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La RAE sube al escenario a los clásicos de la literatura española

Una docena de grandes nombres de la interpretación se dan cita en 'Cómicos de la lengua'. / RAE

Prado Campos

“¿Qué podía aportar yo, un cómico a secas, a la excelente tradición de la RAE?”. Esta pregunta retumbaba en la cabeza de José Luis Gómez, uno de los grandes de la escena española y director del Teatro de La Abadía, cuando fue elegido académico para ocupar el sillón Z de esta magna institución.

La respuesta no podía ser otra que la oralidad. El peso de las palabras en tinta y la forma que toman al decirlas en voz alta. Un poso que demuestra cómo ha evolucionado el castellano y cómo el lenguaje cobra vida.

Eso es Cómicos de la lengua, el ciclo de lecturas dramatizadas que recorre los grandes clásicos de la literatura española en la voz de una docena de actores a los que acompañan nueve académicos para situar cada texto en su contexto histórico, literario y en la evolución del español. Y también uno de los grandes actos programados para conmemorar el 300 cumpleaños de la RAE.

“Se llaman lecturas en vida porque se lee a viva voz. No es una mera lectura pegada a la literalidad sino que el texto pasa a través del cuerpo y la voz, y el texto resuena sobre el actor que lo transmite”, explicaba José Luis Gómez en la presentación de este ciclo que comienza esta tarde y se extenderá hasta el 19 de mayo sobre los escenarios de los teatros Español, María Guerrero, Pavón, de La Abadía y la sede de la RAE.

Los encargados de poner ese cuerpo y esa voz a las palabras son grandes del teatro como el propio Gómez, Carlos Hipólito, Carmen Machí, Blanca Portillo, Julia Gutiérrez Caba, Ernesto Arias, José Sacristán, Emilio Gutiérrez Caba, Beatriz Agüero, Israel Elejalde, Helio Pedregal y Pedro Casablanc.

Serán diez sesiones todos los lunes a partir de hoy (abre el ciclo José Luis Gómez con el Cantar de Mio Cid) en las que durante unos 40 minutos actores y académicos viajarán por nuestro idioma para trasladarnos, a través de textos clásicos que van desde el Cantar de Mio Cid hasta Valle-Inclán pasando por Don Quijote de la Mancha, La vida es sueñoLa vida es sueño o el Libro de buen amor, el recorrido que ha hecho nuestra lengua en los últimos 850 años. “No se puede asumir la personalidad como en el teatro con toda la encarnadura y vivencia, pero sí con una huella de encarnadura que deja paso a la palabra en la vida del personaje”, explicaba Gómez.

Así, con un atril como toda escenografía y la voz desnuda de cada actor, este trayecto por la lengua se valdrá de los fonemas originales para recorrer el viaje que ha hecho nuestra lengua en los últimos años. “Ha supuesto un trabajo extra aprender a hablar con esa fonética. En principio parecía aprender a hablar en otro idioma”, explicaba Carlos Hipólito, quien dará vida al Libro de buen amor (17 de marzo en el María Guerrero) como se recitaba en la época de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. “A lo largo de la lectura hay momentos que parece que se hable en catalán o en gallego. Uno se da cuenta de que las lenguas de la península están ahí”.

Un proyecto emocionante

Cómicos de la lengua aún no se ha estrenado y la expectación no puede ser mayor. Las entradas están prácticamente agotadas. Tanto, que ya se plantean ampliar el número de funciones. Eso por la parte del público, porque entre los actores la emoción no puede ser mayor. El aval de la llamada que recibieron de José Luis Gómez ya era un todo que se ha ido magnificando a medida que avanzaba el proyecto.

“Es muy mágico y estoy muy ilusionada”, explica a eldiario.es Blanca Portillo, que pondrá voz junto a José Luis Gómez a La vida es sueño, de Calderón de la Barca (14 de abril en La Abadía). Un texto que, además, lleva representando en un montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) desde que se estrenara en el Festival de Teatro Clásico de Almagro en 2012 y que justamente a la vez llegará al Teatro Pavón.

