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Cómo frenar a Olona: los partidos buscan desactivar el auge de Vox en Andalucía

Olona, en la campaña de Vox 'Devolved lo robado', en Sevilla

Daniel Cela

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La designación de Macarena Olona como candidata de Vox en las elecciones andaluzas del 19 de junio, aunque esperada, ha obligado a los partidos a reabrir su manual de campaña: ¿Qué hacemos con Olona? El PP ha resuelto darle la espalda y mirar hacia otro lado, y una parte de la izquierda –el PSOE de Juan Espadas y Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez– puede disputarse el cara a cara con la candidata ultraderechista.

El primero con ánimo de movilizar a los suyos; la segunda por la necesidad de buscar un espacio propio en una campaña que afronta sin los recursos de Unidas Podemos. En la órbita de los seis partidos de izquierdas enfrascados aún en la búsqueda de unidad, marca y candidato, el planteamiento es otro: “Olona puede centrar el discurso de Juanma Moreno, hacerle parecer más moderado. Es un grave error polarizar la campaña con Vox y apostarlo todo a 'que vienen los nazis'. Los nazis ya están aquí, y la gente no está asustada”, advierte el coordinador andaluz de IU, Toni Valero.

La irrupción de Macarena Olona en la arena política andaluza amenaza con convertir el 19J en una meta volante de las próximas elecciones generales. Es una tesis en la que coinciden todos los partidos consultados. Las izquierdas se lamentan de que Andalucía pierda un debate sobre sí misma, y se vea eclipsada por el “marco estatal”. “Las derechas plantean las andaluzas como un primer plebiscito contra Pedro Sánchez y su Gobierno con Unidas Podemos”, avisa un dirigente de Más País.

"Tenemos a un candidato, Juanma Moreno, al que se comen a besos por la calle. Y podemos vender gestión", dice Toni Martín, del PP andaluz

En el PP y en Ciudadanos, socios del Ejecutivo andaluz, reconocen que esto “es inevitable”, porque las críticas a Sánchez por “la falta de recursos, financiación y apoyos durante la pandemia” han formado parte del discurso institucional de la Junta desde el principio. “Si el Gobierno ha maltratado sistemáticamente a Andalucía porque ya no está gobernada por el PSOE, nuestro deber es denunciarlo”, ha acusado el vicepresidente de la Junta y candidato de Ciudadanos, Juan Marín.

A los naranjas, dicen, “no les viene mal Olona como candidata” de Vox, porque les da oportunidad de “confrontar dos modelos de gobierno”. Marín repite la estrategia de sus compañeros en las elecciones de Castilla y León, donde se quedaron con un solo escaño: apelar al voto útil, subrayando que Ciudadanos es “el único aval de que Vox nunca entrará en el Gobierno andaluz si estamos nosotros”, dice el vicepresidente. Los naranjas tienen 21 escaños y salen a pelear para mantener grupo parlamentario –cinco o seis diputados, por las provincias más pobladas: Sevilla, Málaga y Cádiz.

“Se lo comen a besos”

En el equipo de campaña de Juan Manuel Moreno hay preocupación por la irrupción de Olona, pero no hasta el punto de virar el rumbo de su estrategia. El presidente andaluz y candidato popular pretende ignorar metódicamente a su contrincante de extrema derecha, “como si no existiera”, y emplearse en vender la gestión de sus tres años de Gobierno y la necesidad de consolidar el cambio de ciclo político tras 37 años de hegemonía socialista. “Tenemos al mejor candidato, que se lo comen a besos por la calle; y tenemos gestión. Si los demás no tienen ni lo uno ni lo otro, es su problema”, explica Toni Martín, vicesecretario general del PP–A.

"El único aval de que Vox nunca entrará en el Gobierno andaluz es Ciudadanos", dice el vicepresidente y candidato naranja, Juan Marín

Es el que más claro lo tiene. Moreno huirá de todas las guerras culturales que le asalten en el camino hacia el 19J, porque su perfil y su campaña están “desideologizadas” para captar apoyos desde la derecha tradicional al centro izquierda. “A Juanma le puede votar cualquier andaluz, venga de donde venga. Hoy en día se ha desideologizado una barbaridad del voto. La gente busca políticos que les solucionen las cosas, les da igual que sean de derechas o de izquierdas”, subraya Martín.

