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Málaga vuelve a retrasar su ruptura con los héroes del franquismo Carlos de Haya y Joaquín García Morato

Carlos de Haya

Néstor Cenizo

26 de mayo de 2021 20:56 h

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En diciembre de 2018, el Pleno del ayuntamiento de Málaga aprobó sustituir la denominación de avenida de Carlos de Haya por la de Camino de Antequera. Se trataba de que el callejero dejase de honrar la memoria del aviador, capitán de la Aviación Nacional de los sublevados, siguiendo la estela del principal hospital de la ciudad, que desde 2013 ya no lleva su nombre. Hoy, transcurridos dos años y medio, la avenida sigue llamándose Carlos de Haya y el equipo de gobierno dice que no tiene nada claro que deba cambiar su denominación. Igual ocurre con la calle en memoria de su concuñado, el también aviador franquista Joaquín García Morato.

El ayuntamiento va a encargar sendos informes que determinen la exacta participación de De Haya y García Morato en la sublevación militar y en los bombardeos de la Guerra Civil. También se va a indagar en cuáles son los méritos de ambos en el Archivo General Militar de Segovia. Se trata de dos de los pilotos más reconocidos de la aviación franquista, que hizo de ellos una leyenda por su significada participación en el golpe de estado y la contienda posterior.

El acuerdo para encargar los informes fue adoptado este martes por la Comisión de Memoria Histórica, que tenía como uno de los puntos del orden del día comprobar los avances en la retirada de simbología franquista de la ciudad y el cambio de decenas de nombres de calles para dar cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica aprobada en 2007, hace 14 años.

Según un documento presentado a la comisión, en Málaga se han retirado o cubierto 26 placas o símbolos franquistas desde que se aprobó la ley. Además, se ha cambiado el nombre de cinco calles: las antiguas General Mola, General Sanjurjo, Generalísmo Franco, Queipo de Llano y Mártires de Olía.

Sin embargo, en Málaga sigue habiendo toda una barriada dedicada a militares franquistas, que incluye la calle Ingeniero De la Torre Acosta, padre del actual alcalde. Hay unas cincuenta calles que recuerdan a personas vinculadas al franquismo, pero cuando se le entregó un listado, el ayuntamiento argumentó que prefería encargar un estudio a la universidad, en aras del rigor. Hoy ese estudio parece descartado.

Carlos de Haya, el “piloto de Franco”

El caso más singular es el de la avenida Carlos de Haya, conocido como el “piloto de Franco” porque actuó en ocasiones como su piloto personal. Desde la base de Tablada, De Haya participó en el establecimiento del puente aéreo que permitió desplazar rápidamente al Ejército de África a la Península, sosteniendo el golpe en los primeros días. Después realizó decenas de servicios de guerra, acumulando 300 vuelos y 3.000 horas de vuelo, hasta fallecer en un accidente en febrero de 1938, durante la Batalla de Teruel.

En 2018, el Pleno aprobó por unanimidad una moción para cambiar el nombre de avenida, pero nada se ha hecho en este tiempo. Ahora, el equipo de gobierno, liderado por el mismo alcalde (Francisco de la Torre), duda y esgrime varias sentencias que en los últimos años han revertido la aplicación de la Ley de Memoria Histórica para borrar los vestigios de denominaciones franquistas del callejero.

Es el caso de Oviedo, donde un juez requirió al ayuntamiento (gobernado por PP y Ciudadanos) para que devolviera la denominación franquista a 17 calles que se habían renombrado en aplicación de la ley. La calle Lorca volvió a ser la calle Calvo Sotelo, la plaza de la Libertad volvió a llamarse plaza de la Liberación y la calle de Concepción Arenal se restituyó a calle del comandante Caballero. En los últimos días se han conocido también varias sentencias que ordenan restituir al callejero de Madrid los nombres de Caídos de la División Azul, General Millán Astray o Hermanos García Noblejas.

