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“Pasolini, la verdad oculta” se proyecta hoy en la Filmoteca Española en Madrid

"Pasolini, la verdad oculta" se proyecta hoy en la Filmoteca Española en Madrid

EFE

Madrid —

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Cuarenta años después de su muerte, Pier Paolo Pasolini sigue siendo “un tabú” en Italia. Así lo cree el director y guionista Federico Bruno, que en el filme “Pasolini, la verdad oculta” reconstruye la teoría del complot político para explicar el asesinato del cineasta, poeta e intelectual italiano.

Bruno acusa a los servicios secretos, en connivencia con la Democracia Cristiana y el Vaticano, de haber orquestado la operación para eliminar al incómodo escritor, que a diario atacaba al poder en su columna del Corriere de la Sera y que preparaba una novela, “Petróleo”, cuyo contenido prometía levantar ampollas.

“Mi teoría es que fueron los servicios secretos. Italia es uno de los países con más delitos políticos. Han matado a jueces, a generales, a periodistas”, recuerda Bruno a Efe en una entrevista previa a varias proyecciones del filme en la sede de Filmoteca Española, hoy y el próximo miércoles 16.

Protagonizada por Alberto Testone, un debutante con un asombroso parecido físico con Pasolini, la película recopila una serie de contradicciones que las distintas investigaciones judiciales han dejado sin explicar, la última cerrada “en falso” en mayo pasado, subraya.

La versión inicial sobre la muerte apuntó como culpable a Pino Pelosi, un joven de 17 años con quien supuestamente se había citado en una playa de Ostia, a las afueras de Roma, para mantener relaciones sexuales.

El propio Pelosi, que cumplió cuatro años en prisión, lo desmintió años después y aseguró haberse autoinculpado por las amenazas recibidas, mientras que informes clínicos más recientes determinaron la presencia de cinco perfiles genéticos en la ropa que el escritor vestía la noche de su muerte.

Bruno, que ha desarrollado su propia investigación y ha hablado con Pelosi, entre otros, enumera otros elementos sospechosos, como la desaparición del coche con que supuestamente fue atropellado Pasolini tras haber recibido una brutal paliza, o la denuncia del robo de un capítulo de la novela “Petróleo”.

El filme desmiente que la relación con Pelosi fuera de una sola noche -“llevaban tres meses viéndose”, apunta Bruno- y plantea que el motivo de la excursión nocturna a Ostia fue recuperar unas bobinas de “Saló o los 120 días de Sodoma” que le habían robado.

“Pasolini es un tabú, se han abierto cuatro investigaciones y todas se han cerrado en falso. Yo, sin ser abogado ni juez he descubierto muchas cosas, pero este crimen es una página que Italia quiere borrar y olvidar”, sostiene.

El propio Bruno dice haber sufrido las consecuencias de esta voluntad de amnesia al no haber logrado que su película, que finalizó en 2012, entre en los circuitos de distribución comercial habituales.

Tampoco ha ayudado la coincidencia con otro filme dirigido por Abel Ferrara y protagonizado por Willem Dafoe, que se estrenó en el Festival de Venecia el año pasado, que no se alinea con la teoría del complot y se limita a presentar el caso como un crimen homófobo por parte de una banda de delincuentes callejeros.

“Es una película horrorosa y hace un daño cultural enorme”, considera Bruno. “Oliver Stone o Gus van Sant lo habrían hecho mejor, pero Ferrara es un borracho tóxico que presenta a un Pasolini sucio y perverso, que encaja con la imagen que se tiene en Italia”.

En cuanto a Dafoe, asegura que es “un gran actor” pero está “ridículo” en el papel.

“En Italia, a día de hoy, se puede hablar del Pasolini poético y literario, pero no del político y tampoco de su muerte. Confiaba en que mi película ayudara a abrir una investigación más profunda, pero no ha sido así”, reflexiona Bruno.

Para él, el director de “Accattone” o “Teorema” fue “un genio adelantado a su época y un incomprendido”, que hablaba de temas de los que entonces nadie hablaba, como el desastre ecológico, la inmigración o los excesos del consumismo.

Por Magdalena Tsanis

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