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“Si querer llegar a muchos es convertirnos en el PSOE, no es mi opción”

José García Molina, en el set de eldiario.es Castilla-La Mancha

Alicia Avilés Pozo

José García Molina lleva año y medio al frente de la Secretaría General de Podemos en Castilla-La Mancha, un periodo que ha coincidido con el cambio de gobierno en esta comunidad autónoma, en virtud de un acuerdo de investidura con el PSOE, ahora en suspenso; y con la convulsa situación política nacional. Como coordinador nacional de Políticas Autonómicas de la formación morada ha tenido también la oportunidad de observar el papel de su partido en todo este escenario. En una entrevista con eldiarioclm.es, realiza un repaso por de estos meses y analiza la situación de Podemos de cara al futuro.

¿Cuál es el balance que hace como secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha?

Con luces y sombras. El hecho de que Podemos llegara a la instituciones cambió algunas dinámicas pero no tanto como nos gustaría ni hasta donde nos gustaría. Sin embargo, aquí ya ha habido una dinámica que ha cambiado, que era la mayoría absoluta de uno de los dos partidos que pasaba el rodillo al otro. Es cierto que el balance en algunas cosas me parece extremadamente positivo porque se han cambiado las dinámicas pero todavía es insuficiente para cambiar las políticas. El poder del legislativo sobre el ejecutivo sigue siendo insuficiente, nos gustaría que hubiera más mecanismos de control hacia el ejecutivo.

Eso se ha conseguido con dos diputados regionales. ¿Confía Podemos en aumentar su representación en el futuro?

Bueno, estamos viviendo un ciclo político muy acelerado, con muchos cambios, y hemos visto que las encuestas se equivocan ya a perpetuidad y mucho. Por eso hacer vaticinios me resulta complicado. Lo que sí he detectado el algo que se puede articular: que la gente tiene simpatía por nosotros. Eso no tiene por qué traducirse en votos, pero nos dicen que hemos traído algo distinto y eso se nota. Y además hay una simpatía porque somos cercanos. A esto hay que sumarle otro factor: que muchos socialistas de corazón, con agujeros en los bolsillos, se van a quedar huérfanos de representación política. Personas que llevan muchas luchas contra la derecha y el conservadurismo reaccionario, de repente no van a saber muy bien dónde ubicarse políticamente. Y quizás eso es una posibilidad para nosotros, pero no está dada de antemano.

¿Cómo ha afrontado las acusaciones realizadas desde las bases que piden celebración de asamblea regional y que han criticado la gestión del Consejo Ciudadano?

Creo que las bases somos todos y en Castilla-La Mancha hay 15.000 inscritos. Se firmó un manifiesto por apenas 200 personas. No creo que el 1% tenga que condicionar absolutamente la política del 99%, sería casi lo contrario de lo que hemos defendido siempre. Pero por supuesto que tomamos nota. Cada vez que hay gente que hace demandas, tomamos nota y nos hacemos eco de ello. Que vamos a tener una asamblea ciudadana todo el mundo lo sabe. El tema es cuándo, porque en medio de un proceso postelectoral y sin gobierno, en medio de un momento muy complicado con el PSOE por el incumplimiento de los acuerdos, consideramos que no es el mejor momento. Y respecto a las demandas, aquellos que reclamaban más firmeza con ellos, no seguían lo que estaba ocurriendo, porque la firmeza ya era evidente. Pero insisto en que es legítimo. Funcionamos así, escuchamos lo que la gente tiene que decirnos, con normalidad.

¿Se siente entonces arropado por la militancia en Castilla-La Mancha?

Yo creo que sí. Obviamente habrá de todo, uno no puede caerle bien a todo el mundo. Pero la mayoría de los mensajes que me llegan nos dicen ‘lo estáis haciendo muy bien, sois solo dos diputados y os dejáis ahí la piel y a veces parece que trabajáis más que los otros 31 juntos’. Por eso creo que lo estamos haciendo bien.

La asamblea regional y el papel de Podemos

¿Cuándo considera entonces que debe haber asamblea regional?

Yo creo que lo lógico es que se produzca después o paralelamente a la nuestra estatal, a ese 'Vistalegre II'. La mayoría de los compañeros con los que he hablado han dicho que lo más oportuno es hacerla durante o justo después de la estatal, cuando ya tengamos unos documentos políticos organizativos que sean de carácter estatal, para no entrar en contradicciones.

¿Qué papel cree que está cumpliendo Podemos en esta región con respecto al resto de España?

