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Castilla-La Mancha ha perdido más de 6.000 personas a lo largo de 2017

Pueblo de Cuenca

elDiarioclm.es

Los últimos datos al respecto de la población en las distintas provincias de Castilla-La Mancha, ofrecidos por la Unión de Pequeños Agricultores junto a la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales son “desiguales” pero con un factor importante en común: la pérdida de población de más de 6.000 personas al año. “Muchas de ellas del entorno rural. Sin duda, uno de los retos del futuro más cercano y contra el cual UPA ha propone varias soluciones y alternativas”, explica la organización.

La Unión señala que, por un lado, en Cuenca se ha perdido una población de unas 2.000 personas mientras que en Ciudad Real, el total se acerca a las 3.500 personas. “Sirvan estos dos ejemplos para comprobar que en la región son 6.176 personas menos en lo que va de año, lo que supone un descenso del 0,30%”, explican. Este dato es “de lo más preocupante”, pero no sólo debido al aspecto demográfico, sino también “a nivel social y del futuro de nuestros pueblos y zonas rurales”.

Desde UPA, Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Castilla-La Mancha y Fademur, señalan que las cifras “preocupan” debido a lo que suponen a nivel global y también en relación al carácter “eminentemente” rural, agrícola y ganadera de Castilla-La Mancha. Y es que esto “desemboca en un despoblamiento de nuestras zonas rurales y la necesidad de plantear soluciones urgentes para el futuro”, asegura.

La organización rural afirma que han demandado “en varias ocasiones” que se debe garantizar a las familias que viven del sector agro unas “buenas” condiciones de vida en el medio rural a través del acceso a una “adecuada” formación, a las instalaciones sanitarias y al empleo para que “puedan conseguir sus objetivos”. De todos modos, advierten de que la pérdida de la población es sólo “algunas” de las cuestiones preocupantes, pero igual provocan que los jóvenes “no vean el futuro en el entorno rural”.

Es decir, que el campo tenga “suficiente atractivo para motivar a los jóvenes a entrar en el sector y maximizar su potencial”, ha indicado Julián Morcillo, secretario general de UPA Castilla-La Mancha. Las organizaciones recalcan que las políticas de desarrollo rural son “fudamentales”, por lo que insisten en solicitar una dotación presupuestaria mayor, así como un fortalecimiento de la PAC.

Además de disponer de herramientas para gestionar mejor los riesgos de la inestabilidad de los mercados, que cada vez es mayor y cada vez condiciona más a agricultores y ganaderos, desde UPA inciden en otra de las demandas históricas de esta organización agraria: la demanda de precios más justos.

Por su parte, desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales de Castilla-La Mancha se denuncia de manera continuada la brecha salarial que sufren las mujeres en el entorno rural, al cual se añade la problemática para encontrar trabajo en los pueblos. Este problema laboral tiene su repercusión “directa” en el despoblamiento rural causado principalmente por la falta de oportunidades para las mujeres.

Entre las trabas específicas que impiden a las mujeres desarrollarse en el medio rural se encuentra la “masculinización” de la actividad agraria, la “invisibilización” del trabajo de las mujeres rurales en ciertos sectores, su “escasa” representatividad en la toma de decisiones y los puestos de responsabilidad en el medio rural, sus dificultades para acceder a servicios y a las nuevas tecnologías.

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