Sarah Jane Evans, 'Master of wine': España tiene que subir los precios de su vino

Roberto Cubero

Vitoria, 30 nov (EFE).- “España tiene que subir los precios de su vino”, defiende la escritora y periodista británica Sarah Jane Evans, 'Master of wine', que pide a los viticultores y bodegueros españoles más ambición para vender en el extranjero.

Evans, embajadora honorífica de los vinos españoles en el Reino Unido, ha estado en Vitoria en una jornada organizada por el campus del vino EDA Drinks & Wine, del Basque Culinary Center, donde ha hablado con EFE sobre la crisis de ventas en los vinos.

Tiene clara la solución: apostar por la calidad y subir los precios. “Hay en España, especialmente en Rioja o Ribera del Duero, vinos de lo mejor, de superalta gama, originales, pero se venden baratos. Hay que pensar en cómo se venden los italianos o los franceses, ése es el modelo”.

Evans explica que España tiene la imagen de tener un vino “bueno pero de precio no elevado, y eso es fatal para el negocio. Cuando pensamos en un vino para el viernes por la noche, puede ser una garnacha de Rioja, pero cuando pensamos en un vino de guarda, España todavía no tiene bastante ambición. España debe tener orgullo de sus vinos”.

Las marcas premium españolas tienen poca producción

Otro problema es que en España hay marcas premium, pero pocas y con escasa producción, con lo que tienen difícil entrar en las plataformas de subastas, donde se venden los vinos premium para guardar diez años y revenderlos, lo que se hace con los franceses -en Burdeos- o italianos.

“España solo tiene seis vinos de ese perfil, Vega Sicilia, Murieta, La Rioja Alta... Por ejemplo, el primer vino en verse a un nivel muy alto fue 'La Ermita', de Álvaro Palacios, él tuvo la confianza y puso un precio buenísimo -se vende a más de mil euros la botella-, pero es solo una parcela y solo produce unas cuentas botellas. Lo que necesitamos para poner el negocio como en Burdeos es poner más vino a un precio más alto”.

Uno de los debates encima de la mesa se refiere a si hay que arrancar viñas, para bajar así la producción y subir los precios, algo que ya se ha hecho en Burdeos. Evans admite que en España “hay viñedos en malos sitios, pero también el clon (el esqueje que se usa para crear viñas nuevas) no es el mejor. Hemos visto un montón de tempranillo o tinto fino cuyo clon no es el mejor”.

La solución, mejorar las cepas: “Por ejemplo, en Jerez ya permiten seis variedades que fueron habituales antes de filoxera y ahora vuelven al viñedo, pero cuesta tiempo”.

Otra vía para aumentar las ventas es el vino blanco, donde, por ejemplo, Rioja tiene todo vendido pero solo es el 10 % de la producción. Evans anima a ir por ese camino, aunque ve reticencias: “los ingleses piensan que en España no se pueden hacer vinos frescos como un blanco, es un país de sol y playa, pero sí que se puede”.

“Antes del 2000 no había gran vino blanco en España, solo algunos, pero ya se hacen vinos fascinantes. Viura fue dominante como uva, pero ya vemos que por ejemplo en Cataluña trabajan con xarelo, que da vino superfresco, o la garnacha blanca. Y Albariño ha llegado al top, la gente de Uruguay o Sudáfrica quiere copiar este vino atlántico”.

Apostar por el tapón de rosca

Evans anima a los bodegueros españoles a apostar por nuevos envases, como las latas, o el tapón de rosca, aunque admite que ella en el pasado también se ha resistido.

“Lo bueno del tapón de rosca es que se puede disfrutar pero no hay que terminar la botella. En los países nórdicos beben mucho vino en cartón, y es un mercado elevado, o las latas, que no me encantan, pero sirven para gente que está viajando en tren o haciendo picnic; tenemos que adaptarnos al mercado”, advierte.

Más reticencias muestra hacia el vino sin alcohol: “Es posible que en el futuro el alcohol vaya a ser como el tabaco, que no se pueda disfrutar en un sitio público, pero el problema del vino sin alcohol es que falta algo, el alcohol da riqueza”.

“En la cerveza funciona, es aceptable beber sin alcohol, pero con el vino es mucho mas difícil. En estos vinos se pone azúcar, con lo que no tienen la sequedad del vino, o se puede hacer vino sin alcohol con burbujas, pero lo mejor sin burbujas es el té”, ironiza.