Estamos cumpliendo todos el mismo papel. Como somos una organización que se construyó primero en lo estatal, luego bajó a lo municipal y regional y lo hemos hecho todo corriendo, estos dos años me han parecido una década para muchas cosas. En todas las regiones hemos atendido a las características de la comunidad intentando colaborar en un proyecto que es general. El hecho de que ahora sea coordinador de la Interparlamentaria me permite tener una visión del resto de comunidades y lo que estamos viendo es que hay iniciativas en las que coincidimos todos y que seguramente son las que hay que potenciar. Estamos todos aportando al proyecto general con nuestras idiosincrasias y diferencias. El trabajo está siendo efectivo y eso se valora mucho.

A nivel estatal, también ha habido discrepancias en el seno de Podemos. Resulta casi inevitable preguntarle por si se considera ‘pablista’ o ‘errejonista’...

Lo que voy a decir es muy petardo, pero me considero ‘molinista’, más que nada porque tengo ya una edad y nunca he sido muy 'groupie'. Los dos son imprescindibles pero también considero que lo son (Juan Carlos) Monedero y Carolina (Bescansa). Porque me parece que si algo bueno hay en Podemos es la pluralidad de personajes: uno más aguerridos y otros más tranquilos. De mí casi siempre se dice que estoy en el bando de los tranquilos.

Eso es muy Errejón…

No lo creo. Yo soy mayor que Pablo y que Errejón. Vuelvo a decir: es una cosa que mediáticamente puede que tenga su interés pero la realidad no funciona así. Me gusta ser tranquilo porque creo que las cosas importantes se dicen en voz baja y porque creo que para decir verdades como un puño no hace falta gritar ni hacer aspavientos. Pero entiendo que haya otros compañeros más aguerridos o con otros lenguajes. Para mí eso es una riqueza, nunca un problema.

Y siguiendo con las decisiones, en el escenario político nacional, ya ha dicho que prefiere terceras elecciones a la abstención del PSOE para que gobierne Rajoy.

Antes de un gobierno del PP, si tengo que ir a votar tres, cuatro, cinco o diez veces, las que haga falta. Sé que a la gente no le gusta pero me parece que ir a votar me cuesta media hora y un gobierno del PP me cuesta media vida.

¿Cuál cree que ha sido el papel de Podemos a nivel nacional en este año de doble cita electoral y tras haber perdido votos en los segundos comicios?

Ahí también los análisis difieren. Hay gente que piensa que tenemos que acercarnos más a lo que podía ser un estilo de social-democracia para atraer a quien siente simpatía por nosotros pero todavía tiene muchas dudas; y otros que piensan que por acercanos ahí hemos ido perdiendo a otras personas. Me parece que los dos análisis tienen parte de razón. Cuando te mueves, dejas a gente a un lado o a otro. Yo que soy lector Max Weber, aprendí algo hace tiempo que me parece inexorable y es que en política no se puede contentar a todo el mundo. Cuando eliges un lado, queriéndolo o sin querer, acabas fastidiando a los del otro lado. Lo que no hay que perder nunca de vista es a lo que vinimos aquí: a impugnar una forma de hacer política, los propios idearios políticos de un régimen. Con eso me quedo. Yo me sumé a este proyecto porque estaba cansado de que hicieran una política contra nosotros.

Debido a que Podemos se ha desarrollado en medio de toda la inestabilidad política estatal, ¿cómo cree que debe ser la reconducción del partido?

No sé si reconducción es la palabra. Desde que nacimos, hemos estado en continua autoevaluación, autocrítica y también imaginando. Somos muy imaginativos y hay gente que espera que seamos como ellos (PP o PSOE) y si Podemos tiene una gracia, es que hemos sabido marcar escenarios y salirnos por la tangente de lo que hacen todos los partidos. En ese sentido, si se le quiere llamar reconducción, lo hacemos siempre, y tenemos que seguir haciéndolo. Pero insisto, siempre que nos movamos, vamos a dejar a alguien por el camino y vamos a atraer a alguien. Quizás tengamos que hacer ese planteamiento. Ahora, yo lo tengo claro, si querer llegar a muchos significa que nos convirtamos en el PSOE, desde luego no es mi opción.

¿Usted apuesta por mantener la confluencia con Izquierda Unida, tanto en Castilla-La Mancha como a nivel nacional?

Las apuestas siempre tienen que ver con las condiciones y los proyectos. Siempre he defendido que la sopa de siglas no me gusta, lo que me gusta son las políticas concretas. Si nos ponemos de acuerdo de a dónde queremos ir y cómo queremos ir, bienvenido todo el mundo, venga de donde venga. Pero la sopa de siglas acaba escondiendo repartos de poder, de cuotas, y eso ya no me gusta tanto porque nos asemeja a los partidos viejos. Por supuesto, yo siempre he defendido la confluencia porque entiendo Podemos como una confluencia ‘per se’. Cuando me presenté a la secretaría municipal de Podemos en Talavera, se sumó gente del PP que decía estar harta del partido. Si es IU, si es Equo, si es el PACMA, bienvenidos sean siempre que vengan a aportar y con un objetivo y método común.

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