“Me fascinó la idea de otro acercamiento distinto. Eso es lo que da grandeza a estos autores y estos textos, que se pueden hacer de tantas maneras... Y por otro lado, era el único que hacía José Luis compartiendo con alguien. Además de que él hizo un Segismundo histórico. Así que me pareció una idea muy bella juntar a un hombre y una mujer que han hecho el mismo personaje –yo me siento alumna suya, nací a sus pechos–, y me sentí honradísima”, asegura Portillo.

Frente a la carga emotiva y la potencia dramática de la obra de la CNTC y la brutal interpretación de Portillo, en esta ocasión –señala la actriz– “el protagonista es la palabra, el texto. Aun estando en el escenario haciendo el montaje de Helena Pimenta, el valor de la palabra en este texto es fundamental, el ritmo que impone Calderón al texto, las belleza de las imágenes que plantea. Evidentemente, cuando haces una función, la carga emocional es mayor porque es lo que sostiene la emoción del espectador, y aquí vamos a dar su lugar a esa palabra maravillosamente bien escrita”.

Además del redescubrimiento que ha supuesto este proyecto para la actriz, que además de a Segismundo, hará suyas las palabras de otros personajes como Rosaura o Clotaldo. “El cuento de la función nos la sabemos todos pero desde donde se puede acercar uno, lo cambia tanto. Yo escucho a José Luis y es otro Segismundo. Y es muy emocionante”.

Ernesto Arias enfrenta otro de los grandes retos de Cómicos de la lengua. Nada menos que Don Quijote de la Mancha (7 abril en el Pavón). Su voz será la de Cervantes, la del hidalgo manchego, y la de Sancho Panza y su mujer, Teresa. Y esa voz es más que suficiente para transportarnos con maestría, por ejemplo, al mundo del escudero y su esposa mientras debaten sobre el futuro de la familia.

Arias, encantado e ilusionado con la envergadura de este proyecto –“estoy en una nube”–, matiza que “no es una simple lectura fría en la que se comparte lo que se lee con el oyente, y tampoco es una interpretación concreta en la que tú encarnas el personaje plenamente. Es una cosa intermedia en donde lees, pero sí es necesario habitar de cierta manera las emociones, encarnar de alguna manera los personajes en cierta proporción. Ha sido un trabajo muy enriquecedor, mucho en soledad porque nos han dado los textos para trabajarlos, y luego con encuentros con José Luis en los que nos daba las directrices”.

Además, otro de los viajes emocionantes ha sido redescubrir el Quijote. “Lo he disfrutado mucho porque ya lo había leído pero he vuelto a hacerlo y entrar en ese mundo, en ese lenguaje... Tengo muchas ganas de hacer la lectura”, asegura.

El intimismo, la sensibilidad y la espiritualidad brotarán de igual modo en la voz de Julia Gutiérrez Caba. La actriz leerá fragmentos de Teresa de Ávila (31 de marzo en el María Guerrero). “Sigo como expectante e ilusionada con el proyecto, pero sobre todo me interesa mucho que, al tener que leer un texto, vas adentrándote en conocer al personaje que vas a interpretar, informándote, y los académicos nos han ido contando”, afirma.

“Esos sentimientos, las dudas, la dificultad de expresarse, porque parece ser que tenía problemas con el idioma culto, te hacen interesarte por el personaje. Por ejemplo, Teresa de Ávila fue de las primeras que hizo de su interioridad escritura o expresión a los demás. Y también interesante por cómo ha ido evolucionando el idioma. Es algo muy rico para un actor. En mi texto, aún hay palabras diferentes. De hecho, lo voy repasando y hay veces que hay palabras que no sé cómo se escriben. El otro día le dije a un taxista agora...”, cuenta entre risas.

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