Es una estrategia, pero también una “huida hacia adelante”, advierten en el PSOE, que va a perseguirle toda la campaña con la pregunta sin respuesta: ¿Está dispuesto a formar un Gobierno con Vox?, como ha hecho su compañero, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

El candidato socialista, Juan Espadas, quiere centrar su campaña en cuestionar la capacidad de gestión de Moreno, la no ejecución presupuestaria, la devolución de los fondos europeos que “no ha sabido utilizar”, el despido de 8.000 sanitarios y el déficit de recursos en Atención Primaria.

Pero Espadas demuestra cierto vértigo cuando levanta el pie del discurso del miedo a un Gobierno andaluz con Vox. El viernes, el ministro de la Presidencia y miembro de la ejecutiva federal del PSOE, Félix Bolaños, le acompañó en un acto en Sevilla, donde trazó claramente la estrategia de campaña contra el “tándem PP–Vox”. “Las elecciones en Andalucía son cruciales: un modelo socialdemócrata contra otro ultraliberal. Y el PP no se presenta solo: el candidato es el señor Olona–Bonilla. Son uno, van de la mano, y esto hay que explicarlo cada día en campaña”, advirtió Bolaños.

"El PP no se presenta solo en las andaluzas: el candidato es el señor Olona-Bonilla. Son uno, van de la mano", dice el ministro Bolaños

El PP va a evitar el cuerpo a cuerpo con el partido de Santiago Abascal y pretende ignorar todas las boutades que traiga consigo Olona. En parte porque teme que se active el gen dormido de una izquierda que se quedó en casa en 2018 –400.000 votantes del PSOE y 300.000 de la coalición Podemos–IU–, y en parte porque la aritmética parlamentaria puede terminar obligándole a pactar un Gobierno con ellos. La mayoría de encuestas así lo reflejan.

Los populares y Vox están disparados en los sondeos: el PP parte de su suelo histórico –749.000 votos y 26 escaños–, pero la demoscopia le duplica el resultado a costa del hundimiento de sus socios de Gobierno –Ciudadanos–, que en 2018 logró 660.000 papeletas y 21 diputados. Vox se estrenó en un Parlamento autonómico con 400.000 votos y 12 escaños, pero su referencia más precisa son las generales de noviembre de 2019: entonces alcanzaron los 860.000 votos, un empate técnico con el PP, con una diferencia de apenas 8.000 papeletas.

El peso de Andalucía

A diferencia de Castilla y León, donde Abascal lo fio todo a la robustez de las siglas de Vox, eligiendo a un candidato desconocido –el hoy vicepresidente Juan García–Gallardo–, en Andalucía ha apostado por un referente nacional del partido, su número dos en el Congreso de los Diputados. Es la comunidad más poblada, con 8,5 millones de habitantes, que históricamente ha puesto y ha quitado inquilinos en la Moncloa, el objetivo indisimulado del líder ultraderechista. Es la región que más diputados aporta a la Cámara Baja –61 de 350 escaños–, que antaño fue granero de votos del PSOE y hoy lo es también de Vox.

La portavoz adjunta de Vox en el Congreso tiene perfil propio, es una buena oradora, sabe cómo tocar la tecla emocional para tensionar a su público y, sobre todo, es muy hábil a la hora de acaparar el debate público, sobre qué se habla y cuándo. “¡Soy Macarena, de Graná!”, gritó en un mitin en Sevilla el pasado octubre. Olona nació en Alicante, trabajó como abogada del Estado en Euskadi y ha vivido casi toda su vida en Madrid, pero es diputada al Congreso por Granada. Ese “sentirse andaluza” fue contestado de inmediato por Teresa Rodríguez: “No eres andaluza”, explicó en un vídeo que se hizo viral en redes.

Rodríguez, candidata de Adelante Andalucía y dirigente anticapitalista, empezó a buscar la confrontación de tú a tú con la líder ultraderechista antes incluso de que ésta fuera designada. La gaditana ve en Olona la oportunidad de hacerse un hueco propio en una campaña electoral en riesgo de polarización –un choque entre dos extremos políticos–, consciente de que el proyecto de confluencia entre el resto de formaciones de izquierdas debilita sus posibilidades de obtener representación en el Parlamento. Los sondeos le dan uno o ningún escaño.

“Ya están aquí”

Sin embargo, la gaditana explica que “no fue algo consciente”, que se vio empujada a responder a Olona, como antes lo hizo con el consejero de Salud, Jesús Aguirre, para “explicarle la diferencia entre violencia de género y violencia intrafamiliar”. “Hemos tenido mucho debate interno sobre cómo abordar el crecimiento de la extrema derecha, y la conclusión es que no podemos ignorarlo, porque ya están aquí”, dice Rodríguez.

