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La particular adaptación de Ridley Scott que se convirtió en película de culto y en uno de sus mejores trabajos

Fotograma de Blade Runner.

Andrea Blez

25 de junio de 2025 21:09 h

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Un 25 de junio de 1982 se estrenaba Blade Runner, de Ridley Scott, una cinta que no triunfó ni entre la crítica ni entre el público, que pareció quedar desconcertado y que esperaba otra producción de ciencia ficción, teniendo en cuenta que el director venía de firmar el éxito Alien, pero que en esta película adaptó una novela de una forma ambigua y oscura.

Sin embargo, con el tiempo se acabaría convirtiendo en un título de culto, precursora y que inspiraría cine de siguientes generaciones, para acabar siendo una de las películas más destacadas de la filmografía del director, y que tuvo una particular historia con la adaptación literaria.

La complicada relación de Blade Runner con Philip K. Dick

Blade Runner, aunque su título no dé pistas de ello, está basada en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, publicada en 1968, y de ella toma principalmente su argumento general que se basa en que un cazarrecompensas debe eliminar a androides que han escapado a la Tierra.

Pero tanto el tono como los temas y los personajes difieren de la novela, que es menos sombría que la película de Ridley Scott. Esto también se debe a que no colaboraron con el autor de la novela, que no estuvo contento con el hecho de que los productores no le mantuvieran al tanto de un proyecto con el que había sido crítico desde el momento en el que recibió el guion.

Philip K. Dick desconfiaba de lo que Hollywood podía hacer con su historia y fue claro detractor del primer guion que recibió, el de Robert Jaffe a principios de los 70, que es luego el que inspiraría a Hampton Fancher, el que Scott utilizó de base. Sería el segundo guionista David Webb el que daría con el definitivo que logró convencer al escritor de la novela.

Los efectos especiales, que se le mostraron en un vídeo, fueron fundamentales para convencer a Dick y que daría el visto bueno para Blade Runner, una película que, sin embargo, no llegaría nunca a ver porque murió cuatro meses antes del estreno de forma temprana a los 53 años.

De ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’ a ‘Blade Runner’

Otro de los mayores puntos de conflicto fue el título. Blade Runner no tiene nada que ver con el de la novela original ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y fue tomado de un texto escrito por Alan E. Nourse que describía los blade runners como traficantes de instrumentos médicos en un futuro distópico sin sanidad pública.

Hampton Fancher tomó a estos personajes como referencia y compró los derechos del nombre porque le sonaba bien y en cierto modo lo adoptó como una manera de dirigirse a los replicantes, como metáfora de un cazador de androides.

Blade Runner fue un fracaso en taquilla, eclipsado por E.T el extraterrestre de Steven Spielberg, y sin tampoco ser éxito de crítica, y no sería hasta 1992 cuando con un reestreno que incluía un nuevo corte del director recuperó cierta fama para acabar siendo una película de culto por sus temas y estética, algo que dio lugar a una secuela, Blade Runner 2049 dirigida por Denis Villeneuve y con Ryan Gosling como protagonista.

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