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El Foreign Office pasea por un Gibraltar sin mascarillas

El primer ministro de Gibraltar, Fabian Picardo, junto al ministro británico de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, frente al Peñón.

Juan José Téllez

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Gran Bretaña se paseaba este lunes sin mascarilla por Gibraltar. Al menos, su ministro de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, que se dejó caer de improviso por el Peñón, a la hora del almuerzo. Le recibió una comunidad que recobra la alegría a pesar de sus 94 muertes como consecuencia de la pandemia, pero que ya ha levantado prácticamente sus restricciones tras una exitosa campaña de vacunación que supera con creces al 70 por ciento de la población. 

Bajo importantes medidas de seguridad, Raab llegó al Peñón para participar presencialmente en el Consejo Ministerial Conjunto Reino Unido-Gibraltar, que se constituyó en 2016, tras el referéndum del Brexit, cuando más del 90 por ciento de los gibraltareños votaron en contra de la desconexión con la Unión Europea.

La visita del ministro ha venido a cubrir varios frentes, pero el principal probablemente fue el de visibilizar la buena sintonía entre el gobierno gibraltareño del socialista Fabian Picardo y el ejecutivo conservador de Boris Johnson, con el que hubo sus más y sus menos durante la negociación del Brexit. Ahora, ambas partes hacen piña de cara al Tratado con la Unión Europea que permita a Gibraltar incorporarse al espacio Schengen: toda una proeza diplomática que aguarda un mandato de Bruselas para iniciar las negociaciones. 

De esa asignatura pendiente, tres meses después del principio de acuerdo, vino a hablar Raab: que el Reino Unido, Gibraltar y España están en el buen camino, que hay buena voluntad entre todas las partes, para un final feliz y el posible escenario de prosperidad compartida que auguran los discursos oficiales. 

En diciembre, también, llegaron las vacunas Pfizer a Gran Bretaña, pero no así a Gibraltar, que tendría que esperar hasta enero para recibirlas, junto con otros “territorios de Ultramar”. A los españoles, les llegó antes de que acabara el año, pero a cuentagotas. Así que, aunque no se trataba de ninguna carrera de sacos, lo cierto es que Gibraltar terminó ganando por goleada, gracias a sucesivos envíos de viales, en vuelos de la Royal Air Force, despachados con generosidad desde Gran Bretaña. El malestar previo, si lo hubo, desapareció como por ensalmo y Picardo no ha cesado de elogiar la estrecha colaboración entre su Gobierno y el británico para que la llamada Operación Libertad, la de reducir el impacto de la pandemia en la Roca, concluyera con éxito.

Foto de familia

“Es importante para mí venir aquí a Gibraltar para ver a Fabián y ver al Gobierno de Gibraltar y declarar ante el pueblo de Gibraltar de que reafirmamos, en nombre del Reino Unido, nuestro firme compromiso con la soberanía británica y con el estabilidad y prosperidad del pueblo de Gibraltar como parte de la familia del Reino Unido ”, pregonó Raab ante los periodistas.

Su fotografía y la de Picardo por Main Street también venía a tapar otro desperfecto, el del encontronazo de hace una semana cuando los medios de comunicación británicos lanzaron un globo sonda, según el cual, Downing Street iba a deslocalizar hasta allí o a la Isla de Mann a los solicitantes de asilo que se agolpan ahora en las islas. Tras un cruce de cartas, miel sobre hojuelas. Y el ministerio británico del Interior desmintió la mayor. Que nunca existieron dichos planes.

Así que este lunes tocó el día de los besos y abrazos: “No es frecuente que un ministro de Exteriores se tome el tiempo de venir a Gibraltar para reunirse con el Gobierno de Gibraltar e infundir confianza en el pueblo gibraltareño en el sentido de que el Reino Unido está trabajando en estrecha colaboración con el Gobierno de Gibraltar en todos los temas del día”, aseguró Picardo, al tiempo que mostró su “sincera gratitud” por los servicios prestados, desde las vacunas a la garantía soberana de 500 millones de libras esterlinas que permiten que Gibraltar preste ayuda a los damnificados por las restricciones, pero también por el proceso del Bréxit. Que hay buena voluntad entre las partes, para negociar, insistió Raab ante los periodistas que hoy le preguntaron por la negociación pendiente. Pero no hay fechas, claro. Como tampoco la hay para el supuesto acuerdo para el enlace fijo entre Gibraltar y Marruecos, que también aireó la prensa británica y del que no existe conocimiento alguno a este lado del Estrecho.  

