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Eszenika, una década entre bambalinas

La Compañía Nacional de Danza interpreta la obra "Romeo y Julieta". /EFE

Gorka Ascorbebeitia

Bilbao —

La apertura de una nueva escuela superior de artes escénicas en Bilbao, Eszenika, parece el cuento de nunca acabar. Hace más de diez años que los profesionales del sector llevan reclamando su construcción, pero las promesas de uno y otro lado nunca se acaban de ver cumplidas. Durante la pasada legislatura, el Departamento de Educación del Gobierno vasco estuvo más cerca que nunca de arrancar el proyecto, consignó una partida presupuestaria e incluso arrancó el proceso de licitación, pero nuevas eventualidades volvieron a retrasar su inicio. Con la estrechez presupuestaria actual, su materialización parece más lejana que nunca, pero los bailarines, escenógrafos y actores vascos no pierden la esperanza.

Alicia Gómez es la portavoz de Asociación de profesionales de la danza del País Vasco (ADDE) y miembro de la plataforma pro Eszenika desde hace una década. En enero de 2010 entró a formar parte de la comisión encargada de fijar los requisitos técnicos que la escuela debía cumplir, un organismo creado por el anterior Gobierno vasco, con la idea de su ‘inminente’ puesta en marcha. A pesar de todos los retrasos y decepciones, esta profesora de danza no ha perdido la esperanza. “Todavía existe una gran demanda del sector y tenemos una masa importante de estudiantes para apoyarlo”, argumenta. Ella ha sido durante los últimos años una testigo de excepción de cada uno de los retrasos sufridos por el proyecto.

Tras muchos avatares en la elección del perfecto escenario para el centro, a finales de 2009, la entonces recién elegida consejera de Educación, Isabel Celaá, anunciaba su ubicación definitiva. Un espacio de 3.000 metros cuadrados junto a la sede de EITB en Capuchinos y que pertenece al Gobierno vasco. Atrás quedaban otras alternativas de titularidad municipal como La Alhóndiga. Una vez despejada la incógnita del sitio, la comisión se puso en marcha y diseñó el plan de estudios del primer centro de todo el estado en unir en una misma escuela el arte dramático, la escenotecnia y la danza. Para junio de 2010 ya lo habían completado y habían definido que Eszenika impartiría un total de cinco grados universitarios.

Todo parecía ir sobre ruedas, pero los primeros quebraderos de cabeza para el Departamento de Educación no tardaron en aparecer. Por un lado la crisis se alargaba y los presupuestos cada vez eran más ajustados, por el otro se esfuerzaban por encontrar un encaje jurídico para la escuela. La empresa no resultaba ser nada fácil. Un centro de este tipo requiere de ciertas “figuras” de los escenarios para poder contar con prestigio nacional e internacional. Sin embargo, este requerimiento choca con la estructura habitual de un centro público, donde sus empleados son contratados por la vía funcionarial de aprobar unas oposiciones o mediante una bolsa de empleo.

Existía un precedente en Musikene, el centro superior de música ubicado en la capital guipuzcoana, pero la racionalización de sus gastos de personal estaba generando un enorme conflicto entre sus trabajadores. A pesar de todo, el Departamento de Educación decidió tirar para adelante e hizo una consignación presupuestaria destinada a la construcción de Eszenika para 2012.

A principios del año pasado, un nuevo imprevisto nubló el futuro inmediato de la escuela. El Tribunal Supremo decidió dar la razón a una demanda de la Universidad de Granada y quitó el rango de estudios universitarios a las enseñanzas artísticas superiores. Este nuevo varapalo sumió todo el trabajo curricular hecho para Eszenika en la incertidumbre jurídica y obligó a la comisión a repensar el plan de estudios.

A pesar de este último imprevisto, el departamento dirigido por Isabel Celaá, no quería dejar una promesa incumplida como manchón en su currículo y pisó el acelerador en la recta final de la legislatura. Puso en marcha la licitación del proyecto y, con idea de ahorrar tiempos, decidió optar por abrir el concurso tanto de la dirección de obra como de la construcción en el mismo pliego. Pero una vez más, el destino parecía estar decidido a impedir que Eszenika viera la luz. El Colegio de arquitectos vasco-navarros puso un recurso contra el proceso por considerarlo irregular y los tribunales les dieron la razón. Ya en tiempo de descuento y con el resultado de las elecciones sobre la mesa, Educación desistió y dejó la patata caliente en manos del siguiente Gobierno.

Ahora los profesionales del sector le reclaman que no deje el proyecto en un cajón y el Ayuntamiento de Bilbao ha unido recientemente su voz a ellos. En el último pleno municipal se voto unánimemente a favor de una propuesta del PP en la que se insta al Gobierno a impulsar el proyecto y, particularmente, a no cambiar su ubicación.

Este respaldo político se une al hecho de que antes del final de la pasada legislatura al menos consiguieron ver la luz lo que podrían considerarse como los cimientos humanos de escénica en el sector público, y lo hicieron en el mismo Bilbao. Durante el presente curso 2012-2013 se ha puesto en marcha el primer bachillerato de artes escénicas, música y danza de Euskadi precisamente en el IES Ibarrekolanda. De aquí a año y medio escaso, cuando sus primeros alumnos se gradúen, el Departamento de Educación tendrá la primera demanda de estudios de artes escénicas superiores que él mismo ha generado.

El equipo dirigido por Isabel Celaá ya había previsto la eventualidad e incluso barajaba arrancar de forma temporal con el proyecto en espacios libres y otros compartidos del conservatorio de música de Bilbao. No se podrían abrir todos los estudios previstos, al no tener un sitio adecuado para los técnicos de escena, pero al menos daría una salida a los alumnos de bachillerato interesados en la danza o el arte dramático. Alicia Gómez cree que esta es una “buena solución temporal”. Explica que existe una “propuesta concreta para el primer curso” y ve viable que se ponga en marcha en un breve periodo de tiempo. Dadas las fechas actuales, no sería posible que la iniciativa arranque el curso 2013-2014, pero sí de cara al siguiente.

La portavoz de ADDE puntualiza, además, que si bien el nuevo bachillerato es una de las vías para nutrir Eszenika, “la mayor parte de los interesados vienen de escuelas privadas de arte dramático y danza”. Prefiere “no incidir en las críticas” hacia todas las promesas incumplidas y se centra “en lo positivo”. “Lo más importante es que el sector lo sigue demandando porque lo necesita”, asegura. De hecho, recientemente la plataforma que impulsa la creación del centro superior de artes escénicas se ha fortalecido con el apoyo de múltiples agentes, como Eskena, ATAE o EAB. Con todo este respaldo ya han solicitado una reunión con la nueva consejera de Educación, Cristina Uriarte, de la cual esperan tener una respuesta en breve. Responsables del Departamento de Educación, por su parte, han confirmado que están dispuestos a escuchar las reclamaciones del sector y que en breve tendrá lugar la citada reunión.

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