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AGUA
Tres denuncias contra una macrogranja porcina en Bailén: la sociedad civil investiga para evitar su instalación

La plataforma ha presentado varias denuncias para evitar la construcción del proyecto

Álvaro López

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Los vecinos de Bailén (Jaén) no quieren una macrogranja porcina en su municipio y piensan pelear hasta el final para evitarlo. A través de una plataforma que se llama precisamente “Bailén, no a la macrogranja”, se están movilizando para impedir que el proyecto salga adelante en las inmediaciones de la localidad. Temen que la puesta en marcha de la explotación intensiva perjudique a la biodiversidad y empeore la sobreexplotación que ya sufre el acuífero de la zona. El Ayuntamiento de Bailén (PP) dice oponerse también a esta infraestructura, mientras que la Junta de Andalucía está elaborando la Autorización Ambiental Integrada (AAI) que necesitaría para funcionar.

Con la escasez de agua que sufre la zona, la llegada de una industria intensiva como esta supondría agravar el problema de falta de recursos hídricos al que se enfrentan. Cuestión principal en la que basan sus alegaciones los ecologistas y que destacan también los vecinos que integran esta plataforma conservacionista. Convencidos a su vez de que se están produciendo hechos ilegales por parte de la empresa que quiere levantar la macrogranja, han presentado tres denuncias ante la Guardia Civil que a día de hoy siguen en curso.

Las tres denuncias ponen en duda la forma de proceder de Piensos Jiménez S.L. en este paraje para conseguir sus objetivos. La primera de ellas, interpuesta en julio, asegura que la empresa ha realizado sondeos irregulares. La segunda, de agosto del año pasado, se interpuso porque se ha podido comprobar que se han realizado trabajos en la parcela en la que se instalaría la macrogranja. Trabajos que han borrado incluso el cauce de un arroyo que discurre por este terreno y que podría ser un problema a la hora de permitir una instalación de estas características. La tercera denuncia es de diciembre y se basa en el derribo ilegal de edificios de esta parcela que, a su vez, afectarían a la biodiversidad de murciélagos y linces presentes en la zona.

Desde 2019 en trámite

Pese a que la cantera en la que iría ubicada la macrogranja se compró en 2019 y el proyecto fue entregado en el Consistorio en 2020, los vecinos que conforman esta plataforma no supieron nada del asunto hasta junio de 2022. De hecho, tomaron conciencia de lo que estaba ocurriendo por casualidad: un empresario de ganadería extensiva descubrió que esta instalación porcina estaba proyectada y se lo comunicó a los vecinos a través de una asamblea a la que asistieron tanto el alcalde de Bailén como el de Baños de la Encina, la otra localidad que se vería afectada por esta macrogranja.

Desde ese momento, unos 200 vecinos han integrado la plataforma “Bailén, no a la macrogranja” que pretende evitar que llegue a construirse en algún momento. No están solos y cuentan con el respaldo de Ecologistas en Acción que en julio del año pasado presentó una batería de alegaciones a la autorización ambiental que debe aprobar la Junta de Andalucía. Entre las cuestiones que señalan en el escrito, remitido al Gobierno autonómico, destaca sobre todo el daño que esta instalación puede hacer a las reservas de agua que hay en el acuífero de la zona.

La macrogranja que quiere instalarse proyecta dar cabida a 2.880 cerdas reproductoras que, al año, darían lugar a 50.000 cabezas de ganado. Una cantidad elevada de animales que estarían en este lugar para ser cebados para alguna de las grandes industrias cárnicas que hacen uso de la ganadería intensiva, cuyo nombre aún no ha trascendido. Sí se sabe que la macrogranja sería propiedad de Piensos Jiménez S.L. y que se instalaría en el paraje conocido como “La Muela”, que se sitúa a su vez sobre un acuífero que en la actualidad tiene una sobrexplotación del 200%, según datos de Ecologistas en Acción.

Escasez de agua

Virginia Sanz, una de las portavoces de la plataforma ciudadana, teme el daño que podría sufrir el entorno si se instalase la macrogranja. “La Muela es un lugar en el que se pueden avistar animales de todo tipo como águilas y además el suelo es muy poroso, por lo que los purines irían a parar allí, contaminando la zona”. Afirma que constituyen una plataforma “transversal y apolítica” que pretende aunar esfuerzos y respetar todas las sensibilidades con el único fin de impedir la instalación de esta industria intensiva.

“Nos cuesta entender cómo quieren construir esta instalación aquí, cuando el acuífero está seco y además suelen construir este tipo de macrogranjas en zonas deshabitadas”. Desde la plataforma se sienten impotentes al ver que las administraciones no están poniendo “todo de su parte” para evitar que el proyecto salga adelante. “En la última denuncia le pedimos al Ayuntamiento que proteja los edificios que quedan en pie en la parcela. También solicitamos que multe a la empresa por no pagar los permisos para hacer todo lo que ha hecho en ella”.

“Hemos tenido reuniones con casi todos los alcaldes de la zona porque no solo nos preocupa la biodiversidad, sino que también nos preocupa el agua porque tenemos poca y encima el acuífero está sobrexplotado más de un 200%”. Sanz lamenta que “sin medios de ningún tipo”, sean ellos los que tengan que estar investigando para descubrir lo que está haciendo la empresa para poder instalarse en la vieja cantera. “Todos tienen acceso a la documentación y nosotros tenemos que pedirla por instancia y esperar meses para tenerla. Vamos solos sin ayuda de nadie”.

Precisamente los principales apelados, el Ayuntamiento de Bailén y la Consejería de Sostenibilidad de la Junta de Andalucía, dan sus propias versiones sobre lo que está sucediendo. Desde el Consistorio local, el alcalde, Luis Mariano Camacho (PP), asegura que no quieren la granja: “Otra cosa es que tengamos que cumplir la ley escrupulosamente, por lo que estamos intentando en la medida de lo posible que la empresa lo tenga tan difícil que decida no instalarse. Todo esto hay que hacerlo con la ley y es lo que queremos hacer”. Por su parte, desde Sostenibilidad, que es la cartera encargada de la autorización ambiental, dicen estar estudiando “exhaustivamente todos los criterios” para conceder o no la licencia. De momento, no hay más.

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