Raab voló a Gibraltar a tiempo de participar en una reunión del Consejo Ministerial Conjunto Reino Unido-Gibraltar [JMC], establecido cinco años atrás pero que se reúne por primera vez en el Peñón y que abordó, en esta ocasión, casi monográficamente la arquitectura jurídica del futuro tratado con la Unión Europea: “Todo el mundo sabe que estas negociaciones pueden ser difíciles, pero creo que nos ocupamos de muchos de los obstáculos y los superamos en las negociaciones que tuvimos durante el período navideño”, añadió Raab. Sin embargo, no se mencionó otra delicada negociación en proceso, la de un acuerdo militar entre el Reino Unido y España que afectaría sin duda a la geoestrategia del Estrecho. Habrá que ver como afecta todo ello, junto con la nueva remodelación del ministerio británico de Defensa que, por lo pronto, destinará al HMS Trent de manera permanente al Peñón antes de que finalice el presente año. 

Win to win

En este contexto, hace unos días surgió un nuevo punto de fricción entre las partes, a partir del anuncio realizado por la compañía aérea española Volotea de que, a partir de julio, unirá a Gibraltar con Bilbao, para lo que aún carece, sin embargo, de la cobertura jurídica necesaria para que pueda ponerse en práctica, pero que sería viable en caso de que prosperase la incorporación del territorio gibraltareño al espacio Schengen. 

Win to win, repitió Raab, hoy, una expresión que gusta mucho a un lado y a otro de la Verja. Esto es, centrémonos en sumar para conseguir rendimientos comunes, antes que profundizar en el histórico desacuerdo de la soberanía. Tampoco descartó que el plazo del mes de junio pueda flexibilizarse y retrasarse, en aras de buscar un acuerdo mejor. Sobre todo, cuando las aguas políticas del Canal de la Mancha bajan turbulentas, entre las discrepancias comunitarias con algunos flecos del Brexit –como los relativos a Irlanda del Norte y algunos otros aspectos comerciales-- o el problema suscitado con las vacunas británicas de Astra Zeneca: “Mire, creo que aquí estamos en el buen camino y creo que la ventaja de haber mantenido la negociación de diciembre es que hemos construido algo de buena voluntad para todas las partes. Estamos comprometidos a resolver todas nuestras tensiones con la UE de una manera pragmática y sensata”, dijo el ministro.

Antes de sus reuniones oficiales, Raab tuvo tiempo para algo de turismo: el paseo de rigor por el mirador de la Reina, los típicos macacos o las Galerías Altas, desde donde contempló el aeropuerto y la zona fronteriza, en la que hoy se produjeron considerables colas de tráfico en la parte española. 

Este martes, a las 18 horas, según ha publicado el Boletín Oficial del Estado, España levantará las restricciones en el paso por la Verja que han estado vigentes durante los momentos de mayor impacto de la pandemia, al objeto de evitar el acceso de visitantes a España a través del aeropuerto gibraltareño. Al momento actual, sólo podían cruzar dicho paso los gibraltareños, los españoles residentes en la comarca, los trabajadores transfronterizos y quienes pudiesen acreditar documentalmente motivos de fuerza mayor o situación de necesidad, o cuya entrada se permita por motivos humanitarios. En cualquier caso, en el aeropuerto de Gibraltar también rigen restricciones para evitar la llegada de turistas o de cualquier viajero sin un motivo acreditado para realizar dicho viaje. Algo que conocen de cerca los equipos de la UEFA que hanreanudado sus encuentros con el de Gibraltar. 

K.O. al toque de queda

“Esta semana, le toca a Holanda con Gibraltar; la semana pasada, Noruega. La UEFA está utilizando estas competiciones como un proyecto piloto. Vienen en dos aviones, participan en el partido y se van, con un pequeño grupo de fans de apoyo”, afirma el gibraltareño Trino Cruz, prejubilado de la banca y poeta de referencia obligada.

También ha ocurrido con los participantes, espónsores, periodistas y aficionados que pudieron disfrutar el fi nde semana de un combate entre aspirantes al título mundial de los pesos pesados, según el Consejo Mundial de Boxeo, más conocido por sus siglas WBC, que responden a su denominación en inglés, World Box Council

En la madrugada del sábado al domingo, Gibraltar recobró la normalidad sin toque de queda, ardió por causas misteriosas un colegio, los relojes cambiaron su horario al de primavera y se celebró por fin la anunciada revancha entre el púgil ruso Alexander Povetkin y el británico Dillian Whyte, que venció por K.O. en el cuarto round, quitándose el mal sabor de boca que le dejó haber sido derrotado por su rival, siete meses atrás, bajo un contundente uppercut: “A pesar de todo, se restringió a unos 500 espectadores, en el polideportivo de Punta Europa. Tenían que enseñar su ticket y una prueba de PCR que les hacían sobre la marcha y que seguramente va a ser la entrada para los espectáculos a partir de ahora”, bromea Cruz, gibraltareño de largo pedigrí, pero cuya familia cuenta con fuertes vínculos tanto en La Línea, como en Algeciras, Los Barrios o Tarifa. Esa noche, se relajaron las restricciones, los bares podían abrir hasta las dos de la madrugada y ya no hacía falta usar mascarilla en espacios públicos: “Mucha gente la sigue usando para no tener que ponérsela o quitársela cada vez que salen o entran a un establecimiento”, confirma Trino Cruz. 

