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La Costa del Sol se asoma a un verano sin piscinas: el Gobierno andaluz abre el grifo y los alcaldes lo cierran

Imagen de archivo de una piscina. EFE/ Brais Lorenzo

Néstor Cenizo

Málaga —

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A menos de tres semanas para la primavera, nadie se atreve a vaticinar si abrirán las piscinas en Málaga. Hay casi 80.000 piscinas descubiertas en la provincia, unas 5.000 de ellas comunitarias. La sequía y la escasez de agua cada vez más acuciante las abocaría al cierre en la época de más calor, pero la legislación hasta ahora no es rotunda, y quienes deben aplicarla piden certidumbre.

“Se están emitiendo normas contradictorias. Es muy difícil asesorar a las comunidades así”, alerta Manuel Jiménez, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga. Están desconcertados. Entienden que el cuarto decreto de sequía de la Junta de Andalucía, aprobado en febrero, deja un resquicio a llenar piscinas, pero los bandos municipales están optando por una restricción más firme. El colegio estima que de las 78.000 piscinas descubiertas que hay en Málaga, unas 5.000 están en comunidades de propietarios.

“No estamos aquí para defender las piscinas a capa y espada. Cada vez hay más turistas, más cultivos de tropicales, más población… Somos conscientes de que lo importante es el agua para consumo humano, pero pedimos claridad”, reclamó Jiménez, en una rueda de prensa para alertar de que las deficiencias normativas pueden provocar soluciones contradictorias y conflictos vecinales. 

La única que podría aportar claridad y unificar criterios es la Junta de Andalucía, pero su Consejería de Agricultura (con competencias de agua desde que se extrajeron del departamento de Medio Ambiente) se limita a contestar a un formulario de seis preguntas que la cuestión compete a los ayuntamientos, que son quienes “tienen que establecer medidas”.

Lo cierto es que el cuarto decreto de sequía de la Junta de Andalucía sí prohíbe de manera general el llenado o rellenado con agua (sin especificar si potable o no) de piscinas comunitarias, pero admite que se llenen las nuevas o las recién rehabilitadas previa autorización de la Comisión de Gestión de la Sequía. 

De modo que parte de las competencias están en el departamento de Carmen Crespo, consejera de Agricultura. La otra está en los municipios, que están prohibiendo el llenado sólo si es con agua potable, pero a la vez precintan las duchas, imprescindibles para abrir.

“Tenemos la impresión de que no hay claridad porque tiene un coste político: es impopular decir que las piscinas no se van a abrir, pero se toman medidas que pueden impedirlo. Es una forma de prohibir encubierta”, observa Manuel Díaz, vicepresidente del colegio. 

Una decisión municipal

Nadie duda de que la situación de sequía y escasez por la que atraviesa Málaga obliga a sacrificios, también cuando apriete el calor. Hasta ahora, el invierno ha sido muy seco, con precipitaciones por debajo de las registradas el año pasado, que ya fue entre un 20 y un 50% (según la estación meteorológica) más seco que la media histórica, según los datos de la Consejería

Con el consumo fijado en 160 litros por persona y día desde febrero, los ayuntamientos hace tiempo que establecieron restricciones para llegar a esa cifra. Acosol, la empresa pública de la mancomunidad de la Costa del Sol occidental (que agrupa municipios como Marbella, Mijas o Benalmádena) tiene un modelo de bando que prohíbe el “llenado o rellenado de piscinas privadas” y las “duchas y surtidores públicos”, entre otras medidas dirigidas a los vecinos. 

Desde Acosol explican que la propuesta de bando recoge las restricciones del decreto de sequía solo con respecto al uso de agua potable, con el matiz de que la norma autonómica sí abre la posibilidad de llenar piscinas privadas comunitarias si lo autoriza la Comisión para la Gestión de la Sequía. 

El bando lo han adaptado ayuntamientos como Estepona o Fuengirola, pero en la mancomunidad advierten de que cualquier intento de unificar depende en última instancia de la voluntad política municipal: “Si un alcalde decide hacer otra cosa, tiene todo el derecho de hacerlo. Y muchas veces no nos lo cuentan”. Lo mismo resaltan desde Axaragua, la empresa de aguas de la Axarquía, en el extremo oriental de Málaga.

Además, algunos ayuntamientos no tienen desarrollada la capacidad para sancionar el incumplimiento de los bandos, lo que abre el abanico a que algunas comunidades decidan hacer lo que la de enfrente no. Esto sucedió el pasado verano.

Otro factor añade confusión: en muchos municipios ya se han precintado los contadores de piscinas y jardines, por lo que no es posible habilitar duchas y aseos, imprescindibles para abrir una piscina según los reglamentos sanitarios. De esta forma, puede darse el caso de una piscina llena legalmente con agua de cubas, pero que no pueda abrir porque no hay agua de ducha.

