Expertos ven en la crisis de refugiados “una monumental brecha de solidaridad”

La crisis de los refugiados, que solo en 2015 trajo a Europa a 1.300.000 solicitantes de asilo, ha generado un “sufrimiento humano difícilmente narrable”, ha colapsado el sistema de asilo europeo y ha abierto una “monumental brecha de solidaridad” entre los Estados miembros de la UE.

Estas son algunas de las conclusiones a las que han llegado los autores del Anuario CIDOB de la Inmigración 2015-2016, expertos en disciplinas como el derecho, la sociología o la economía aplicada, que han titulado su informe “El año de los Refugiados”.

Los investigadores ponen en relación las cifras de inmigración hacia Europa y la respuesta que han dado las autoridades comunitarias, que critican, y llaman la atención sobre el riesgo de que las cosas puedan complicarse aún mas en el futuro por la fragilidad del acuerdo con Turquía y con la intensificación de los brotes xenófobos.

Durante la presentación de la publicación, el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Joaquín Arango ha explicado que más de 1.300.000 personas solicitaron asilo en la Unión Europea durante 2015, una cifra que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial.

A su juicio, la situación se podría agravar en el futuro por la persistencia de las llegadas de refugiados a las costas italianas, la posibilidad de ruptura del acuerdo con Turquía, la degradación de los estándares de asilo o la inquietud por el auge de “grupos xenófobos de ultraderecha” en Holanda, Francia, Alemania o Italia.

Por su parte, el profesor de Derecho Constitucional de la Universitat de Barcelona David Moya ha criticado la “improvisación” del mecanismo de reubicación de refugiados, al tiempo que ha señalado que estas políticas “no pueden medirse solamente en términos de seguridad”.

Este experto ha instado a la sociedad a “poner en el centro de atención” al refugiado y ha alertado sobre lo que puede provocar la falta de solidaridad de algunos países que cuestionan la libre circulación de personas en el espacio Schengen, “uno de los principales pilares de la Unión Europea”.

Además, ha recordado al Gobierno español que tiene pendiente realizar el reglamento de asilo, recuperar la asistencia sanitaria universal y facilitar la integración de refugiados e inmigrantes, si bien ha asegurado que los españoles se adaptan muy pronto “al otro” y a la diversidad cultural.

El profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid, Ramón Mahía, ha explicado que la inmigración en España los últimos dos años, pese al incremento de refugiados que buscan asilo en Europa, ha sido mayoritariamente económica o laboral como es habitual.

Ha precisado que España “continúa recibiendo mucha inmigración”, mayoritariamente no forzada, ya que “no hay un número significativo” de refugiados que consigan el permiso para establecerse.

Mahía ha recordado que el saldo migratorio ha resultado positivo por tercer semestre consecutivo y, que en los últimos tres años, el país recibe una media anual de 300.000 nuevos extranjeros, pero apunta que la política de inmigración “sigue siendo necesaria”.

En cuanto a las últimas medidas de cierre de fronteras tomadas por Donald Trump, los ponentes han coincidido en su juicio negativo, aunque han recordado que no es nada nuevo, sino que se trata de “las clásicas medidas de proteccionismo con la excusa de la seguridad”.

También se han mostrado esperanzados en que ello pueda provocar un “efecto reacción importante” en la sociedad.

“Cuesta creer que medidas de este tipo puedan tener recorrido largo en el tiempo. La presión social es lo suficientemente fuerte como para que, aún a malas, estas políticas se queden aquí y, a buenas, se diluyan en sus formas”, ha afirmado Moya.