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Gibraltar y La Línea: la Verja de las vacunas

Paso fronterizo entre Gibraltar y España

Juan José Téllez

Campo de Gibraltar —

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Este viernes, dos muertos en el Peñón y nueve a este lado de la Verja. Aunque el impacto de la COVID-19 sea hasta cierto punto azaroso y el diferencial de población a ambas partes sea notable, ese minuto de partido y resultado podría ser el retrato robot de la pandemia entre una bandera y otra a través de la Verja de Gibraltar. La comunidad gibraltareña, con 30.000 personas respecto a los 250.000 que viven del lado español del contencioso, saldrá del confinamiento, un mes después de adoptarlo, a partir del próximo lunes 1 de febrero. Y lo hará con más de un tercio de la población vacunada, para emprender ese día la administración de la segunda dosis de la vacuna por el mismo orden de quienes recibieron la primera. Ya han recibido su primera dosis los mayores de 60 años y los menores de esa edad con patologías previas.

En el Campo de Gibraltar, sin embargo, a siete kilómetros de distancia y tras algunos días de alivio de luto, el impacto de la COVID volvió a crecer ayer en números de contagios y de muertes. Se desconoce a cuántos linenses o campogibraltareños se les han dispensado los viales que se sueñan milagrosos y la comarca entera se encuentra no solo bajo cierre perimetral, sino que seis de sus ocho municipios mantienen la actividad no esencial ya chapada.

Para colmo, como en el resto de Andalucía, la campaña de vacunación se interrumpe este fin de semana en el Campo de Gibraltar ante la falta de nuevas dosis de la vacuna Pfizer. Los viejos chistes respecto a la diferencia de trato entre británicos y españoles ya estarán empezando a circular: mientras aviones de transporte de la Royal Air Force siguen trayendo puntualmente nuevas remeses a los “territorios de ultramar”, en este escaparate del Estado español ante lo que se pregona como última colonia en territorio europeo, “culillos” de vacunas sin usar por jeringuillas inadecuadas y ni caso a la petición de Juan Franco, alcalde de La Línea, que reclamó la vacunación prioritaria de sus vecinos para intentar contener la cepa británica que campa por sus respetos en toda la Península y, a decir de Fernando Simón, puede convertirse en cepa dominante a escala española, entre febrero y marzo.

Diferentes estrategias

¿Cabría preguntarse alguien a estas alturas por qué los yanitos se empecinan en seguir dependiendo de Londres? Buena parte de los trabajadores transfronterizos podrán vacunarse en el Peñón mucho antes de que les toque el turno en España. Y de hecho, ya han recibido la primera dosis alrededor de trescientos de entre todos ellos, incluidos entre los servicios sanitarios de primera línea.

A un lado y a otro de la Verja, persisten otras diferencias notables. Mientras el alcalde de La Línea, Juan Franco, lleva desde mediados de enero reclamando el cierre de los colegios, la Junta de Andalucía hace caso omiso y tan solo amaga con abrir expediente a los alumnos cuyas familias han acordado que no vayan a clase: el 90 por ciento en dicha ciudad, el 50 por ciento en San Roque. En Gibraltar, el propio ejecutivo de Fabian Picardo es el que ha decidido mantener el cierre de los centros educativos, salvo algún centro de guardia y la escuela St. Martin, de educación especial, hasta el lunes 22 de febrero.

Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, no estaba ayer, sin embargo, para lanzar demasiadas campanas al vuelo. Así que se presentó ante los periodistas, como viene haciendo cada viernes, para rendir el habitual balance de bajas: “Esto resulta sencillamente devastador. No hay otra forma de describir esta mortalidad”. Desde hace una semana, 14 nuevas muertes. Desde comienzos de año, 66. En Nochevieja y desde noviembre, solo habían perdido la vida 7 gibraltareños.

Aunque Gibraltar mantenga el toque de queda entre las 10 y las 6, las personas de más de 70 años seguirán sin salir, salvo para ir al médico, comprar o practicar ejercicio, y el Gobierno recomienda el teletrabajo y hasta el 1 de marzo cierra la hostelería

Una política de duras restricciones que puso en pie de guerra al sector de la hostelería y que se inició en vísperas de Navidad ha permitido mejorar los datos de contagio: 14 positivos en las últimas 24 horas y solo 369 casos activos, ocho de ellos en UCI y 29 en planta hospitalaria. Así que se dan las circunstancias para pasar del estado de Alerta Negra a Alerta Roja, a partir del lunes: “Las cosas están mejorando. Pero aún no estamos fuera de peligro”, advirtió Picardo.

Así que, aunque Gibraltar mantenga el toque de queda entre las 10 de la noche y las 6 de la madrugada, las personas de más de 70 años seguirán sin salir a la calle, salvo para ir al médico, a comprar o a practicar ejercicio una hora al día, y el Gobierno recomienda el teletrabajo y hasta el 1 de marzo permanecerán cerrados el sector de hostelería –que seguirá recibiendo ayuda pública– y los centros educativos: “Los profesionales de salud nos han dicho claramente que sería mejor esperar estas tres semanas adicionales y debemos escucharles”, adujo John Cortés, ministro de Educación.

