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Holanda celebra 300 años del Tratado de Utrecht, la primera paz diplomática europea

Holanda celebra 300 años del Tratado de Utrecht, la primera paz diplomática europea

EFE

Utrecht (Holanda) —

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La ciudad de Utrecht celebra este año el tercer centenario de un Tratado que redistribuyó el equilibrio de poderes en una Europa en guerra y en el que por primera vez la diplomacia sustituyó al campo de batalla como medio para conseguir la paz.

“La paz se hizo aquí” es el nombre de la exposición interactiva con la que el museo Central de la ciudad quiere dar a conocer desde los años de la Reforma en el siglo XVI hasta la firma del pacto, que consiste en una serie de 20 tratados firmados entre 1713 y 1715 en Utrecht, Madrid, la ciudad alemana de Rastatt y la suiza de Baden.

En la muestra, que estará abierta hasta el 22 de septiembre, se puede ver desde una puerta de su Ayuntamiento, a balas de cañón, armaduras o retratos de los reyes Luis XIV de Francia, Guillermo III de Inglaterra y Carlos II de España.

“Con la Paz de Utrecht, la primera fruto del diálogo y la diplomacia, se creó un nuevo equilibrio de poderes en Europa que puso fin a dos siglos de guerras”, explicó hoy a Efe Peter de Haan, presidente de la Fundación Paz de Utrecht, y que junto con el ayuntamiento de esa ciudad del centro de Holanda se encarga de organizar las festividades en torno a ese momento histórico.

Europa era en esos años un polvorín de conflictos bélicos y religiosos, con una España que sufría la Guerra de Sucesión desencadenada después de que Carlos II falleciera sin descendencia, y de que mientras el rey francés Luis XIV quería un príncipe galo para España, las otras dos grandes potencias, Gran Bretaña y Austria, se oponían a esa posibilidad.

En paralelo las potencias europeas luchaban por derechos de comercio y las guerras se sucedían unas tras otras y entre treguas poco duraderas.

De Haan explicó que “en el campo de batalla nadie era el más fuerte y había necesidad de buscar una solución porque Europa estaba en bancarrota”, una situación que se colocó como la “verdadera motivación” del inicio de las negociaciones diplomáticas.

El experto recordó que para España, el Tratado de Utrecht supuso la pérdida de Gibraltar, y apuntó a Gran Bretaña como la potencia que salió mejor parada de una paz que se negoció durante 18 meses.

La exposición también hace referencia a la guerra de Sucesión en España y los altos costes de ésta, lo que también llevó a la necesidad de firmar un tratado de paz.

A principios del siglo XVIII Utrecht era considerada un escenario “neutral” para unas conversaciones que se prolongaron durante un año y medio y que dieron a la ciudad holandesa una laxitud de costumbres impropias de una urbe calvinista de la época.

Durante las discusiones entre las 100 delegaciones diplomáticas congregadas en Utrecht, hubo cambios como que se levantara la prohibición de festejos callejeros impuesta por el calvinismo o la existencia de “ambiente desenfadado” que iba desde teatros y cenas para propiciar los acuerdos, explicó el experto.

“No creo que haya cambiado mucho respecto a cómo de llegan a acuerdos ahora en Bruselas”, bromeó De Haan para remarcar la importancia de los contactos informales en cualquier negociación diplomática.

Ese ambiente festivo es el que el que la ciudad quiere reproducir con actividades que incluyen exposiciones, conciertos, la acuñación de una moneda conmemorativa o espectáculos musicales en una ubicación tan poco usual como puentes sobre la autopista que da acceso a Utrecht, una urbe “única en el mundo” por el bajo nivel del agua de los canales que surcan sus calles.

La exposición “La paz se hizo aquí” muestra uno de los tratados bilaterales firmados entre Francia y la entonces República de los Países Bajos, además de retratos de los reyes de la época y otros objetos históricos vinculados con la Paz de Utrecht.

Con uno de los juegos de la exposición, el “Estudio de la Paz”, el visitante puede involucrarse en las negociaciones y virtualmente cambiar el sentido de la Historia a través de sus opiniones y decisiones.

En la “Pared de la Paz” se pueden escribir los pensamientos de cada uno al respecto.

A esas actividades se suman un espectáculo de luz en la emblemática torre de la Catedral medieval de la ciudad, que quedó separada de la nave de la Iglesia por los efectos de un tornado en 1674.

“Un año después de la firma del tratado de Utrecht y con los auspicios de un diplomático portugués que se quedó en el ciudad, se iluminó la torre con miles de velas, lo que era todo un espectáculo para la época”, explicó a Efe Jitte Roosendaal, de la Oficina de Turismo de la ciudad.

Como no hubo una reunión plenaria final que pusiera el fin de los acuerdos, aunque el primero de ellos sí quedó zanjado un once de abril, tampoco quedó ilustrado en una pintura de la época, algo que la ciudad de Utrecht va a remediar con el encargo hecho a la artista local Semiramis Oner Muhurdaroglu.

Por Maite Rodal

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