Los hoteles no estarían afectados

Esto no afectaría a los hoteles. “Los decretos de la Junta pueden dar lugar a interpretación, pero está muy claro que está prohibido [por los bandos] el llenado de las piscinas de uso privado, y no es así con las piscinas de uso público, como las de los hoteles. Pueden estar abiertas y así se van a mantener”, subraya Javier Hernández, vicepresidente ejecutivo de AEHCOS, asociación que agrupa al 75% de los establecimientos malagueños. 

AEHCOS recomendó a sus asociados que no vaciaran las piscinas en invierno y mantenerlas con cloración. “Porque en caso de llenado sí habría que solicitar autorización”, aclara Hernández. Quedaría saber si el llenado periódico para reponer las pérdidas por evaporación también requiere autorización. “Lo que no está autorizado y hay que pedir solicitud es el llenado total o parcial de la piscina. ¿Eso es la evaporación? Yo no lo creo”, dice Hernández. La evaporación depende de factores como la temperatura o la humedad relativa, pero los administradores de fincas calculan que una piscina acaba requiriendo dos o tres veces su volumen para mantenerse todo el verano.

Los hoteleros creen que las restricciones a las duchas tampoco les afectan. “Se puede abrir una piscina sin ducha, porque el cliente puede usar las de las habitaciones”.

Agravios comparativos entre el turista y el residente

La distinción entre piscina pública y privada podría provocar que los turistas hoteleros disfruten de piscina y la comunidad de vecinos contigua, no. Se estima que el gasto diario de agua por huésped triplica al de los residentes. La diferencia de trato respecto a las piscinas abona el debate sobre la contribución del turismo a la sostenibilidad del territorio, en un contexto en el que el consejero de Turismo, Arturo Bernal, ha sido el más explícito de todo el Gobierno andaluz al asegurar que los turistas no tendrán problemas por la sequía.

Málaga tiene 1.751.000 habitantes censados y una acusada dependencia turística. Entre junio y agosto de 2023 visitaron Málaga seis millones de personas (un 4,8% más que en 2022), generando unos ingresos de 8.145 millones de euros (un 10,1% más), según la estimación del Balance Turístico de la Diputación de Málaga. Ambas son cifras récord.

Por último están las piscinas particulares. La provincia tiene 175 kilómetros de costa, pero también 78.606 piscinas descubiertas, según los datos del catastro. Una parte desproporcionadamente alta en relación a la población se concentra en municipios de la Axarquía, la comarca más azotada por la sequía (por la falta de lluvias) y la escasez (por la sequía y otros factores, como el uso intensivo del agua para regar las 13.000 hectáreas de cultivos subtropicales).

La mayoría están en viviendas unifamiliares, muchas de ellas diseminados, y miles en viviendas irregulares que proliferaron sin control durante años. Una miríada dispersa y oculta cuyo control requeriría de inspecciones del consumo individual a nivel municipal.

Tratamiento obligatorio para el agua no potable

La alternativa del llenado de las piscinas mediante cubas emerge como la más factible, pero tampoco está exenta de dificultades. Esta opción, o la de usar agua de mar, obliga a tratar el agua en un depósito del que carecen la mayoría de las comunidades o cerrar la piscina mientras se completa el tratamiento. “Para poder adaptarnos a todo esto pedimos que se tomen las medidas cuanto antes”, señalan los administradores de fincas, que subrayan que la contratación de personal, la compra de productos o las analíticas suelen hacerse ya en estos meses.

El otro inconveniente es el precio, disparado por una demanda creciente. El suministro de agua no potable en cubas floreció el año pasado por el riego, pero también para el llenado de piscinas. De 110 euros por cuba a principio de verano se llegó a casi seis veces más al final. Según Manuel Jiménez, presidente del colegio de administradores de fincas, muchas empresas están advirtiendo ya de que este año no podrán atender la demanda de piscinas comunitarias.    

El presidente del Gobierno andaluz Juan Manuel Moreno ha expresado con gravedad su preocupación por la sequía, que en Málaga está secando pinos, obligando a cortar subtropicales y cerrando los grifos de la Axarquía por la noche. Se trabaja para que los puertos de Carboneras, Málaga y Algeciras puedan recibir agua en barcos y en algunos puntos se ha declarado que el agua no es potable porque viene de tanta profundidad que llega con radiactividad.

El llenado de piscinas parece una frivolidad, pero a las puertas de Semana Santa y de una temporada veraniega que se prevé nuevamente histórica, alberga una potencialidad conflictiva que las administraciones no han desactivado.

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