El lunes reabrirán además tiendas, gimnasios y salones de belleza, pero el comercio no esencial deberá cerrar los sábados y domingos para evitar aglomeraciones. Eso sí, no se permitirán las reuniones de más de dos núcleos familiares y, en los lugares públicos, el máximo de personas que podrán reunirse será en grupos de ocho.

En su comparecencia ante los medios, Picardo también se refirió al cruce de la Verja, el paso terrestre que une o separa a Gibraltar y La Línea: “La Línea está ahora en un estado de confinamiento efectivo. Se han cerrado los establecimientos de hostelería y no se permite la entrada o salida de La Línea salvo para propósitos aprobados”.

“Por lo tanto, insto a nuestro pueblo a que no busque salir de Gibraltar, salvo para cuestiones permitidas en España y a que se familiaricen con las medidas, para asegurarse de no incumplir las normas españolas una vez en territorio español”.

Quid pro quo

También el Gobierno español notificó este viernes que solo permitirá el acceso a este lado de la frontera de aquellas personas con residencia legal en el territorio gibraltareño –sea cual sea su pasaporte—únicamente si existe reciprocidad con respecto a la entrada en el Peñón de los residentes a este lado de la Verja. Quid pro quo, COVID-19 mediante.

¿Qué españoles están cruzando al Peñón en estas últimas semanas? Los trabajadores de los sectores esenciales de la economía gibraltareña que han permanecido abiertos y, muy especialmente, los sanitarios de primera línea, alrededor de 300, que ya habrían recibido la primera dosis de su vacunación allí. Ahora, lo hará el resto: se calcula que entre los 15.000 trabajadores transfronterizos hay 9.500 españoles aunque se desconozca cuál es el número de quienes se las apañan en la economía sumergida. No todo ese amplio contingente volverá a cruzar: lo hará solo, presumiblemente, el del comercio en general pero no así el de la hostelería, salvo los establecimientos de reparto de comida a domicilio.

Ayer, el Gobierno gibraltareño anunció dos nuevas muertes, un hombre y una mujer que rondaban los 90 años y que residen en los tan castigados servicios residenciales para la Tercera Edad (Elderly Residential Services, ERS). Pero, en la puntillosa estadística diaria que distribuye su servicio de información, también se concreta que una muerte producida el 22 de enero y cuya naturaleza se estaba investigando también se debió a este coronavirus, según el informe del Instructor Forense. En el otro lado de la balanza, anoche se encontraba previsto que más de 12.800 personas en Gibraltar hubieran recibido su primera dosis de la vacuna a través de uno de los dos centros de vacunación, o en calidad de paciente ingresado de la Autoridad Sanitaria de Gibraltar o de residente de los Servicios Residenciales para la Tercera Edad. Estaba previsto que las nuevas remesas llegasen este sábado y la nueva fase dé comienzo este mismo domingo, avanzando progresivamente en tramos de edad hasta los 16 años: “En esta fecha, se comenzará a administrar las segundas dosis de la vacuna al primer grupo de personas, las que hayan recibido su primera vacuna tres semanas antes”, explicó ayer el Gobierno en una nota oficial.

Citaciones de la segunda dosis

El COVID-19, también en la Roca, sigue siendo territorio comanche, un mar ignoto: “El equipo de la Autoridad Sanitaria de Gibraltar ha hecho un trabajo verdaderamente extraordinario al administrar la primera dosis de la vacuna a tantas personas en tan solo tres semanas –declaró la Ministra de Sanidad y Asistencia, Samantha Sacramento–. Es increíble que en este tiempo hayamos administrado la primera dosis de la vacuna a la mayor parte de las personas mayores de 60 años, a personas más jóvenes con problemas de salud subyacentes, a pacientes y residentes de nuestros sistemas sanitarios y asistenciales, al personal sanitario y asistencial, al personal de otros servicios esenciales, así como a trabajadores esenciales de primera línea”.

A partir de mañana, las citaciones para la segunda dosis se repetirán con arreglo a las primeras, pero tres semanas después: “Una vez que las segundas dosis se hayan administrado a nuestros miembros más mayores y vulnerables, el programa de vacunación seguirá administrando las segundas dosis al cabo de 21 días, a la vez que administrará primeras dosis, a miembros de los grupos prioritarios. Ello incluye seguir vacunando a las pocas personas que aún quedan sin vacunar de más de 60 años, a los trabajadores esenciales restantes y a las personas que no han podido vacunarse hasta la fecha porque estaban en autoaislamiento o habían dado positivo en una prueba de COVID-19 hacía menos de 21 días”.

La priorización en las vacunas comenzó en Gibraltar con las personas mayores de 70 y otras, más jóvenes pero “clínicamente muy vulnerables, los residentes y el personal de los Servicios de Residencia para la Tercera Edad (Elderly Residential Services, ERS) y el personal sanitario”. También los internos en los centros de salud mental.