Sentencia en Madrid sobre la “calle Capitán Haya”

En la comisión de Memoria del ayuntamiento de Málaga también se distribuyó una sentencia dictada en 2018 por el juzgado contencioso-administrativo 15 de Madrid, referida específicamente al capitán Carlos de Haya. La sentencia concluye que el cambio de nombre de la calle “Capitán Haya” por la de Joan Maragall en la capital fue “subjetivo” y “caprichoso”. Según la jueza, el informe del comisionado de Memoria Histórica en que se basó la decisión imputaba a Carlos de Haya una participación en el ejército franquista y en el golpe de estado que no tenía soporte documental.

Durante décadas, el franquismo presentó a Carlos de Haya como el artífice de una de las grandes gestas glosadas por su propaganda, el aprovisionamiento del asediado Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza con pavos lanzados con paracaídas. De su significación para el franquismo da idea también el canje de su esposa, Josefina Gálvez, por el novelista Arthur Koestler, acusado de espía y a punto de ser fusilado en Sevilla. Gálvez era a su vez hermana de la esposa de Joaquín García-Morato, fundador de la Patrulla Azul y otro de los ases de la aviación franquista. García-Morato, Carlos de Haya y Ruiz de Aza dieron durante décadas nombre a los principales hospitales de Sevilla, Málaga y Granada, respectivamente.

En un libro publicado en 2013, los historiadores de la Universidad de Málaga Andrés Fernández y Maribel Brenes documentaron la participación de Carlos de Haya en el corte de las comunicaciones aéreas para el asedio de la ciudad de Málaga, que a la postre dio lugar a la Desbandá, la huida a pie de decenas miles de personas hacia Almería, en la que miles fallecieron.

La jueza de Madrid concluyó que a Carlos de Haya el franquismo le dedicó varias calles en España no por “motivo alguno de evidente trascendencia relacionado con la sublevación militar del año 1936, ni con la contienda civil de 1936-1939”, sino por “méritos adquiridos antes, directamente relacionados con su profesión de aviador, dada su pericia en el manejo de estos aparatos”. La sentencia de Madrid, unida a la reversión del callejero ovetense, sirve ahora para volver a estudiar una decisión que el Pleno adoptó por unanimidad hace más de dos años.

“Pese a la sentencia, el ayuntamiento tiene capacidad ejecutiva para cumplir la moción. Hay un acuerdo de Pleno”, protesta Remedios Ramos, concejala de la confluencia de IU y Podemos. “Es bastante claro que ambos fueron aviadores del franquismo. Toda la vida se ha llamado Camino de Antequera, y los mayores así lo recuerdan”, señala Lorena Doña, concejala del PSOE.

La inhumación de los restos de García Morato

Los asuntos de la memoria en Málaga van despacio. Desde el mandato anterior se viene anunciando la creación de una cátedra con la Universidad de Málaga que estudie el callejero para depurarlo de elementos franquistas. Se preparó incluso un borrador. Sin embargo, en la comisión de este martes se anunció que la cátedra ya no se creará.

En cuanto a la conclusión del parque de San Rafael, inaugurado en 2014 en honor a 4.571 víctimas de la represión que fueron enterradas en el cementerio que allí había, sigue sin concluir. El equipo de gobierno anunció que la última fase está en contratación, y que tiene un periodo estimado de ejecución de seis meses.

Otro asunto del orden del día era conocer qué se había hecho para ejecutar el acuerdo de Pleno para trasladar los restos de García Morato de la Iglesia del Carmen, adoptado en julio de 2018. La última vez que la oposición se interesó por la cuestión, el ayuntamiento replicó que no le correspondía “decidir” sobre los restos del aviador, pero anunció que informaría al Obispado del acuerdo. No lo ha hecho. En su lugar, una responsable municipal visitó la Iglesia, comprobó que no había simbología franquista y entendió que estaba todo correcto.

En 2017, María Dolores de Cospedal, entonces ministra de Defensa, visitó la tumba de García-Morato, el “as de ases” de la aviación nacional para la propaganda franquista, partícipe directo de los bombardeos sobre las ciudades de Jaén o Antequera. 

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