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La reforma laboral provoca las primeras pérdidas de derechos

Manifestación en Cataluña por el convenio colectivo del textil /CARMEN SECANELLA

Aitor Guenaga

Bilbao —

Algunas empresas vascas ya aprovechan la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy y han comenzado a comunicar a sus trabajadores las nuevas condiciones laborales. De hecho, desde el pasado jueves no han parado de llegar burofáxes a los empleados. Es un goteo que ahora ordenan en los sindicatos. Por ejemplo, una empresa del sector hostelero en Gipuzkoa ya ha avisado a los trabajadores de un hotel de Irún que desde ayer mismo pasan a regirse por el convenio estatal. Siempre con la misma coletilla: “con carácter personalísimo, de manera transitoria y en consecuencia con la condición de suprimible, absorbible y/o compensable, hasta que le notifiquemos la decisión definitiva que tomemos o, en otro caso, hasta el 31 de diciembre del presente año le mantendremos la retribución y el resto de condiciones laborales que venía disfrutando hasta la fecha, debiendo quedar bien entendido que es voluntad de la dirección acomodarla en el futuro al citado marco legal”. Esta es la “incertidumbre” de la que hablan los sindicatos y también el Gobierno vasco, pero con la redacción de los empresarios reales de carne y hueso. En Bizkaia, lo mismo con una empresa de Artes Gráficas y en Vitoria ponen de ejemplo el caso del convenio de la ambulancias, una de cuyas empresas ayer decidió la “adscripción de la totalidad de los trabajadores de esta empresa al convenio estatal de transporte de enfermos y accidentados en ambulancia en todos sus contenidos”, con fecha de efectos a partir del 8 de julio.

“Nuestro consejo para todo el mundo es, de salida, que no firmen nada, que vengan con su burofax y con las nuevas condiciones al sindicato y nuestros servicios jurídicos ya lo estudiarán”, señalan desde las centrales sindicales.

Otros trabajadores, como la plantilla de Etra Norte, que lleva desde el 17 de junio en huelga indefinida con el objetivo de mantener sus condiciones de trabajo y evitar la aplicación de la reforma laboral, tienen conocimiento de sus peores condiciones laborales desde el pasado martes. Desde hoy tienen las condiciones del convenio superior. Un ejemplo de cómo se traduce ese cambio: los que tenían jornada contínua con 1.688 horas pueden pasar a tener una jornada a partir del 1 de enero de 2014 de 1.824 horas. Otro ejemplo de la mejora de la competitividad en base a alargar la jornada laboral, como vienen denunciando los sindicatos.

“La ley de la selva, pan para hoy y hambre para mañana”, reiteran desde los sindicatos. “O una declaración de guerra”, como ha denunciado estos días el sindicato abertzale LAB, cuya secretaria general, Ainhoa Etxaide, anunció ayer que el sindicato buscará “la mayor conflictividad posible” en las empresas si no se cumplen los convenios colectivos, y calificó esa actitud de la patronal como “una agresión” a los derechos de los trabajadores.

El caso de las pequeñas empresas ‘familiares’

A Arantxa y sus tres compañeras de trabajo les reunió ayer por la mañana el jefe. Están a nómina en una pequeña empresa del sector del metal de Bizkaia. El jefe no necesitó mandar ningún burofax. “Esto es una empresa familiar”, ha venido repitiendo a lo largo de los últimos años. Les preguntó si habían oído hablar de lo de los cambios del convenio a partir del 7-J. Y les dijo que iban a pasar por la notaría para firmar las nuevas condiciones. “Pasamos por la notaría y firmáis, que es lo mejor para la empresa y para vosotros”. Unos 1.500 euros al mes y 1.826 horas anuales son las condiciones que en el caso de Arantxa se pueden evaporar en muy pocos meses.

Arantxa tiene 41 años y se lleva bien con su jefe, pero ya no se calla. “Le recordé que desde 2010 no nos paga la extra, que meto más horas que las que tengo que currar y que hasta aquí he llegado. Yo no te firmo nada, José Antonio”, le he respondido.

Cuando hace un tiempo su jefe les planteó una posible bajada de sueldo del 40%, le convencieron para recortar de algún otro lado. “Pero esto ya no puede ser. Ya no me fío de mi jefe”, clama Arantxa. “Nos vamos a reunir nosotras y vamos a ver el planteamiento, pero eso de firmar alegremente, nada de nada”, avanza.

Todavía desconocen la propuesta del jefe de esta pequeña sociedad, pero casi con toda seguridad se aproximará bastante a la que ya están mandando otras empresas del sector metalúrgico que tienen como referencia el convenio provincial, según fuentes de CC OO. “Nos han llegado varios casos idénticos de diferentes empresas, así que creemos que responden a una circular tipo que ha enviado la patronal del sector a sus asociados vizcaínos. El planteamiento hasta el 31 de diciembre de 2013 es: yo te mantengo el sueldo de la nómina actual y las 1.826 horas, pero te modifico la estructura de la nómina. Una parte pasa a ser el salario mínimo de 645 euros y el resto lo abonamos como un complemento”, relatan desde el sindicato. ¿Cuál es el problema si cobro lo mismo? se preguntan los afectados. Sencillo. En principio, explican desde Comisiones, que son unas condiciones exclusivamente para los que están ahora en la empresa y que solo disfrutarán hasta final de año. Y si el empresario quiere hacer desaparecer el plus ese a partir del 1 de enero de 2014, pues está en su mano. Y dos, que si se producen nuevas contrataciones, los nuevos trabajadores solo cobrarán el salario básico, sin pluses de ningún tipo. Es la dualidad que vienen denunciando los sindicatos en las últimas semanas. Y la mejora de la competitividad de las empresas en base a la reducción del salario.

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