“Cuando se completó este grupo, el programa empezó a vacunar a las personas mayores de 60 años, otras personas con mayor riesgo por sus patologías clínicas que habían sido identificadas por médicos de cabecera, junto con otros trabajadores esenciales”.

Al contrario que en algunos controvertidos casos registrados en España, en Gibraltar, al menos que se sepa “no se ha dado preferencia a ninguna persona que no cumpla los criterios de prioridad establecidos. La realidad es que ya hemos vacunado a una amplia parte de nuestra comunidad porque se enmarca en estas categorías”.

El hecho de que la llegada de la vacuna y su administración a ancianos haya coincidido con la muerte de muchos de ellos aventó una cierta campaña de fakes news en las redes, que la Autoridad Sanitaria de Gibraltar atajó con un comunicado esta misma semana, cuando ya se contabilizaban 11.073 vacunaciones. Sus muertes, según garantizaba, no había sido como resultado de una reacción a la vacuna: “Las declaraciones en sentido contrario publicadas en las redes sociales son totalmente falsas y proceden de personas y organizaciones desacreditadas”.

“De las más de 11.000 personas que han recibido la vacuna, 6 personas han fallecido desde su administración por motivos no relacionados con la vacuna, y no existen pruebas de que exista ningún tipo de vínculo con la vacunación. Parece que estas 6 personas contrajeron el COVID-19 antes de ser vacunadas pero, a pesar de haberles realizado una prueba antes de su vacunación, la infección no se detectó en el momento en que se vacunaron, pero sí días después. Todas estas personas tenían entre 70 y 100 años y todas, excepto una, residían en instalaciones de Servicios de Residencia para la Tercera Edad (Elderly Residential Services) del Gobierno de Gibraltar. La GHA puede confirmar que no existe ninguna prueba de ningún tipo de vínculo causal entre estas seis muertes y la inoculación de la vacuna de Pfizer”, comunicaron los servicios sanitarios.

Y lo puntualizó el propio Picardo: “No hay prueba alguna de muertes en Gibraltar derivadas de la inoculación de la vacuna de Pfizer. Las declaraciones en sentido contrario son falsas y la gente no debería creerse estas afirmaciones peligrosas y absurdas publicadas en las redes sociales por parte de personas desacreditadas”.

La COVID en el Campo de Gibraltar

A este lado de la Verja, este viernes volvió la desesperanza. Tras varios días de una visible mejoría en los datos, los contagios se triplicaron respecto al jueves: 279 más y 9 nuevas defunciones. Algeciras encabeza ese ranking mortal de las últimas 24 horas con 99 positivos y 5 muertes. San Roque, que el jueves no había notificado ningún fallecimiento, suma ahora dos nuevos y 42 nuevos casos. En La Línea, 1 fallecido con 77 positivos después de tres semanas de cierre perimetral y de todas las actividades no esenciales, unas restricciones que se fueron ampliando posteriormente a San Roque, Los Barrios, donde también se contabilizó ayer una muerte y 29 contagios, Jimena, con 13 positivos, Castellar, con 4 nuevos contagios y la mayor tasa de incidencia de la zona en los últimos 14 días que ayer se situaba en 2.224 casos por cada 100.000 habitantes, o San Martin del Tesorillo, con solo dos nuevos positivos. Algeciras –con el menor impacto comarcal, con 621 casos por cada 100.000 habitantes– y Tarifa, con 13 casos nuevos en esta última localidad, mantienen tan solo el cierre perimetral pero el resto de las restricciones sigue siendo el mismo que en la mayor parte de Andalucía.

En cuanto a la tasa de incidencia, Algeciras goza del menor impacto a nivel comarcal con una tasa de 621 casos por cada 100.000 habitantes. Castellar soporta la mayor tasa con 2.224 casos. La Línea baja levemente hasta una tasa de 1.705 casos por cada 100.000 habitantes. En la presión hospitalaria, las diferencias también son notables. Gibraltar tuvo que ampliar las plantas de COVID-19 pero hasta ahora no hizo falta activar el hospital de campaña. En los hospitales de La Línea y de Algeciras ha sido necesario desviar a otros centros de la provincia a pacientes con COVID o con otras patologías que no podían ser atendidas en esta zona.

La vida, en cualquier caso, prosigue: esta semana, en La Línea, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de los de La Línea de la Concepción aplazó hasta marzo el desahucio de 22 familias que ocupaban pisos del BBVA hasta el próximo mes de marzo.

Y en el Peñón, con nocturnidad y alevosía, la Policía detuvo el martes a un gibraltareño que se dio a la fuga en su vehículo, iniciando una insólita persecución hasta ser detenido: entre los cargos que se le imputan, “conducción temeraria, resistencia u obstrucción a la labor policial y transporte de bienes peligrosos”. “Se procedió a registrar el vehículo, donde los agentes encontraron 26 contenedores de 25 litros combustible en cada uno”, señala la nota oficial. La comunicación añade: “Asimismo, el hombre fue multado por infringir el Reglamento de Emergencia de Contingencias Civiles dado que incumplió el toque de queda y no llevaba mascarilla”.

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