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Los argumentos ecologistas contra el Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la Unión Europea

Tom Kucharz en el ateneo de Albacete

Lourdes Cifuentes

A lo largo de las últimas semanas y con motivo de las elecciones europeas han sido muchas las referencias al tratado que preparan los dos partidos mayoritarios en Europa y que ligará a Estados Unidos con la Unión Europea en materia de comercio. Poco se conoce del tratado en cuestión que, de no ser por intereses electorales, seguiría siendo un tema sin tirón, pero la realidad es que de firmarse tal cual está planteado a día de hoy marcaría la pauta de vida de todos los países de la Unión Europea.

Tom Kucharz es miembro de Ecologistas en Acción Confederal y miembro de la “Plataforma no al Tratatado de Libre Comercio”, se conoce al dedillo el texto que quieren refrendar EEUU y Europa y cuyas negociaciones arrancaron con el visto bueno de la socialdemocracia y el PP europeos en junio de 2013. Kicharz ha detallado esta semana en Albacete algunas de los perjuicios que supondría que el Tratado de Libre Comercio saliera adelante: “ supondría eliminar barrera para que las grandes corporaciones trasnacionales puedan aumentar su margen de beneficio y bajar la carga sobre los salarios y también rebajar los derechos laborales”, explica, pero no es la única pega que le ve a este documento que dejaría el poder democrático de los Estados supeditado a los intereses económicos de las multinacionales. “Una multinacional, una corporación trasnacional podría demandar a cualquier gobierno nacional porque este tipo de legislaciones no estaban en vigor cuando ellos hicieron su inversión, y eso es una amenaza muy grande para cualquier decisión democrática para poner en marcha medidas públicas”, añade Tom Kucharz.

España sería un país muy castigado por el texto ya que el Tratado Transnacional perjudica directamente a la agricultura española puesto que “se abre la puerta a la entrada de transgénicos sin control, puede aprobar la importación de carne tratadas con hormonas, puede volver a eliminar prohibiciones de uso de ciertos pesticidas que ahora están prohibidos en Europa pero no en Estados Unidos”. Esto acarrearía, según Kucharz, graves perjuicios para la salud y haría retroceder en muchos avances que hemos conseguido.

Pese a que desde los dos grandes partidos políticos europeos resaltan la creación de empleo que fomenta el Tratado, Kucharz advierte que se premiaría y fomentaría la deslocalización de empresas para llevarlas a países en donde la mano de obra es más barata, con lo que el efecto obtenido es el contrario.

Todo un movimiento en contra

“En otros países de la Unión Europea hay campañas muy avanzadas contra este tratado, el caso más llamativo es el de Alemania, pero hay otros como Inglaterra, Dinamarca, Francia e, incluso, Portugal, donde el debate está candente”, cuenta Kucharz quien añade que la negativa está también al otro lado del océano Atlántico ya que en EEUU también hay movimientos en contra de este tratado.

“Ahora más que nunca vamos a emprender una campaña fuerte contra este tratado porque viendo que la mayoría de los gobiernos de UE están a favor de este tratado, si no conseguimos paralizar las negociaciones ( que se supone que duran hasta finales de 2015) entonces pararemos ese tratado en los procesos de ratificación nacional”, porque como es un acuerdo mixto tiene que ser ratificado por todos los parlamentos nacionales. Los esfuerzos de colectivos ecologistas y de algunos grupos políticos es parar las negociaciones, para lo que tienen hasta 2015. Para conseguir su objetivo están preparando una movilización descentralizada en toda Europa para la primera quincena de octubre.

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