“Aquí nos comimos el Brexit y la pandemia en la misma olla. Un día nos preguntábamos si valía el carnet de identidad o no valía para cruzar la frontera, así que muchos decidimos no hacerlo hasta que la cosa se aclarase un poquito”.

Otro gibraltareño, el sindicalista Michael Netto, con sobrados vínculos familiares al otro lado de la frontera, se felicita por el porcentaje de vacunación “de los mayores del mundo”, que ha permitido levantar las restricciones: “El porcentaje de gente vacunada es enorme, mucho más que el Reino Unido. Pero hay que estar todavía pendientes porque no se sabe todo lo que hay que saber, respecto al virus y en buen parte de la Península ya está creciendo la cuarta ola”.

Vacunas transfronterizas

Vacunada buena parte de la población gibraltareña, ahora empiezan a ser vacunados los trabajadores transfronterizos, en su inmensa mayoría españoles: “El ritmo de vacunación es el propio de estos protocolos, en función primero del tipo de trabajo, por el que ya fueron vacunados en primer lugar los trabajadores sanitarios y los cuidadores –detalla Juan José Uceda, de la Asociación de Trabajadores Españoles en Gibraltar--. Luego, el personal de los colegios y, a partir de ahí, por tramos de edad. Entre los trabajadores transfronterizos hay muchísima gente joven también. A todos se les va a ir llamando por su número de la seguridad social, lo mismo que ocurre en España”.

El problema estriba en aquellos que carecen de una relación laboral con todas las de la ley, una bolsa de economía sumergida que no podrá incorporarse a la vacunación en el Peñón y que, en todo caso, tendrá que esperar a que les toque el turno en España. A Uceda, le encantaría encontrar vacunas para otros problemas que también sufre dicho colectivo, como el cambio en los contratos que ha sorprendido a algunos recién empleados españoles en el sector sanitario y de cuidados en el Peñón. O que tienen que afrontar largas colas como las de hoy. Uceda las vivió personalmente y no se explica por qué sigue ocurriendo: “Ahora se supone que va a derribarse la Verja y desde hace cinco años esperamos a que se incrementen las vías de acceso automovilístico a Gibraltar. Cuando vinieron los eurodiputados, pidieron que se ampliasen a seis filas a uno y a otro lado de la Verja. Los gibraltareños cumplieron, pero nosotros, no. Ahora han empezado con las reformas. Ahora, cuando ya la frontera va a desaparecer. O eso esperamos”.

Al día de ayer, se registró un caso activo menos en Gibraltar: ya sólo hay diez personas contagiadas y dos son visitantes. También se registran 17 personas menos en autoaislamiento –ya sólo quedan 47—y prosigue la campaña de vacunación al ritmo habitual: 150 nuevas primeras dosis y 960 segundas dosis dispensadas en las 24 horas anteriores, lo que eleva a 58.756 vacunas administradas desde comienzos de enero. Hoy lunes, también ha trascendido en Gibraltar los resultados de una investigación llevada a cabo entre el 23 de diciembre de 2020 y el 2 de febrero de 2021 “con el fin de determinar las variantes de Covid-19 más frecuentes en la población gibraltareña en aquel momento”.

 “Los datos muestran que existía una proporción prácticamente al 50% entre la variante española B.1.177 y la variante británica de Kent B.1.1.7 en Gibraltar en aquel periodo”, informó hoy un comunicado oficial.

Resulta importante destacar, destaca la nota, que no se detectaron las variantes surafricana B.1.351 y brasileña P.1.: “La confirmación de la presencia de estas variantes más contagiosas en la población de Gibraltar no resulta sorprendente, especialmente en vista de la rapidez con la que esta variante (la variante de Kent) pasó a ser dominante en el Reino Unido y el estrecho vínculo y la frecuencia de viajes entre Gibraltar y el Reino Unido. Los datos muestran que estos factores contribuyeron a la rápida transmisión del Covid-19 en Gibraltar en diciembre y enero”.

“Esta investigación muestra el nivel de profundidad y detalle con el que estamos monitorizando la pandemia de Covid-19 y la predominancia de diferentes variantes. Gibraltar es sumamente afortunado, a pesar de nuestro tamaño reducido, de contar con profesionales tan destacados realizando esta labor vital”, comentó la ministra de Salud y Contingencias Civiles, Samantha Sacramento, cuya eficacia indudable ha logrado que Gibraltar acaricie la vieja normalidad apenas en dos meses y medio. Operación Libertad, le han llamado. Otro símbolo.

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