Moreno Bonilla, Feijóo, la transición y la alternancia

“La Transición española se completará cuando en Andalucía gobierne un partido distinto al que ha gobernado siempre”. Flaco favor se ha hecho usted a sí mismo, señor Bonilla, trayendo al presidente de la Xunta para que le quite protagonismo en su incipiente carrera en Andalucía. Primero, porque ha brillado él más que usted y se ha llevado los titulares. Y segundo, porque vuelve a los argumentos de siempre del partido popular cuando habla de la comunidad, como aquella Ana Mato en 2008 llamando analfabetos a los niños andaluces, o explicando que estudiaban “sin sillas” en 2011 (por cierto, la misma Ana Mato que es su jefa todavía en el Ministerio de Sanidad); o como aquel diputado Rafael Hernando comparando la región con Etiopía.

Le considero ambicioso, y como tal no puede o no debe aspirar a ganar unas elecciones en Andalucía porque ya toca cambiar de partido, como dice Feijóo. El debate no puede estar en la necesidad de la alternancia. ¿Quién ha dicho que es la base de la democracia? Recuerda más bien a los tiempos de Cánovas y Sagasta (pero de eso hace ya mucho ¿no?). Con todos mis respetos hacia Feijóo, la transición se completó hace años y estamos en otra fase ¿verdad?. Y la alternancia en democracia la deciden los votantes. Con más o menos acierto (hay opiniones para todos los gustos) pero es el ciudadano el que decide cuándo hay cambio.

Resulta que en Andalucía los votantes aún no les han dado paso del todo. Ni siquiera en las últimas elecciones de 2011 cuando parecía que estaba Arenas tocando la alfombra de San Telmo. La ciudadanía, imprevisible a veces, giró el volante a la izquierda y metió en el Gobierno a IU. Así que, de un modo u otro, ya han tocado gestión autonómica todos los partidos del arco parlamentario andaluz (incluido el PA), aunque siempre con predominio socialista. Todos menos ustedes. Algo falla, ¿no le parece?

Por eso quizá no le vienen bien los Feijoós y las Matos en su nueva andadura. Quizás debería frenar un poco (aunque sé que el partido mete prisa) y sentarse y repensar cómo hablar a una Andalucía que no acaba de darles el respaldo completo porque también, desde el PP nacional no acaban de entender a la región y la siguen encasillando en tópicos cansinos. Quizás debería usted, Sr. Bonilla, aspirar a presidir Andalucía con argumentos nuevos, con nuevos puntos de vista dentro de su arco ideológico. Intente, por favor, ganar por méritos, no por el agotamiento del contrario. No porque toca.