Ernesto Alba opta a la reelección como líder del Partido Comunista de Andalucía con la unidad de la izquierda hecha añicos
El secretario general del Partido Comunista de Andalucía (PCA), Ernesto Alba (Conil de la Frontera, Cádiz; 1982), se ha postulado para un segundo mandato en el XIII congreso del partido, que se celebrará el próximo 6 de junio. Alba lidera el PCA desde hace cuatro años, cuando fue elegido secretario general del PCA, y en este tiempo ha disfrutado de una “especial cohesión” dentro de su partido, a la par que la unidad de la izquierda andaluza saltaba por los aires.
El líder comunista ha sido una pieza clave en la construcción de la confluencia Podemos-IU, que concurrió a las elecciones andaluzas de 2018 bajo las siglas de Adelante Andalucía. En ese tiempo acompañó al entonces coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, en la difícil labor de convencer a los más veteranos comunistas del partido de que el futuro de la formación de izquierdas pasaba por la fusión con Podemos, el partido que había absorbido dos tercios de los votos de IU en las últimas autonómicas. El trabajo pedagógico más difícil tuvo lugar en los municipios andaluces, donde IU y, en particular, el PCA tenían y tienen un fuerte arraigo, y el protagonismo creciente de Podemos no se veía con buenos ojos.
En la gestión de Alba al frente de los comunistas andaluces también está el declive y posterior fracaso de dicha coalición. Adelante Andalucía obtuvo en los comicios menos votos y menos diputados de los que Podemos e IU tenían por separado (de 20 a 17 escaños), no fue capaz de capitalizar el descontento con un PSOE desgastado, tras 37 años en el poder, y vio cómo el bloque de fuerzas conservadoras se imponía a las izquierdas. Esto abrió la puerta al primer Gobierno de PP y Ciudadanos, sustentado en una nueva formación de extrema derecha -Vox- que irrumpió en la Cámara con 12 diputados.
A partir de ahí, el deterioro interno de Adelante Andalucía fue en aumento, las discrepancias entre los socios fundadores -Podemos e IU-fueron aumentando, y los comunistas empezaron a acusar a la líder morada, Teresa Rodríguez, de empujar a la coalición hacia posiciones pseudonacionalistas y lanzando mensajes no consensuados con ellos: las críticas a la coalición de Gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias -avalada por la militancia andaluza de Podemos e IU- y el veto a formar parte de cualquier gobierno con el PSOE. Rodríguez y su dirección terminarían abandonando Podemos y facilitando la entrada de su nuevo partido -Anticapitalistas- en el núcleo de Adelante Andalucía, algo que enconó aún más la relación con IU.
La confluencia terminó partiéndose, con Rodríguez y sus diputados afines expulsados del grupo parlamentario bajo la acusación de transfuguismo, y Adelante reducido de 17 a seis diputados (nueve fuera y dos discrepantes dentro, pero apartadas). En esta última fase, Alba y el nuevo líder regional de IU, Toni Valero, reconstruyeron su relación con la nueva ejecutiva de Podemos Andalucía, liderada por Martina Velarde, y afín a Iglesias. Este nuevo vínculo empezó a distanciarse de la marca Adelante Andalucía -que consideran “tóxica” o “amortizada”- y empiezan a participar juntos en actos políticos bajo una nueva nomenclatura, reflejo de la coalición estatal: Unidos Podemos por Andalucía. El siguiente paso es sustituir el nombre de Adelante en el grupo parlamentario y, previsiblemente, concurrir con su nueva marca a las próximas andaluzas.
Alba ha trasladado que quiere optar a la reelección al frente del PCA en un encuentro con los militantes de su agrupación de Carretera de Cádiz – Julián Grimau, que se ha reunido este lunes en la ciudad de Málaga. “Creemos que los comunistas andaluces debemos seguir siendo el elemento estabilizador para la izquierda andaluza, y de la necesaria unidad interna del partido frente a los enemigos de la democracia”, ha asegurado a los suyos.
El Partido Comunista de Andalucía (PCA) ha convocado su décimo tercer Congreso bajo el lema ‘Partido, programa, república’. La militancia comunista andaluza ha comenzado su proceso congresual para renovar su línea política y sus órganos de dirección. Además del informe de gestión que presenta el comité saliente, la militancia comunista está llamada a debatir en torno a dos documentos. El primero es el de tesis políticas y organizativas, con las que el partido apuesta por ahondar en la línea de trabajo de reforzamiento de sus filas y la reconversión de sus formas de trabajo. En este documento, el PCA plantea una radiografía de la situación política y social de Andalucía tras la pandemia provocada por la Covid-19, con especial atención a necesidad de servicios públicos y Estado fuertes; sus prioridades de trabajo en frentes de lucha como el feminismo, el movimiento obrero y vecinal; y su modelo de partido más abierto, más eficiente y cómodo para la militancia.
El segundo documento es la actualización del Manifiesto-Programa del PCA, el texto que marca la línea programática del partido y que se debate bajo el título Andalucía con futuro. El programa plantea la propuesta del PCA por el desarrollo de un nuevo modelo productivo para Andalucía que fomente un desarrollo endógeno y sostenible, con justicia social y democracia económica. El PCA remarca la necesidad de poner en el centro de la política los cuidados y la perspectiva feminista así como el refuerzo del sistema de protección de la ciudadanía a través de los servicios públicos.
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