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Un nuevo tratamiento de inmunoterapia contra el cáncer de pulmón duplica la supervivencia de los pacientes

El de pulmón es la primera causa de muerte por cáncer en varones.

Marta Salguero

Zaragoza —

El cáncer de pulmón es uno de los tumores más frecuentes en el mundo y la primera causa de muerte por cáncer en varones. Su tasa de curación es, además, baja en comparación con otros tumores. Solo un 15 % de los pacientes logran reponerse de la enfermedad al cabo de cinco años, frente al 55 % de los que padecen cáncer de colon o el 80 % en el cáncer de mama.

Son muchas las investigaciones que se llevan a cabo en el mundo para encontrar un tratamiento contra este tipo de cáncer, también en Aragón. El Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza ha participado en una de ellas junto a otros cuatro hospitales españoles. Se trata del estudio internacional Poplar, cuyos resultados actualizados se han presentado en la 52 Reunión de la Asociación Americana de Oncología Clínica celebrada en Chicago entre el 3 y el 7 de junio, una de las citas mundiales más relevantes sobre investigación en el campo de la oncología.

El doctor Ángel Artal, oncólogo del hospital Miguel Servet de Zaragoza, es uno de los especialistas que firma esta investigación que aumenta la supervivencia de los pacientes. Los resultados fueron presentados también en la edición del año anterior, pero en esta ocasión se han actualizado con mejores indicadores. El 28 % de los pacientes con cáncer de pulmón sometidos a este nuevo tratamiento de inmunoterapia viven con la enfermedad controlada al cabo de dos años. “Con la quimioterapia convencional, eso pasa en un 7 % o un 5 % de los casos”, indica.

La clave de esta mejora es la inmunoterapia, un tratamiento que funciona de forma distinta a la quimioterapia, porque no va dirigido a matar las células tumorales, sino a activar las defensas del organismo. Por añadidura, aunque no es una medicación inocua, los efectos secundarios que produce no son tan agresivos y se toleran mucho mejor por el paciente.

Este tratamiento a base de Atezolizumab fue probado en ocho pacientes del hospital zaragozano a principios de 2015, explica el doctor. Todas ellas eran personas con la enfermedad en fase avanzada o con metástasis, a los que la quimioterapia no había hecho efecto antes. Tras suministrarle esta medicación, “evolucionaban mejor y controlábamos la enfermedad durante más tiempo”, subraya.

No obstante, Artal precisa que no todos los pacientes se benefician de este tipo de tratamiento. Solo aquellos en los que está presente la proteína PDL1 notan una mejoría destacable. “La buena noticia es que podemos identificar a los pacientes que tienen más probabilidades de responder al tratamiento antes de someterse al mismo”, comenta.

Artal considera que este tratamiento, que sin ser curativo alarga la supervivencia del paciente, es un “primer paso” para continuar avanzando dentro de la inmunoterapia. De hecho, actualmente, se está aplicando a pacientes con la enfermedad menos avanzada, combinándolo con quimioterapia.

Tras los buenos resultados de los ensayos clínicos, Artal apunta que el siguiente paso será la aprobación por parte de la Agencia Estadounidense del Medicamento –FDA por sus siglas en inglés-. “Se piensa que puede aprobarlo después del verano, mientras que de la Agencia Europea no tenemos datos”. Y añade que las agencias reguladoras están siendo rápidas a la hora de aprobar estos medicamentos relacionados con la inmunoterapia, en los que se ha demostrado que la mejoría es significativa. Según fuentes de Roche Farma, la farmacéutica del medicamento, la agencia tiene previsto comunicar la aprobación el próximo 19 de octubre.

El elevado coste de los nuevos fármacos

No obstante, como ocurre con los medicamentos contra el cáncer, se espera que este tenga también un coste elevado, aunque se desconoce por ahora a cuánto ascenderá. A este respecto, Artal insiste en que el mejor tratamiento es, sin duda, la prevención. Y esto se consigue logrando que los ciudadanos fumen menos y evitando que los jóvenes se incorporen al hábito tabáquico. El segundo pilar es la detección precoz de la enfermedad, para poder practicar una cirugía, ya que sigue siendo el tratamiento más efectivo. Pero esta solo se puede llevar a cabo cuando el tumor está localizado y no se ha extendido al resto del órgano.

“Desgraciadamente, uno de los problemas que tiene el cáncer es que más de la mitad de los pacientes se diagnostican cuando ya tienen metástasis, cuando ya dan síntomas, porque la enfermedad es muy voluminosa o está extendida fuera del pulmón”, apunta.

La incidencia de este tipo de cáncer se ha mantenido estable entre los hombres, pero ha aumentado en la última década entre las mujeres, un colectivo donde hasta ahora era “poco frecuente”, a diferencia de lo que ocurría en otros países de Europa. La razón de este ascenso, según Artal, es que la mujer comenzó a fumar más tarde que el hombre en España y las consecuencias están llegando ahora.

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