueve áreas distintas, se distribuyen a lo largo de una plataforma de unos 7.500 metros cuadrados.

Las marcas varían desde pequeñas pisadas de diez centímetros, posiblemente dejadas por ejemplares jóvenes, hasta otras de más de 30, atribuibles a carnívoros de mediano tamaño. Las huellas aparecen orientadas en distintas direcciones, algunas seguidas en línea recta y otras interrumpidas por giros, saltos o arrastres de cola.

Un hallazgo masivo que revela la variedad de carnívoros del Parque Torotoro

Las marcas muestran detalles singulares del comportamiento de los animales. Se han identificado once morfotipos diferentes de pisadas caminadas y tres estilos de rastros de nado, con diferencias en la forma de los dedos, la profundidad y la separación. Los científicos también detectaron surcos alargados en forma de coma, producidos por los dedos centrales al rozar el fondo mientras los animales flotaban parcialmente.

Estas huellas acuáticas se alternan de manera regular entre izquierda y derecha, lo que sugiere desplazamientos controlados en el agua. En varios puntos aparecen además largas líneas onduladas que podrían corresponder a colas arrastradas, algo poco común en otros yacimientos.

Las huellas muestran que algunos dinosaurios caminaban y otros se impulsaban en el agua

Bolivia alberga numerosos enclaves con huellas fósiles, pero Carreras Pampa destaca por su extensión y conservación. Este yacimiento ha superado incluso al famoso sitio de Cal Orck’o, también situado en el país, al registrar un número mayor de impresiones y disponerlas sobre un lecho horizontal que facilita el estudio. La superficie rocosa, accesible y continua, permite seguir los recorridos completos de los animales, una circunstancia excepcional para analizar cómo se desplazaban y cómo interactuaban con el entorno.

El trabajo publicado en la revista PLOS ONE fue dirigido por Raúl Esperante, del Instituto de Investigación en Geociencias de California, junto con un equipo boliviano y estadounidense. En el artículo se detalla la catalogación de 16.600 huellas tridáctilas agrupadas en más de 1.300 trayectorias y casi 300 impresiones aisladas. También se registraron 1.378 marcas de nado y varios trazos de cola. Según Esperante, “es increíble trabajar en este sitio, porque dondequiera que mires, el suelo está cubierto de huellas de dinosaurios”. El investigador destacó que el hallazgo constituye una referencia mundial por su cantidad y por la calidad de la preservación.

Las marcas confirman que el lugar fue una franja costera recorrida en grupo por depredadores y aves primitivas

El análisis de las orientaciones revela que muchas pisadas siguen una dirección noroeste-sureste, en paralelo a antiguas ondulaciones del sedimento. Esa disposición sugiere que los dinosaurios recorrían una franja costera en grupo, lo que indica una zona de tránsito habitual. Los rastros de nado refuerzan la hipótesis de que el área formaba parte de una orilla lacustre donde los animales podían desplazarse tanto en tierra como en el agua. La ausencia de huellas de grandes herbívoros, junto con la abundancia de terópodos y aves, apunta a un ecosistema dominado por depredadores.

Bolivia, punto clave para la paleontología

Carreras Pampa se ha convertido en una referencia para la paleontología de Sudamérica. Además de batir récords, ofrece una visión muy clara de los comportamientos locomotores de los últimos dinosaurios antes de su extinción, ya que huellas conservadas en la roca permiten observar cómo caminaban, corrían, giraban o nadaban.

El equipo de Esperante prevé que aún queden miles de marcas por descubrir en el Parque Nacional Torotoro, un territorio que continúa revelando fragmentos de una historia escrita hace más de 66 millones de años.

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