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Sequía
La sobreexplotación de los acuíferos de Baza (Granada) llega hasta la Comisión Europea

Fuentes como la de San Juan, en Baza, están prácticamente secas a pesar de que los expertos afirman que sí hay agua si se gestiona bien

Álvaro López

Comarca de Baza —

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“Esta es una tierra sacrificada”, dice Alonso Segura, alcalde de Cúllar Baza. Él es uno de los firmantes de la denuncia que ha elevado la Plataforma en Defensa del Río Castril a la Comisión Europea para ponerle freno a la sobreexplotación de los acuíferos de la comarca de Baza. El tema no es nuevo, pero se está recrudeciendo en los últimos tiempos por la proliferación de pozos ilegales que están dejando que algunos manantiales de esta zona se hayan secado por completo. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, responsable del control y buen uso del agua en este entorno, admite que es difícil detectar las captaciones irregulares por la abundancia de cultivos que hay.

Lo que pide la Plataforma en Defensa del Río Castril a la Comisión Europea es que intervenga para evitar que los acuíferos de Baza se sigan sobreexplotando. Para ello, cuentan con informes que advierten del peligro y a los que este medio ha tenido acceso. En concreto, el hidrogeólogo Carlos Herrera señala en varios estudios que la cantidad de agua que sale del subsuelo de la comarca es mayor a la que se recarga de forma natural por las precipitaciones. Una realidad que, según señalan desde la plataforma, ha provocado que tres manantiales ya estén completamente secos: el del Nacimiento de Hernán-Valle, el del Nacimiento de San Torcuato y y la Fuente del Alamillo.

Dichos manantiales se encuentran justo al final del colector natural en el que se configura la geología de la zona. En este lugar manaba el agua procedente de los acuíferos de Baza, pero la sobreexplotación los ha dejado sin reservas. El bombeo “indiscriminado” y “sin control” ha acabado con tres lugares que han sido esenciales para la vida agrícola y cultural de los vecinos del entorno. La pérdida hídrica se produce principalmente por la proliferación de pozos ilegales, pero también por conducciones subterráneas ocultas que conducen el agua hacia otros acuíferos.

Este medio ha visitado la comarca para comprobar cómo la sobreexplotación del agua es una realidad que pone en peligro el futuro de las poblaciones que la conforman. Miguel Ortiz, portavoz de la Plataforma en Defensa del Río Castril, afirma que la mala gestión es la que está detrás de los problemas que cada vez son más acuciantes. Sin ir más lejos, el Tercer Ciclo de Planificación Hidrológica de la cuenca señala que la masa de Baza occidental está en un “buen estado cualitativo” mientras que apunta a que la masa de Baza-Freila-Zújar está en “mal estado cualitativo”.

Una comarca “abandonada”

Uno de los informes del hidrogeólogo Carlos Herrera evidencia que la sobreexplotación es seis veces superior a la reconocida por la Confederación Hidrográfica en la masa de Baza occidental y tres veces en el caso de la de Baza-Freila-Zújar. Para Miguel Ortiz, esta información no hace más que evidenciar que las administraciones han “abandonado” a la comarca y que están ignorando los “descensos imparables” en la cantidad de agua que hay en el subsuelo. Una cuestión a la que hay que añadir la contaminación de estos acuíferos.

Como cada vez hay menos precipitaciones y los recursos de agua bajo tierra son menores, el aumento de la ganadería industrial de la comarca hace que los residuos que salen de estas explotaciones acaben en los acuíferos en forma de nitratos, contaminándolos. Alonso Segura, alcalde de Cúllar Baza, afirma que les están quitando el agua con pozos ilegales y grandes empresas que se instalan en la zona sin demasiado control por parte de las autoridades, mientras tienen que “invertir en infraestructuras que no serían necesarias para que el agua no estuviese contaminada”.

Como la desecación de los manantiales y de las reservas del subsuelo es una realidad que incluso afecta al abastecimiento humano, desde la Plataforma en Defensa del Río Castril afirman que la Confederación Hidrográfica estudia un trasvase desde el embalse del Portillo hasta la provincia de Almería aprovechando como excusa esta problemática con el agua en Baza. “No falta agua en esta zona si se gestiona bien”, dice Miguel Ortiz. “Llevan años buscando artimañas legales para quitarnos nuestros recursos y dárselos a la provincia de Almería que por desgracia tiene problemas de sequía”. Ortiz asegura que no están en contra de que se pueda compartir el agua, sino de que se haga quitándole lo que le corresponde a la comarca.

La pescadilla que se muerde la cola

El asunto acaba siendo una pescadilla que se muerde la cola. Como abundan los pozos ilegales, los acuíferos se están secando y ponen en jaque al consumo agrícola y humano. Al mismo tiempo, como esto ocurre, desde las administraciones se plantean proyectos como el trasvase desde el Portillo, que recoge el agua del río Castril, para aumentar el caudal de las cuencas de la comarca, pero para los pequeños agricultores, algunos ayuntamientos y plataformas civiles, esto último no es más que una excusa para “esquilmar” los recursos hídricos que por derecho les corresponde.

