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Los partidos andaluces descartan acuerdo global y empieza la negociación plaza por plaza de los gobiernos locales

Juan Manuel Moreno, el domingo en Málaga.

Manuel Ramos

El 25 de mayo no era la casilla de llegada sino la de salida: se ha abierto la carrera de la negociación municipal y esta tiene una fecha límite, el 13 de junio, cuando se conformen las nuevas corporaciones locales. Arranca una carrera contrarreloj de 20 días donde se negociará la creación de mayorías de gobierno plaza por plaza. Todos los partidos andaluces descartan hoy los acuerdos globales, se negociará ayuntamiento por ayuntamiento, diputación por diputación. La habilidad de unos y otros para negociar acabará cerrando mayorías alternativas en las ciudades andaluzas o dará un respiro al PP permitiendo el gobierno, en minoría, de la lista más votada. En la escenografía, queda de fondo un Parlamento andaluz que no ha logrado hasta ahora designar a Susana Díaz como presidenta de la Junta.

Las urnas abiertas el domingo por la noche reflejaron un poder municipal mucho más fragmentados, con la bienvenida a los plenos municipales de las ciudades andaluzas de formaciones como Ciudadanos y, a través de distintas siglas, de Podemos. Se acabaron mayorías absolutas, toca hablar. A la hora de sentarse en la mesa, el PSOE andaluz se siente fuerte con su tercera victoria en un año en Andalucía, aunque los votos reflejan un estancamiento en torno al 35% del sufragio.

Al otro lado, el PP mira con decepción como van perdiendo poder en la región comicios tras comicios. El 30,17 de los votos conseguidos en las municipales, cinco puntos más que hace un año en las europeas, no es suficiente. Ven tambalear sus cimientos en todas las capitales andaluzas y en las próximas tres semanas pueden ver como se les escapa de las manos Sevilla, Córdoba y Cádiz; Huelva ya está perdida.

Susana Díaz, tras reunirse con la dirección andaluza del PSOE, descartó ayer pactos globales. Lejos quedan ya aquellos días de 2003 y 2007 cuando las direcciones regionales de PSOE e IU sellaban su interés por conseguir gobiernos de izquierda en los municipios andaluces. “Analizaremos la situación ayuntamiento por ayuntamiento y diputación por diputación para ver qué es lo que quiere la gente”, dijo la presidenta en funciones.

Díaz tiene claro que los votantes han pedido cambio en Sevilla, donde traduce los apenas 3.000 votos de ventaja del PP sobre el PSOE como un empate. Evitó pronunciarse con tanta claridad sobre Córdoba y Cádiz, en esta última la agrupación vinculada a Podemos es segunda fuerza política por encima del PSOE.

Díaz dice querer gobiernos “solidos” y pidió un “análisis sosegado” antes de optar por unas alianzas u otras, no descarta las negociaciones con nadie. La presidenta mantiene que aunque no tiene miedo a la pluralidad, la administrará con “con responsabilidad y con mucho compromiso”.

Generosidad y sentido común fueron las bases de la negociación planteadas con la presidenta que desvinculó el acuerdo municipal de su investidura en el Parlamento andaluz. “Quienes piensen que en estos momentos la preocupación del PSOE andaluz es si la investidura es antes o después de la constitución de los ayuntamientos se equivoca”, dijo la presidenta que llamó a los partidos a “estar a la altura de este país”.

Silencio, de momento, del presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno. No se le vio en la noche electoral y no se le vio este lunes. Sí se le espera para este martes tras la reunión del Comité Ejecutivo Regional. Sabedores que sus parejas de baile naturales son muchas menos que las del PSOE, sólo les queda la posibilidad de Ciudadanos, confían más en que los socialistas no logren conformar acuerdos tripartitos en las capitales que en sus propias opciones para conformar mayorías para conservar las Alcaldías de Sevilla, Córdoba y Cádiz.

La vicesecretaria de Organización del PP-A, Patricia Navarro, acudió ayer al que ha sido mantra del PP en los últimos meses, “dejar gobernar la lista más votada”. Posición que dicen mantener en “todos los ámbitos” y que podría traducirse en abrir las puertas al acuerdo en el Parlamento en un quid pro quo. Opción desde ya descartada por el PSOE. Navarro reconoció un PP en “dificultades” ante “un tiempo nuevo de diálogo y consenso”.

Ilusión comedida para el coordinador andaluz de IU, Antonio Maíllo, ante el nuevo escenario de pactos que se abre a su formación recuperando el papel de actor decisivo. IU, aupada el domingo hasta la tercera fuerza más votada en Andalucía, en las autonómicas bajaron hasta el quinto, ve inflada sus velas pese a los malos datos registrados en el conjunto del país.

Maíllo descarta alianzas globales y marca las líneas para cerrar acuerdos: transparencia, participación activa de los ciudadanos, recuperación de los servicios públicos municipales privatizados y políticas de reactivación económica. El 29 de mayo la ejecutiva del partido acordará el método de negociación, este quedará en manos de las asambleas locales hasta que el 6 de junio el consejo andaluz fije la solución definitiva.

Podemos, o Cádiz Sí se Puede, quiere gobernar en la capital gaditana tras el descalabro de Teófila Martínez, y convertirse en la segunda lista más votada. Las candidaturas vinculadas al partido pueden ser llave de gobernabilidad para el PSOE en Sevilla y Córdoba. Cada candidatura municipal es independiente, por lo que inviable el acuerdo común, aunque el partido recuerda lo mucho que comparten con sus agrupaciones electorales: el programa, las personas y los métodos.

En un comunicado, la formación da a entender que sus exigencias en los municipios a la hora de negociar serán similares a las medidas establecidas en el Parlamento andaluz: “No insistan en llamarnos para un cambalache o para no comprometerse con las medidas de sentido común que planteamos”.

El papel que jugará Ciudadanos en la política andaluza de pactos a partir de ahora lo marcó Albert Rivera en su discurso desde Madrid. “Ciudadanos van a demostrar que no son una marca blanca el PP, sino un partido limpio, nuevo, libre y autónomo”. No se cierran por tanto a ningún acuerdo aunque Rivera volvió a dejar un recado a Susana Díaz y le pidió que “suelte el lastre de los imputados por corrupción”. Es decir, cualquier acuerdo con el PSOE pasa por la firma del pacto anticorrupción.

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