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Luis Alberto de Cuenca, una figura poliédrica en un monográfico de “Litoral”

Luis Alberto de Cuenca, una figura poliédrica en un monográfico de "Litoral"

EFE

Sevilla —

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La revista “Litoral” ha dedicado un monográfico de casi 300 páginas y cientos de ilustraciones en color a la obra y la figura de Luis Alberto de Cuenca, poeta, ensayista, filólogo, helenista, traductor, amante del cine y los tebeos, autor de canciones que dicen “Hola, mi amor, yo soy tu Lobo”.

“Litoral” incluye las letras de las canciones “Caperucita feroz” o “Viaje con nosotros”, que De Cuenca (Madrid, 1950) compuso, entre otras, para La Orquesta Mondragón, y un artículo del rockero José María Sanz “Loquillo” en el que recuerda que cuando cumplía el servicio militar cada día a las siete de la mañana era despertado con una de esas canciones “a un volumen insano”.

Pero “Loquillo” no le guardó rencor y su amistad, después de aquella mili a todo volumen, fraguó por la afición compartida “a los superhéroes de Marvel, Tintín, John Ford y las chicas de las películas de Howard Hawks”, según recuerda el rockero al admitir que la canción de De Cuenca “Línea clara” es “imprescindible” en su repertorio.

La multitud de aficiones e intereses del autor también se refleja en su poesía, según el ensayo de Javier Letrán, que la define como “un atractivo y complejo tapiz, de considerables dimensiones, rico tanto en los matices cromáticos, en los materiales y las técnicas en él empleados, como en las escenas, objetos y figuras, personajes y motivos”.

Antonio Lafarque, en un artículo titulado “¿Quién demonios es Luis Alberto de Cuenca?” le añade las actividades de editor, narrador, conferenciante, crítico, columnista, profesor y bibliófilo y le hace merecedor del sobrenombre de “el hombre de las mil caras” aun admitiendo que “la poesía y el cine tengan la misma máscara”.

La poeta Amalia Bautista, en su artículo, confiesa que en su juventud descubrió en los versos de De Cuenca “que se podía ser erudito y divertido, profundo y coloquial, trágico y humorístico, clásico y modernísimo, que podía hablar uno a tumba abierta de sus miserias y desamores con el escudo y el referente de toda la literatura, la historia y la mitología. O, más bien, que Luis Alberto sabía hacerlo como nadie”.

A lo que el poeta Julio Martínez Mesanza añade que la poesía de De Cuenca es “una de las cumbres de la ironía, la ligereza y la claridad de línea y de pensamiento” además de una “expresión del desvalimiento del ser humano, de su imperecedera angustia”.

La también poeta Almudena Guzmán dice que si hay algo de De Cuenca que le gusta como poeta “es esa maestría tan natural que tiene para entretejer épica y lírica, y también los innumerables hilos de sus referencias culturales sin que se vea nudo alguno”.

A la pregunta sobre De Cuenca de “¿clásico o romántico?”, Francisco Ruiz Noguera concluye su breve ensayo: “No sé. Tal vez deberíamos descartar la disyuntiva y optar por la copulativa”, mientras que el director de cine José Luis Garcí dice: “Mi amigo Luis Alberto de Cuenca lee el griego y el latín con más facilidad que yo el 'As'”.

“Litoral” incluye artículos de Francisco Gutiérrez Carbajo, sobre el cine en la obra de De Cuenca; de Emilio Coco y Álvaro de Cuenca sobre sus traducciones; de Miguel Ángel Garrido, sobre su labor filológica; de Lara Cantizani y Antonio Rey Hazas sobre el tema de la mujer en su poesía; y de Carlos García Gual y Juan Antonio González Iglesias sobre la mitología clásica en su obra; además de una entrevista de Alfredo Taján.

Y reúne dos breves antologías poéticas, una de “autorretratos en verso, con un poema que arranca con éste: ”Me he pasado la vida conciliando contrarios“.

En una lectura rápida de este “Litoral” podrá repararse en la intimidad y complicidad de Alicia Mariño Espuelas en su texto “Cuarenta grados a la sombra”, pero puede no encontrarse ninguna referencia a otra faceta suya, la política, como secretario de Estado de Cultura.

Aunque Álvaro García le dedica un poema que acaba así: “Nunca fue progre de trenka / o consigna cultural, / de ahí que en él sea natural / cierto hastío inteligente / ante el gusto de la gente / y la vida en general”. Alfredo Valenzuela

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