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Vivir sin luz en pleno verano: los cortes de suministro no cesan en la Zona Norte de Granada

Los cortes de luz impiden llevar una vida digna tampoco en verano al no poder usar ni un simple ventilador

Álvaro López

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Pese a que se dice que el tiempo suele ser un aliado y que lo pone todo en su sitio, a los más de 25.000 vecinos de la Zona Norte de Granada capital esa expresión popular no les cuadra. Los cortes de luz, lejos de remitir, siguen en aumento, incrementándose en la medida en la que Endesa amplía la capacidad eléctrica de este distrito de la ciudad. La situación, que es muy difícil de sobrellevar, se vuelve insostenible en momentos en los que el clima es extremo como ocurre en invierno y sucede ahora en verano con las altas temperaturas. Las caídas de suministro llegan a ser tan habituales que los electrodomésticos tienden a romperse y encender un ventilador resulta una quimera.

Mientras la explicación más habitual que se le da a estos problemas eléctricos tiene que ver con los enganches ilegales para plantaciones de marihuana que se producen en la Zona Norte de Granada, los vecinos siguen padeciendo las consecuencias de lo que consideran es el “abandono” por parte de las instituciones. Cada vez que se les pregunta, recuerdan que pagan “justos por pecadores” y que se tiende a estigmatizar a una población que no vive en su totalidad de los enganches ilegales y que además paga la factura de la luz sin que esta funcione como es debido. Según datos de Endesa, de los más de 6.000 contratos de suministro eléctrico que hay en todo el distrito, el 49% “tienen contrato en vigor”. Por lo que el resto corresponderían a enganches ilegales.

Sin embargo, esas estadísticas no consiguen explicar las molestias ni mejorar la vida de familias como la de Manuel Morales, un vecino de la Zona Norte que advierte de que los cortes de luz se dan “como mínimo cada dos días”. Hay ocasiones en las que son diarios y llegan a ser tan constantes que acaban por desconectar los aparatos eléctricos para evitar que se rompan. Morales recuerda además que el calor es un pésimo aliado para las condiciones de vida de quienes viven en uno de los barrios más humildes de Granada. Como son viviendas antiguas, “tienen muy mal aislamiento”. Cuenta que, en su propia casa, cuando no hay electricidad, “puede haber habitaciones a 35 grados”.

Él, al menos, se considera afortunado porque puede tomar alternativas para sobrellevar las altas temperaturas. “Si lo necesito, puedo irme con mis hijas a la piscina municipal, pero hay vecinos que no pueden por problemas de movilidad”. Cuenta que en su mismo edificio hay un matrimonio que apenas puede salir de casa y que en estas semanas de verano están viviendo un auténtico “suplicio”. “Viven encerrados en su casa y cuando no hay luz no pueden usar ni un ventilador para refrescarse”. Un problema al que hay que añadir otros tan cotidianos como no poder utilizar el frigorífico si los cortes se prolongan durante mucho tiempo y que haya que tirar la comida “porque se echa a perder”. Por las noches puede faltar la electricidad también para aquellas personas que la necesitan al utilizar aparatos que les permitan dormir.

“Indefensión”

En líneas generales, lejos de solventarse, los cortes de luz de la Zona Norte siguen siendo un quebradero de cabeza para los que viven en el distrito. Por eso, reclaman a Endesa y a las administraciones públicas que solventen los problemas a los que se enfrentan cuando se pierde la luz. “Hay veces que mantenemos los electrodomésticos apagados durante varias horas por temor a que los microcortes los acaben rompiendo”, cuenta Manuel Morales. “Encima sentimos que nos amenazan cuando llamamos para que nos arreglen algún problema con la electricidad y en Endesa nos dicen que si es un asunto de la vivienda debemos solventarlo nosotros o tendremos que pagarle al técnico que vendrá”. De esa forma, explica, “consiguen que no se pongan reclamaciones porque no prosperan”. Por otra parte, como los problemas eléctricos de una vivienda se pueden producir por los continuos cortes del suministro de todo el distrito, se sienten con las manos atadas para tomar cartas en el asunto.

El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, admite que “es un problema real” que pasa por “exigir” que haya una red “potente” para la distribución de luz, pero también considera que no hay que obviar que los cortes se producen por “una producción ilegal” a la que hay que poner corto. El regidor cree que hay que exigirle a Endesa que invierta más y apuesta por llevar a cabo políticas que permitan la integración de quienes viven de los enganches ilegales para que puedan alejarse de esas prácticas. Por su parte, Manuel Martín, Defensor de la Ciudadanía de Granada, lamenta la “indefensión” que sienten los vecinos y que él mismo pulsa a diario con las quejas que le transmiten.

“Lo de la Zona Norte de Granada no es serpiente de verano sino una constante desde ya hace casi 15 años: aquí hay cortes así cruja el sol, se derritan los termómetros o caiga la gran nevada”, dice Martín. “A pesar de haberlo intentado todo, los cortes de luz no cesan. Desde hace casi 15 años se está incumpliendo un contrato y no pasa absolutamente nada. Se están vulnerando los derechos fundamentales de estas personas y no pasa absolutamente nada”. El Defensor de la Ciudadanía de Granada recalca que “muchos vecinos viven sin luz, pagando luz”. Cree que es un problema que exige de la intervención total de todas las administraciones.

Además, los habitantes de este barrio granadino también afean que Endesa hable de inversión cuando la sensación que tienen es que están “con las mismas infraestructuras desde hace 50 años”. Si la distribuidora eléctrica argumenta que sí se han reformado instalaciones, vecinos como Manuel Morales considera que lo que conveniente es que se haga una auditoría técnica que lo avale. “Ellos tienen el monopolio de la información y si quieren decir que los cables son del año pasado y que tienen sección suficiente... ¿Cómo demostramos los vecinos lo contrario?”, se pregunta.

Endesa culpa a los enganches ilegales

Desde Endesa defienden que no se está dejando de lado a la Zona Norte y que se sigue poniendo dinero para mejorar la red. Sobre el hecho de que haya amenazas, según los vecinos, cuando se quiere poner una reclamación, fuentes de la compañía lo desmienten. Argumentan que lo único que sucede es que advierten a los clientes de que, si hay un problema en una vivienda y no es generalizado en el distrito, ha de ser la persona que llama la que se haga cargo de la reparación. “Como ocurre cuando llamas a un fontanero”, explican. Al tiempo que matizan que efectivamente, a diferencia de otros lugares, el cableado eléctrico es visible y no subterráneo. Lo hacen así precisamente para poder “controlar mejor los enganches ilegales”.

Porque para la compañía eléctrica los problemas se limitan a la producción irregular de marihuana que hace uso fraudulento de la luz. “El pasado año se detectaron hasta 553 plantaciones en la provincia de Granada, de las que 40 correspondieron a intervenciones realizadas en diferentes barrios de la capital”, explican fuentes de la compañía en colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil. “Toda la red de la Zona Norte es nueva. Además, no es una cuestión de si es nueva o no, sino del continuo sabotaje que estamos teniendo por las plantaciones de marihuana. Estamos triplicando la potencia, pero también están aumentando los enganches fraudulentos casi al mismo ritmo”, sentencian desde Endesa.

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