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ANDALUCÍA es, según la constitución, una nacionalidad histórica que vivió momentos de esplendor en el pasado y luego pasó a jugar un papel de cuartel, granero y mano de obra. Esta degradación llega a su punto álgido con el fascismo que deja a los andaluces en el imaginario popular como pobres analfabetos alegres y vagos -valga la contradicción- Ahora, hijas e hijos de Andalucía, intentamos contar nuestra historia con la dignidad, igualdad y justicia que esta se merece. (Columna coordinada por Juan Antonio Pavón Losada y Grecia Mallorca). Más en https://www.instagram.com/unrelatoandaluz/

Ahora que el mundo se acaba

Web Un Relato Andaluz (1)
3 de octubre de 2025 06:01 h

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Llego a octubre con los ojos nuevos, con semillas en las pestañas. Ha pasado el ajetreo reorganizativo de septiembre, los cuerpos ya encajan la rutina y además han comenzado las lluvias. Que el otoño siga los derroteros marcados da un nosequé de sosiego. Algo que, en una actualidad plagada de incertezas, no es nada despreciable. 

La sensación de que el mundo se acaba a cada rato es una opresión constante e inclemente en las tripas. Seguramente peque de ingenuidad pero, por ejemplo, no contaba con que tuviéramos que seguir hablando de Gaza a estas alturas. Ni con tener que argumentar por qué violar Derechos Humanos está mal. Ni con meternos en discusiones sobre si es punible protestar contra un genocidio, o sobre si es lícito detener a una flotilla que intenta alcanzar comida a un sinnúmero de estómagos famélicos. Sin embargo, aquí estamos. ¿Qué ha sido más útil hasta ahora, la ingenuidad o el cinismo? No tengo una respuesta, aunque sí una certeza: sé que el cinismo no permite albergar resistencia ni esperanza. 

Algo que me invita a cultivar tanto una cosa como la otra es la vuelta de las newsletters personales (o boletines de correo electrónico, para las menos modernas). En épocas de incertidumbre es reconfortante detenerse en las reflexiones amables, no por ello menos descarnadas, de quien se molesta en pensar y compartir. Que el medio sea lo escrito supone además un mimo a nuestra cada vez más frágil capacidad de atención. De modo que en esos boletines encuentro estímulo cognitivo, creativo, social y sentimental. Y debo decir, porque es importante, que todas las que sigo las escriben mujeres. 

Hay hornos terribles, alimentados por paladas y paladas de cuerpos y vidas, de desinterés y descrédito. Chimeneas que contaminan el aire con un odio denso e inescrutable. Es insano respirar ese humo. Es destructivo. E igualmente lo es correr las cortinas y pretender que tras ellas el cielo es azul. Reclamo cuidado y conciencia, en equilibrio. Deseo ese balance para todo el mundo. En esa dialéctica entran en juego la información veraz y la escritura honesta

Proyectar relatos y refugios no es una habilidad exclusivamente femenina, naturalmente. Lo que ocurre es que observar y hacer desde una posición no protagonista, en términos socio-históricos, ayuda a ofrecer puntos de vista más reposados. Y honestos. Y racionales. Todo ello necesario para imaginar alternativas a esta narrativa turbo-capitalista e inhumana que pregona el fin de los tiempos. Pienso, como decía en uno de sus recientes boletines o “cartas” Carmen Pacheco, que esto (escribir reposado, bonito, gentil) no es una simple cuestión estética, sino una especie de activismo. Porque si nadie reclama y abandera lo bueno y lo bello, ¿qué nos impide perderlo? ¿Qué nos sostiene? 

Hay días en los que no puedo leer ni ver las noticias. Más allá de la autoindulgencia, no me permito desconectar del todo ni por mucho tiempo, porque eso me haría una inconsciente, una insensible y una ignorante. Un peón supuestamente apolítico (algo a todas luces imposible) en el juego de alguien con pocos escrúpulos y cuestionamientos. Esos días me acuerdo de lo que las mujeres de Birkenau le dijeron a Primo Levi cuando él preguntó, al reparar en las humeantes chimeneas del campo de concentración, qué eran esos fuegos. Ellas dijeron: somos nosotras, que nos quemamos

Hay hornos terribles, alimentados por paladas y paladas de cuerpos y vidas, de desinterés y descrédito. Chimeneas que contaminan el aire con un odio denso e inescrutable. Es insano respirar ese humo. Es destructivo. E igualmente lo es correr las cortinas y pretender que tras ellas el cielo es azul. Reclamo cuidado y conciencia, en equilibrio. Deseo ese balance para todo el mundo. En esa dialéctica entran en juego la información veraz y la escritura honesta. Nos lo debemos. Porque son ciertas, de nuevo, las palabras de Carmen: Me recuerdo que, aunque a veces no sea capaz de verlas, la verdad, la bondad y la belleza siguen existiendo y yo tengo un compromiso absoluto con ellas.

Sobre este blog

ANDALUCÍA es, según la constitución, una nacionalidad histórica que vivió momentos de esplendor en el pasado y luego pasó a jugar un papel de cuartel, granero y mano de obra. Esta degradación llega a su punto álgido con el fascismo que deja a los andaluces en el imaginario popular como pobres analfabetos alegres y vagos -valga la contradicción- Ahora, hijas e hijos de Andalucía, intentamos contar nuestra historia con la dignidad, igualdad y justicia que esta se merece. (Columna coordinada por Juan Antonio Pavón Losada y Grecia Mallorca). Más en https://www.instagram.com/unrelatoandaluz/

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