La ex líder de Podemos Andalucía reconoce que Vox ha sabido manejarse bien con herramientas de comunicación que fueron esenciales para ellos en el 15M, “cuando no formábamos parte del mainstream y los medios nos ignoraban”. “Nos tenemos que bajar del pedestal y dejar de pensar que existían unos consensos sociales inamovibles y confrontar a la ultraderecha con pedagogía: volver a explicar qué es la violencia de género, qué es el feminismo, por qué existe la brecha salarial, por qué no es justo vincular delincuencia con extranjería. La gente no tiene por qué entenderlo ni compartirlo”, dice.

"Es un error asustar con que vienen los nazis. Los nazis ya están aquí y no ha pasado nada. No funciona esa estrategia", dice Toni Valero (IU)

A mitad de la campaña electoral, Vox emergió de repente en el discurso del miedo de la entonces presidenta y candidata del PSOE, Susana Díaz. Al poco también se sumó la propia Rodríguez, en nombre de Adelante Andalucía. Ningún sociólogo ni encuesta predijo la irrupción de la ultraderecha en España por la comunidad históricamente más asentada en la izquierda, y las llamadas al miedo no cuajaron. “Contra Vox no funcionan los cordones sanitarios ni los lemas guerra civilistas. El lenguaje de Vox es otro, veo que funciona en mi barrio, en institutos de Secundaria, la indignación ciudadana se canaliza ahora a través de la extrema derecha. Está de moda, es lo rebelde, lo contestatario”, dice la candidata de Adelante.

En busca de la pulsión ideológica

El líder andaluz de IU sí cree que su antigua compañera de confluencia tratará de “polarizar” la campaña con Macarena Olona, y piensa que “la animadversión” que la gaditana despierta en la derecha “empujará al electorado conservador a elegir a la candidata de Vox frente a Moreno”. Sin embargo, su planteamiento sobre cómo enfrentarse a la ultraderecha desde la izquierda es muy similar al de Rodríguez: “Hay que confrontar a Olona desde la realidad social, no entrar en guerras culturales”.

Valero revela una reunión con el candidato socialista, Juan Espadas, en la que le transmitió que “sería un error que el PSOE repitiera la estrategia del miedo de Susana Díaz en 2018”. “Seguir zurrando a la ultraderecha no funciona, lo difícil es zurrar a Moreno por su gestión. El PSOE apela así al voto útil de manera sibilina, cuando debería buscar la pulsión ideológica para movilizar a los suyos. Así puede que consiga quitar apoyos al resto de la izquierda, pero será a costa de adelgazar el bloque progresista”, dice.

El dirigente de IU ha reflexionado con sus compañeros de la confluencia en ciernes sobre la necesidad de “fiscalizar la gestión de Moreno” y olvidarse de Vox en la ecuación. “Si no hubiera ultraderecha, podríamos decir que Moreno representa el ultraliberalismo más próximo al que representó Esperanza Aguirre”, señala, cuestionando “el adelgazamiento de lo público, en sanidad y en educación”.

"Estamos disputando las bases sociales a la extrema derecha y algunos estaban antes con nosotros. Hay que confrontarles con argumentos", dice Teresa Rodríguez

Espadas asiente, pero añade que “no se puede dejar pasar por alto que Vox lleva en su programa la devolución de las competencias de sanidad y educación al Gobierno central, que quieren suprimir los convenios colectivos, negar la violencia de género y cerrar el Parlamento andaluz”. Teresa Rodríguez encuentra el mejor ejemplo en “los grupos de whatsapp de familia y amigos, donde hay uno que vota a Vox”. “¿Qué haces? ¿Te sales? ¿Lo echas? ¿O lo confrontas con argumentos? Estamos disputando las bases sociales a la extrema derecha y algunos estaban antes próximos a nosotros”, dice, recordando que el 1 de mayo, Día del Trabajador, Abascal tiene un acto previsto en los astilleros de Cádiz, recientemente en protesta por la recuperación de sus derechos laborales.

Macarena Olona ya está censada en Granada –requisito para ser candidata a las andaluzas– y desde hace meses promociona todos los ítem del folklore andaluz más identitario, desde la Semana Santa –difundió una foto suya en la basílica de la Macarena– hasta la Feria de Sevilla. El lunes, horas después de que Moreno anunciase el adelanto electoral, subió a sus redes sociales una foto suya paseando por la céntrica calle Sierpes, e informó a sus seguidores de que había venido a la capital andaluza a “probarse su traje de flamenca”. Falta un mes y medio para la campaña, pero ya ha empezado el baile electoral.

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