La Factoría Cultural de Polígono Sur: el proyecto social lleva tres meses cerrado por impago de la empresa de seguridad

Acababa el mes de enero de 2018 cuando se inauguró a bombo y platillo La Factoría Cultural, uno de los proyectos estrella del entonces alcalde y hoy candidato a presidir la Junta de Andalucía, el socialista Juan Espadas. El espacio del Polígono Sur prometía actuar como agente transformador de un área de la ciudad eternamente abandonada, apostando por la cultura como fuerza de cambio. Dos años y medio después, y a pesar de las numerosas actividades desarrolladas en este tiempo, la Factoría languidece cerrada debido a diversos incumplimientos de la empresa de vigilancia que tenía asignada, Mersant Seguridad.
En concreto, la luz de alarma se encendió cuando a principios de este año 2022 la empresa dejó de abonar su nómina a los trabajadores y empezaron a llegar a la administración embargos de la Seguridad Social. Los trabajadores de Mersant empezaron a darse de baja sin ser reemplazados, de modo que se paralizó el servicio, mientras que los responsables de la compañía dejaron de responder las llamadas y correos que recibían, tanto de los propios empleados como del Gobierno local.
Esta situación, que afecta también a otras instalaciones municipales, ha propiciado que el Ayuntamiento hispalense rescinda el contrato con la citada empresa. Ya el pasado mes de marzo, el alcalde Antonio Muñoz –que también estuvo presente en la inauguración de la Factoría, entonces en calidad de delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo–, aseguró que instaría a Mersant a adoptar “las medidas necesarias para evitar el grave trastorno del servicio” consecuencia de los impagos de la compañía, y que estudiaba un proceso de contratación “urgente y negociada” de los servicios de vigilancia afectados. Incluso apuntó a la posibilidad de que efectivos de la Policía Local se ocuparan de la seguridad de los espacios afectados por el conflicto. Han pasado tres meses y la situación parece lejos de resolverse.
Actividades en el aire
Cabe recordar que Factoría Cultural es un equipamiento de 3.300 metros cuadrados en tres plantas que cuenta con espacio para usos múltiples, como talleres, aulas de enseñanza de música y danza, salas polivalentes y multimedia, zonas de exposiciones y el gran auditorio. El edificio, que nació con la ambición de ser un referente arquitectónico, se desarrolla sobre una parcela de 2.172 metros y es obra del estudio valenciano Primo & Trullenque, ganador del concurso de ideas convocado al efecto.
La situación de cierre no solo afecta a las infraestructuras de la Factoría, que se resentirán sin duda de la prolongada falta de uso y mantenimiento, sino también a toda la actividad que el espacio venía acogiendo y generando. Así, el programa Factoría creativa, ciclo de apoyo a la creación puesto en marcha para proporcionar espacios y recursos a artistas de distintas disciplinas, ha quedado drásticamente interrumpido después de que hayan pasado por él artistas como las bailaoras María Moreno y Paula Comitre, el bailaor Petete, los músicos del proyecto Fuera de Serie, los intérpretes Juan Luis Corrientes y Manuela Alonso y la directora Sario Téllez, entre otros.
Asimismo, el espacio de ensayo que la Factoría venía prestando también ha quedado congelado. De hecho, los citados Fuera de Serie, que actualmente trabajan en un espectáculo que formará parte de la programación de la próxima Bienal de Flamenco, se han quedado sin sitio donde reunirse para seguir dando forma a su montaje. La propia Bienal, según anunció su director, Chema Blanco, tiene programadas varias actividades paralelas en la Factoría, sin que a día de hoy haya certeza de que puedan celebrarse allí.
Nueva licitación
Después de dos meses de silencio institucional, unos días atrás se publicaba la nueva licitación para asumir la vigilancia de la Factoría, cuyo plazo de presentación de ofertas cumplió el día 6 de junio. El inconveniente que encontrarán las empresas que opten a esa concesión es que deberán asumir la deuda acumulada por Mersant, tanto en lo que se refiere a salarios como a Seguridad Social, y que como es lógico ha ido incrementándose en este tiempo perdido. En el mejor de los casos, la empresa ganadora podrá empezar a operar, tras los correspondientes trámites de adjudicación, el 1 de agosto, es decir, tras cuatro meses de cierre del espacio del Polígono Sur. En el peor, el concurso puede quedar desierto, prolongando la clausura al menos hasta el año próximo.
Lo peor de todo tal vez sea que el vecindario ni siquiera ha protestado por la paralización de la actividad en la Factoría Cultural. “Al final, el mensaje que lanzamos al Polígono Sur, que siempre se ha sentido abandonado, es que a las primeras de cambio volvemos a abandonarlos”, lamenta una persona vinculada al proyecto. “Hemos venido a decepcionarlos una vez más”.
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