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La vicepresidenta veta que Luis de Guindos explique el caso Soria en el Pleno del Congreso

Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno.

Luz Sanchis

Soraya Sáenz de Santamaría ha vetado que Luis de Guindos pueda comparecer ante el Pleno del Congreso para explicar el fallido nombramiento de José Manuel Soria. A pesar de que el ministro de Economía en funciones avanzó este jueves desde Bratislava que está dispuesto a dar cuenta de la polémica ante todos los diputados, la vicepresidenta le ha cortado el paso y ha avanzado la negativa como respuesta oficial del Gobierno a Ana Pastor.

La presidenta del Congreso acabó convocando el jueves a última hora una sesión para la próxima semana sin decir la fecha, siempre condicionada a la disposición de De Guindos. Durante todo el día, defendió que no se la podía acusar de ralentizar los tiempos por no haberlo decidido inmediatamente. Ante la negativa expresada por Sáenz de Santamaría, el titular de Economía sólo hablará en la comisión correspondiente, que aún no está constituida pero puede ponerse en marcha el próximo lunes o martes para que De Guindos se explique el jueves.

Sáenz de Santamaría ha recordado que impera el criterio de la pasada legislatura de que Rajoy y sus ministros no se sometan al control mientras sigan en funciones y que el recurso sobre este conflicto sigue pendiente en el Tribunal Constitucional. “Nosotros no cambiamos de criterio” y “se está dilucidando un conflicto entre dos poderes del Estado” han sido sus respuestas más tajantes hasta que ha zanjado que De Guindos “hablará ante la comisión”.

Pero más allá del conflicto institucional, el temor del Gobierno es que el caso se convierta en arma electoral en un momento en el que Rajoy se ha visto incapaz de conseguir ser investido. “El Pleno es una Cámara legislativa y de control, pero no para que se convierta en el escenario de una precampaña ante unas posibles elecciones”, ha advertido a todos los partidos que han exigido la comparecencia ante el Pleno.

Como ejemplo del abuso de las peticiones al Gobierno, Sáenz de Santamaría ha repasado algunas de las 60 registradas por el momento. “Es ciertamente llamativo”, ha comentado después de sacar a colación ejemplos como el que exige que José Manuel García Margallo explique la destitución de Dilma Roussef.

Lucha de poder

Esta nueva demostración de la vicepresidenta ante la pretensión de De Guindos se enmarca en un reequilibrio de fuerzas dentro del Consejo de Ministros. Con la caída de Soria y el foco de la polémica situado sobre el titular de Economía, la vicepresidenta ha salido ganando aun de forma indirecta frente al grupo de los ministros más cercanos a Rajoy.

Una vez marcado el perímetro de protección a Rajoy, la número dos del Gobierno no ha querido hacer sangre y ha evitado responder sobre la falta de oportunidad política del intento del nombramiento: “En estas circunstancias uno no siempre es capaz de valorar las consecuencias. Muchos ciudadanos no conocían la existencia de ese puesto antes. Lo importante es que se tomó una decisión que pone de manifiesto esa vinculación con sus compañeros y ha puesto eso por delante”.

De esta forma, la vicepresidenta subrayaba que Soria había sido coherente “por segunda vez” y recordaba así que había salido del Gobierno por el escándalo de los Papeles de Panamá y su vinculación con una sociedad offshore radicada en un paraíso fiscal.

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