En ese sentido, y atendiendo a la sobreexplotación de los acuíferos que señalan en informes a los que ha tenido acceso este medio, en la denuncia elevada a la Comisión Europea recuerdan que las sierras de Baza y Castril pertenecen no solo al Geoparque de Granada, incluido en 2020 en el catálogo de geoparques de la UNESCO, sino también a la Red Natura 2000 con la que la propia Unión Europea señala lugares de especial protección. Protección que no se estaría produciendo en este caso al evidenciarse que el agua subterránea se está perdiendo.

Según el escrito enviado al organismo comunitario, esta falta de vigilancia sobre entornos protegidos está provocando hasta seis infracciones de directivas europeas, todas ellas relacionadas con acciones de políticas de aguas. En resumen, lo que se pone de manifiesto en ellas es que España no está velando por el control de estos entornos, poniéndolos en peligro. De ahí que la Plataforma en Defensa del Río Castril pida mayor celo a Europa para evitar que la sequía que se está experimentando en el subsuelo y en algunos manantiales, tenga repercusiones sin punto de retorno.

Manantiales secos

Paseando por la comarca es fácil apreciar una dicotomía curiosa: entornos donde el agua fluye incluso cuando no caen precipitaciones y lugares en los que ha dejado de haber ni una sola gota aunque estén a escasos metros de distancia. Uno de esos ejemplos es el Manantial de las Siete Fuentes, situado en Baza. En este entorno predomina el verde y el agua incluso se escapa por los senderos. “Tenemos estudios que afirman que la calidad hídrica de este manantial es superior a la del río Castril para el consumo humano, así que no haría falta un trasvase si se gestionase bien”, explica Miguel Ortiz, portavoz de la plataforma que ha elevado la denuncia ante la Comisión Europea.

Sin embargo, a pocos metros de este manantial es posible encontrar una fuente de la que en el pasado brotaba agua a raudales. Es conocida como la Fuente de San Juan y hoy en día apenas es una sombra de lo que llegó a ser. Solo queda agua estancada de lluvia, pero no fluye nada por ella. “Sospechamos que se han llevado el agua de forma subterránea para regar en lugares en los que antes era imposible”, lamenta Ortiz. Una situación que está afectando al entorno junto a la fuente, mucho más yermo y seco de lo que se recuerda en el lugar.

Pero si hay un punto de la comarca de Baza en el que la sobreexplotación de los acuíferos sea patente, ese es sin duda el del Balneario de Alicún de las Torres, muy próximo ya a Guadix. El agua subterránea que surte al enclave está perdiéndose año tras año y Fernando Medialdea, su gerente, sufre en primera persona lo que está ocurriendo. No en vano, su familia lleva un siglo gestionando este lugar. Un lugar casi mágico con acueductos prehistóricos y con la mayor densidad de dólmenes de Europa.

“Aquí el agua es esencial. Tenemos plantas endémicas que viven en torno al acueducto”, explica Fernando Medialdea. “Nosotros sanamos con el agua porque tiene características mineromedicinales. Es totalmente sostenible porque es un manantial surgente. No bombeamos el agua, sino que sale de forma natural y la aprovechamos en el balneario. Suelen ser aguas termales antiguas y en equilibrio porque sale tanto como entra, pero en los últimos años estamos viendo que sale más de lo que entra por las explotaciones agrícolas que se están ubicando alrededor”.

“Este ecosistema, que tiene miles de años de antigüedad, está en peligro por la sobreexplotación de los acuíferos”, lamenta Medialdea. Siente, como Miguel Ortiz y la plataforma que defiende el río Castril, que las administraciones están mirando “para otro lado”. Argumenta que lo que está ocurriendo en la comarca de Baza no es algo singular, sino que tiene réplicas en otras zonas de España. De hecho, Fernando Medialdea es vicepresidente de la Asociación de Balnearios de Andalucía (ABA) y miembro de la directiva de la Asociación Nacional de Balnearios (ANBAL), por lo que tiene información de primera mano de lo que está ocurriendo con la mala gestión de este recurso natural.

Precisamente la administración competente en este ámbito, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, se limita a negar la mayor. En declaraciones a este medio, fuentes oficiales insisten en sus argumentos. Hay pozos ilegales, tal y como se reconoce en la documentación oficial de la que hacen uso, pero los mecanismos de teledetección que utilizan no pueden dar con todos por la gran cantidad de plantaciones que hay en toda la comarca.

No obstante, basta ubicarse en un promontorio para ver cómo el campo que se extiende bajo nuestros pies está repleto de bocas de riego. Paralelamente, desde la Confederación niegan que haya interés en un trasvase del río Castril, a pesar de que desde la plataforma insisten en que el proyecto existe. Pero la única certeza es que los acuíferos se están secando, tal y como lo demuestran los manantiales en los que ya no fluye el agua y que cualquiera puede visitar.

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