Una élite del 10% de usuarios controla el 85% de las transacciones de NFT

Los NFT han sido uno de los fenómenos del 2021. “NFT”, acrónimo de token no fungible en inglés, ha sido escogida como “palabra del año” por el diccionario Collins, superando a otras como “metaverso”. Este año las menciones de NFT se han multiplicado un 11.000%, según los datos de la editorial británica, que la define como “un certificado digital único, inscrito en una blockchain [cadena de bloques], que se utiliza para registrar la propiedad de un activo como una obra de arte o un objeto de colección”.

Pese a que han pasado unos meses desde su explosión a principios de año, todavía hay pocas certezas sobre todo lo que rodea a su compraventa. ¿Quién los está comprando? ¿Cuánto se paga por ellos? ¿Tienen alguna relación los NFT que adquieren o los acumulan sin más? ¿Es un mercado concentrado o distribuido? Un reciente estudio publicado en la revista Nature, el primero de su clase, ofrece respuestas a estas cuestiones.

Gracias a la trazabilidad que ofrece esta tecnología, la investigación ha podido analizar 6,1 millones de transacciones realizadas con 4,1 millones de NFT, desde que estos artefactos digitales empezaron a dar sus primeros pasos (23 de junio de 2017) hasta el cierre del estudio (27 de abril de 2021). Los resultados muestran que es un mercado muy dominado por un grupo reducido de comerciantes: el 85% de todas las transacciones están protagonizadas por una élite que solo incluye al 10% de los usuarios que participan en el mercado.

Si se pone el foco en los NFT, el porcentaje escala todavía más: hasta un 97% de los 4,1 millones de artefactos digitales analizados han pasado alguna vez por las manos de ese 10% que domina el mercado.

“Además, encontramos una relación super lineal entre la fuerza de un comerciante y su actividad”, revelan los autores. En resumen, sus resultados evidencian que existe un pequeño grupo de actores en el mercado NFT compitiendo por hacerse con todos ellos y que cuantos más tienen, más agresivos son para aumentar su colección.

No solo arte

La explosión mediática de los NFT ha venido de la mano de aquellos que se venden como obras de arte digital. Que un solo archivo de imagen .jpeg sin respaldo físico pueda valer millones le ha “cambiado la vida” a algunos artistas, mientras que para otros es “una burbuja”. Pero la tecnología NFT sirve para certificar la propiedad y procedencia de cualquier archivo digital, no solo las piezas artísticas.

Los coleccionables y los NFT que se venden como elementos internos de los videojuegos son terrenos donde los NFT han alcanzado de hecho “cierta madurez”, recuerdan los investigadores, procedentes del Instituto Alan Touring de la Universidad de Londres, de la Universidad Técnica de Dinamarca, de la de Roma y del departamento de Investigación de IBM. Su análisis abarca todos los tipos de NFT con los que se está comerciando, lo que impacta en los resultados porque cada categoría tiene unas características propias.

De hecho, los NFT sobre videojuegos o coleccionables representan la mayoría de las transacciones. “Desde julio de 2020, los NFT más intercambiados pertenecen a las categorías Juegos y Coleccionables, que representan el 44% y el 38% de las transacciones. En cambio, solo el 10% están relacionadas con NFT categorizados como Arte”, reflejan.

Los NFT más intercambiados pertenecen a las categorías Juegos y Coleccionables, con el 44% y el 38% de las transacciones. En cambio, solo el 10% están relacionadas con NFT de Arte

Los datos apuntan que lo que ha crecido desde 2020 en lo referente a los NFT artísticos son los precios, no el volumen de transacciones, aclaran los investigadores. Tanto en promedio como en los picos más altos.

El 75% de los NFT costó 13 euros o menos

De media, englobando todas las categorías, el precio de los NFT no supera los 13 euros en el 75% de los casos. El 1% más caro lo forman aquellos por los que se ha pagado 1.414 euros o más. Para los NFT artísticos, ese 1% empieza en los 5.580 euros. También son los que han alcanzado mayores picos, con cuatro vendidos por encima del millón de dólares. El récord se marcó en marzo, con una obra del artista Beeple que llegó a los 69 millones.

En total, el mercado de los NFT movía en marzo 10 millones de dólares al día, 150 veces más que un año antes. La mayoría viene de las primeras ventas de cada uno de esos artefactos, puesto que de momento solo el 20% de ellos se revenden (los que han cambiado de manos más de 10 veces representan el 0,07%). No obstante, el 73% de esas ventas de segunda mano implicó una revalorización del NFT por encima de su precio original.

Los comerciantes especializados en una colección tienden a comprar y vender NFT con otros comerciantes especializados en la misma colección

Por último, otro de los aspectos que han analizado los investigadores es la cohesión en las colecciones de NFT de sus poseedores. Lo han hecho a través de programas capaces de identificar patrones de las imágenes, videos o gifs que forman el grueso de ellos. Los resultados han encontrado que sí existen repetición de patrones entre las colecciones de NFT: “Los comerciantes especializados en una colección tienden a comprar y vender NFT con otros comerciantes especializados en la misma colección”.

Claves en el metaverso

La gran mayoría de las incipientes propuestas para crear metaversos virtuales, desde la de Meta y Mark Zuckerberg, pasando por la de Epic Games que se desarrolla al calor del videojuego Fortnite, tiene a los NFT como un pivote central. No es casualidad que el bombo de una y otra tecnología hayan sido consecutivos: según los planes de sus desarrolladores, los objetos que poblarán esos mundos virtuales serán NFT que se podrán comprar y vender. Desde la decoración a la ropa de los avatares.

Multitud de marcas se están moviendo en este sentido. Zara, por ejemplo, ha presentado esta semana una línea de prendas para el metaverso. Los autores del primer estudio sobre el mercado que evoluciona detrás de los NFT advierten que su trabajo es pionero y debe ser continuado por otros que profundicen en él. Aunque no lo mencionan, uno de los aspectos con menos evidencias científicas es el coste energético que tienen registrar los NFT en las redes blockchain, con indicios que apuntan a que es tremendamente alto.