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El PSOE destituirá a su gerente en la próxima ejecutiva

Rubalcaba colocará a un hombre de su confianza al frente de las cuentas del PSOE.

Manuel Sánchez

La Ejecutiva Federal del PSOE, que se reunirá el próximo lunes por primera vez en 2014, decidirá la destitución de Xoán Manuel Cornide como gerente del PSOE, puesto en el que lleva desde 2004 por decisión del entonces secretario de Organización del partido, José Blanco.

En los últimos tiempos, Cornide ha visto cómo su nombre se entremezclaba en casos de presunta corrupción política y, además, ha tenido que gestionar cómo pasar de la etapa de bonanza en las finanzas socialistas a un periodo de duras restricciones entre los recortes del Gobierno a las formaciones políticas y la pérdida de poder del PSOE. También ha debido hacer frente a los despidos y las bajadas de sueldo entre los trabajadores del partido en los últimos tiempos.

El gerente del PSOE en esta última década nunca ha tenido la confianza de la actual dirección del partido, pero fue el propio secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien optó por concederle un largo periodo de transición hasta aclarar las cuentas y, sobre todo, para que pudiera abandonar su trabajo sin estar involucrado en ningún escándalo.

La decisión se tomó a mediados de diciembre, en un círculo muy reducido de dirigentes, donde el líder del PSOE comunicó su decisión de destituirle y encargar las finanzas del PSOE a un hombre de su máxima confianza, Gregorio Martínez, hasta ahora su jefe de Gabinete.

Fuentes de la dirección apuntan que Xoán Cornide había pedido hace ya tiempo abandonar su puesto y que estaba muy desgastado por las informaciones periodísticas que le involucraban en distintos escándalos, aunque nunca fue imputado. Sin embargo, otras fuentes indican que Rubalcaba ha esperado a un periodo de tranquilidad mediática en torno a la figura del gerente para llevar a cabo la destitución que deseaba hacer, ante el temor de que pudiera verse salpicado en algunos otros casos. Además, quería hacerlo de forma sosegada y que la noticia pasara lo más inadvertida posible.

Sustituir a quien lleva las cuentas de un partido político como el PSOE es más que delicado y, por ello, se ha tratado el asunto con el máximo tacto por orden directa del secretario general del PSOE. En teoría, parece que las cuentas y el escándalo de Fundación Ideas están ya en orden. Pero no falta un destacado dirigente del partido que, tras entrar en la dirección, no dudó en afirmar, tras ver la delicada situación económica y financiera del PSOE, que “también nosotros podríamos hablar de la herencia recibida”.

Y ese legado es que la nueva dirección se encontró el PSOE como un erial. Sin posibilidades económicas para hacer casi nada y teniendo que optar por unas restricciones económicas que nunca habían soportado en toda la etapa democrática. De hecho, sólo una persona del área de la Ejecutiva Federal del PSOE cobra sueldo directamente del partido, Purificación Causapié, por no tener cargo público. El resto sólo tienen el sueldo público por su representación política en distintas instituciones del que, además, han de donar una parte al partido. Esta medida la impulsó Rubalcaba bajo el nombre de “un cargo, un sueldo”, pero la realidad es que no había cómo pagar más.

Y, según la sensación que hay en el PSOE, mucho de ello tuvo que ver con casos como el de la supuesta escritora Amy Martin, pareja sentimental del gerente de Fundación Ideas, que cobró cifras desorbitadas por unos cuantos artículos firmados con un nombre que no existe. Al parecer, hubo más casos semejantes a éste, pero la actual dirección del partido ha decidido no hablar de “la herencia recibida” y prefiere mantener el silencio.

Otra lectura política de la decisión de Rubalcaba es que, se presente o no las primarias, lo que sí parece que tiene claro es agotar su mandato como secretario general del PSOE, y que no convocará el congreso hasta el 2016, como corresponde. Según un barón socialista, es la única forma de entender actualmente un cambio de tal magnitud y que coloque al frente a una de las personas de su máxima confianza. “Rubalcaba quiere seguir, al menos, como secretario general, eso está claro”, afirmó el citado dirigente socialista.

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