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El libro que pinta los 50 lugares de Memoria de Andalucía

Mosaico con acuarelas de 'Lugares de Memoria de Andalucía'. |

Juan Miguel Baquero

Andalucía tiene un mapa que busca ser una especie de guía contra el olvido. Si la represión franquista dejó la comunidad agujereada en fosas comunes, el recuerdo es capaz de sembrar este suelo con cincuenta espacios de homenaje. El libro Lugares de Memoria de Andalucía hace un recorrido por esta huella física en la que revivir el terror sirve para que broten derechos humanos.

La obra, con textos de la periodista María Serrano e ilustrada con acuarelas de Candelario G. Flores, viene así a “recuperar la memoria”. “Son espacios vivos que narran increíbles historias”, apunta la autora. “Muchas de ellas demasiado cruentas y amargas”.

Blas Infante, la 'desbandá', fosas comunes, cárceles y trabajo esclavo… El libro repasa la parcela andaluza de la memoria. Estampas rasgadas “que reviven la barbarie cometida durante la Guerra Civil Española y la posterior dictadura de Franco”.

La idea, remarca Serrano, es “dar a conocer a la gente de la calle, a la ciudadanía, que estos espacios pueden estar muy cerca de donde viven, en rincones desconocidos y que merecen ser puestos en valor”. El vehículo son una serie de acuarelas originales y textos periodísticos “que incluyen testimonios directos y dando un toque personal a las historias, haciendo más humanas la descripción de estos lugares”.

De Blas Infante a las fosas comunes

El objetivo: dar a las víctimas del franquismo “el homenaje que se merecen en Andalucía por tantos años de represión e injusticia”. Y reforzar esos sitios para el recuerdo con un volumen en cuya edición colabora la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía. La vicenconsejera de Cultura, Marta Alonso, ha presentado además el Catálogo de los Lugares de Memoria Histórica, un mapa digital o página web en el que poder bucear por el medio centenar de referencias repartidas por las ocho provincias y que irá incorporando nuevas inscripciones.

“España ha permitido el olvido, la desmemoria y, lo que es más grave, la legitimación de los dirigentes franquistas”. Lugares de Memoria de Andalucía arranca con la cita de Carlos Slepoy, el abogado de los derechos humanos, recientemente fallecido. Un referente, como los hitos “que en temas de memoria muchas veces faltan”, refiere María Serrano.

El libro “recorre espacios de relevante significación como el monumento a Blas Infante en Sevilla, la fosa del cementerio de San Rafael en Málaga, la conocida como fosa de las mujeres en Grazalema (Cádiz) o las tapias del cementerio de Granada”, escribe el director general de Memoria Democrática de la Junta, Javier Giráldez, en el prólogo de la obra. Un texto que ayuda a profundizar “en las historias de los que allí les fue arrebatada la vida”.

Cuenta Serrano que el punto de partida de Lugares de Memoria de Andalucía fue la aprobación del Decreto del Gobierno andaluz que regula esas figuras representativas: el Lugar de Memoria Histórica de Andalucía y el Catálogo de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía anunciado por la consejera de Cultura, Rosa Aguilar. Que son “espacios vinculados a hechos o acontecimientos singulares ocurridos durante la sublevación militar contra el Gobierno legítimo de la II República, hasta la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978”.

No sólo una suerte de “guía turística”

Esta declaración institucional conlleva el recordatorio y reconocimiento de las personas que sufrieron violencia, vejación, persecución o privación de libertad por ejercer sus derechos fundamentales, por defender las libertades y la democracia. Todo, inscrito en un inventario a modo de instrumento para el conocimiento, consulta y divulgación de estos rincones memorialistas.

A partir de ahí, nace un proyecto que embarca a fondo a la periodista en un viaje a lo largo de “más de un año”. Con 140 páginas –“un libro pequeño”, dice con modestia– que trazan un mapa para frenar el olvido. “Reivindico que la gente se acerque a la memoria, no como una guía turística pero sí como referencias de esta historia reciente de nuestro país”, resume. “Ir con el tema de la Memoria un poco más allá, que no se quede en una fría descripción de cada lugar, y que la gente sepa lo que ocurrió en su pueblo y en otros”.

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