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Vocabulario para el “nuevo tiempo” de la negociación

Pleno del Parlamento Andaluz

Manuel Ramos

Casi 80 días negociando en Andalucía dan para mucho, puede que aún no para conformar un gobierno, pero sí para crear todo un léxico en torno a la negociación política. Metáforas, eufemismos y circunloquios para denominar, no siempre con demasiado éxito, la situación que vive la política andaluza. He aquí el léxico común de la negociación.

Tiempo nuevo: Se refieren así a la fórmula de trabajo de una legislatura en la que hay cinco grupos parlamentarios en la cámara y sin mayoría absoluta.

Cambalache: El uso de este sustantivo subió como la espuma después de las elecciones municipales del 24 de mayo. Si escucha a un político andaluz hablar de cambalache se refiere al intercambio del control de un ayuntamiento por otro. O, en su alternativa, obtener un ayuntamiento a cambio de abstenerse en la votación de investidura. Todos repiten sin cesar que no aceptarán cambalaches, pero ya lo dijo Carlos Gardel: “Siglo veinte cambalache problemático y febril, el que no llora no mama y el que no roba es un gil”.

Trueques: “Intercambio directo de bienes y servicios, sin mediar la intervención de dinero”, según la definición de la Real Academia. En el caso andaluz úsese como sinónimo de cambalache, o lo que es lo mismo, lo que no se produce en esta negociación según todos los partidos.

Intercambio de cromos: No es que nadie ande sobrado de cromos en un panorama político tan fragmentado, por lo tanto, nadie acepta intercambios.

No queremos sillones: Es una de las expresiones favoritas de los llamados partidos emergentes, es decir, Podemos y Ciudadanos. Con ello se refieren a que no negocian por un gobierno de coalición con acuerdo programático y reparto de cargos públicos entre partidos. Aunque ya empiezan a usarlo los partidos tradicionales también: “No queremos sillones, hablamos de programa”.

Líneas rojas: Expresión de origen belicista según el Instituto Cervantes. Marca los límites de cada partido a partir dde los cuáles, el diálogo no es posible. Eso sí, su grosor puede variar de un día a otro según las circunstancias.

La pelota está en su tejado: Cuando un partido político deja de responsabilizarse del siguiente paso en la negociación.

Le toca mover ficha: Exactamente igual que la expresión anterior, en esta partida de ajedrez a cinco bandas.

Las líneas de comunicación siguen abiertas: La expresión favorita de los negociadores socialistas para señalar que, aunque no hay programadas reuniones ni se dan avances públicos en el diálogo, mantienen contactos con el resto de partidos, sin precisar más.

Nosotros seguimos sentados a la mesa: La mesa, como tal, no existe, ni nadie se sienta en ella. Sin embargo, gusta la expresión para no hacerse responsable de la falta de acuerdo y reafirmar la disposición a dialogar por parte de todos.

Abstención responsable: Otro clásico del PSOE. Si abstenerse es “No participar en algo a que se tiene derecho” la abstención responsable de los otros es a la que se apela para posibilitar que Susana Díaz salga elegida presidenta en el Parlamento por mayoría simple.

Llamada a la responsabilidad: Apelación a los grupos de la oposición a ejecutar la abstención responsable, es decir, no votar en el Pleno. También se utiliza para pedir a la presidenta en funciones más papel en la negociación.

Las urnas han hablado: Fórmula recurrente de los distintos grupos, aunque con diferentes interpretaciones. Para el PSOE las urnas expresan que los andaluces les dan a ellos la única opción de gobierno por la diferencia de escaños con la siguiente fuerza política. Para el resto, las urnas “hablan” para señalar que sin mayorías absolutas es necesario dialogar y aceptar sus propuestas para llegar a abstenerse en la designación de la presidenta.

Guiños: Lo que hizo, y al parecer mucho, la candidata Susana Díaz en su discurso de investidura al resto de los grupos parlamentarios. Entender por la tercera definición del diccionario: Mensaje implícito.

Discurso ecuménico: Nuevamente referido a la primera intervención de Díaz en el pleno de investidura.

Bloque del no: Es como le gusta agrupar al PSOE a los grupos de la oposición desde que Díaz perdió su tercera votación en Pleno.

Bloquear: Todos se han sentido bloqueados en estos casi 80 días. El PSOE siente que la oposición bloquea su acción de gobierno, otros entienden que se bloquea la actividad del Parlamento imposibilitando la formación de las comisiones.

Mi límite es la ley: Frase con la que el PSOE pone fin a la pretensión de Podemos de cerrar cuentas de la Junta de Andalucía de bancos que desahucien primeras viviendas. El PSOE dice que es ilegal y recurre a un informe del gabinete jurídico de la Junta que Podemos rebate.

Hay que dejarse la piel: Intención de los interlocutores por esforzarse para llegar a un acuerdo cuanto antes. Los andaluces llevan ya más 75 días escuchándola a todos los actores y actrices de la negociación.

Susto o muerte: Para Teresa Rodríguez (Podemos) la dicotomía de tener que elegir entre PSOE o PP.

Chantaje: Como califica Manuel Chaves este proceso negociador una vez que Podemos y Ciudadanos ponen como exigencia para abstenerse su retirada de la política activa. Ya anunció que no repetiría en las próximas elecciones generales, a Podemos le bastó, a Ciudadanos no.

Geometría variable: Confusa expresión de variable interpretación.

En este vídeo de Europa Press, del pasado 14 de mayo tras el tercer 'no' a la investidura de Díaz, se puede apreciar alguna de estas coletillas:

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