La fábrica de los pasteles de nata más famosos de Lisboa: el inicio de la reconocidísma pasta
Si visitar Lisboa es un plan delicioso, acercarse a la Casa Pastéis de Belém lo convierte en una experiencia casi obligatoria. Este rincón histórico no solo es la cuna de los pasteles de nata más famosos de Portugal, sino también el lugar donde se mantiene viva una receta que ha viajado por siglos y fronteras, conquistando paladares en Europa y Asia.
El secreto mejor guardado de Belém
Los pastéis de Belém, también conocidos como pasteles de nata, son tartaletas de hojaldre de unos ocho centímetros de diámetro, rellenas con crema de huevo, leche y azúcar. Lo que diferencia a la Casa Pastéis de Belém del resto de pastelerías es su “taller del secreto”, donde la pasta y la crema se elaboran a puerta cerrada siguiendo un proceso que dura dos días. Cada pastel combina la textura crujiente del hojaldre con la suavidad de la crema, servido caliente o frío y espolvoreado con azúcar y canela al gusto.
De monasterio a icono de la gastronomía portuguesa
La historia de estos pasteles comienza en el siglo XVIII, en el Monasterio de Santa María de Belén, donde los monjes jerónimos crearon la receta que hoy conocemos. Tras el cierre del monasterio en 1834 debido a la revolución liberal portuguesa, el panadero del convento vendió la receta a Domingos Rafael Alves, quien transformó un ingenio de caña de azúcar cercano en la pastelería Casa Pastéis de Belém, inaugurada en 1837. Desde entonces, el negocio permanece en manos de los descendientes de Alves, elaborando diariamente unas 20.000 unidades, cifra que puede aumentar hasta 50.000 en temporadas de alta demanda.
Los pasteles de Belém no solo representan un símbolo culinario de Lisboa, sino que también han sido reconocidos internacionalmente. En 2006, durante el Día de Europa, representaron a Portugal en la iniciativa cultural del Café Europe, mientras que España lo hizo con la Tarta de Santiago. Su fama ha cruzado continentes: en China, por ejemplo, llegaron a través de Macao, donde son conocidos como po ta, traducido literalmente como pastel de huevo.
Qué visitar en Belém
Además de probar los auténticos pasteles de nata, el barrio de Belém ofrece un recorrido cultural imprescindible. Entre pasteles y cafés, se puede visitar el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, el Monumento a los Descubrimientos y otros iconos de la Lisboa histórica. Todo ello convierte a Belém en un destino que combina historia, gastronomía y cultura a pocos kilómetros del centro de Lisboa.
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