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Olona hincha el globo de su proyecto político en plena pugna con Vox: “Va a generar inquietud en algunos”

Macarena Olona, exmilitante de VOX y candidata en las pasadas elecciones andaluzas, este viernes en Málaga. EFE/Jorge Zapata

Néstor Cenizo

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De un tiempo a esta parte, Macarena Olona gestiona con una generosa dosis de teatralidad los tiempos de su carrera política. Paradójicamente, esto empezó a ocurrir cuando anunció el fin de su carrera política. Convoca, anuncia, filtra y cierra el grifo de la información a conveniencia. Maneja las expectativas en torno a su futuro con la certeza de saber que los focos le apuntan. Este viernes acudió a Málaga consciente de estar envuelta en rumores -convenientemente alimentados- sobre su intención de anunciar su futuro supuesto proyecto político sobre la que podría germinar, quizás, una candidatura electoral capaz de arrastrar parte del electorado de Vox.

Pero cuando llegó el momento, no hubo nada. En Málaga, Olona se remitió otra vez a otro momento: será en Madrid, la semana que viene, cuando anuncie qué va a ser de ella. Ni siquiera aclaró si presentará un partido, aunque pareció descartarlo. “Cuando habla de un partido político, lo dice usted”, replicó a una periodista. “Me gustaría dejar claro que aquí nadie está hablando ahora de un partido político”, dijo luego a un simpatizante. Tan sólo su habitual jerga: “Es un proyecto que me va a permitir estar al lado de los españoles, que es donde tengo claro que quiero estar”. “Sólo le puedo decir que va a trasladar gran tranquilidad en algunos casos e inquietud en otros”, añadió luego.

Olona tuvo alguna sugerencia velada o directa a su expartido, que la había contraprogramado y con el que ha entablado una batalla verbal que podría trasladarse a las urnas, aunque ella insiste en que no desea “más fragmentación política”. Preguntada por si consideraba que había partidos que representaran las creencias suyas o de sus excompañeros, dijo que sólo podía lamentar que Antonio Gallego, hasta hoy diputado de Vox en Cataluña, se hubiese dado de baja del grupo parlamentario de extrema derecha para pasar al de no adscritos.

Y cuando alguien del público le pidió que se sentara con Santiago Abascal para reconocer errores, respondió con voz emocional: “Le puedo asegurar que el dolor lo llevo yo. El dolor lo llevo yo”.

Contraprogramación de Vox

La convocatoria de Olona tuvo menos éxito del previsto por los organizadores, que con el tiempo cumplido cambiaron de sala para disimular que la inicialmente prevista apenas se cubría a la mitad. A la vista de la contraprogramación de un acto simultáneo de Vox, ella había dicho que no pasaría lista. Al final, unas 180 personas se reunieron para escuchar una charla teóricamente limitada a una exposición jurídica de los recursos de inconstitucionalidad que interpuso contra los estados de alarma, pero en la que lo que importaba a los asistentes era su futuro.

Encontrar la puerta de su regreso a Vox estaba cerrada con llave no ha hecho más que avivar su enfado con los dirigentes del partido ultra, a los que ahora ella y sus partidarios ven como adversarios, cuando no enemigos, con denuncias de falta de democracia interna y de juego sucio. Mientras, recorre España para acercarse a sus partidarios, valorar apoyos y, de paso, labrarse una imagen de abanderada de la libertad de expresión y mártir de la libertad.

En sus disertaciones, recurre a un lenguaje con un punto mesiánico para referirse a su dedicación política. “Yo solo puedo decir a los españoles, a derecha e izquierda, que sigo mi camino”. “Vamos a emprender juntos una misión, en la que no hay derechas ni izquierdas: hay una batalla del bien contra el mal”. “La semana que viene anunciaré públicamente la presentación del proyecto que, si Dios quiere, me va a permitir recorrer toda España a vuestro lado, siendo útil a los españoles”.

“Nos está marcando el camino”

En esas, llegó a Málaga, donde Vox le dio una baza perfecta para alimentar su relato contraprogramando su acto con una reunión de la diputada Patricia Rueda con militantes. Ella no la desperdició: “Podría posponer el acto para no contribuir al circo, pero sería una falta de respeto hacia quienes no admitís presiones ni chantajes. Nos vemos el viernes en #Malaga. Y no os preocupáis, yo no paso lista”, dijo en la previa.

“Es ridículo. A ver, si juega el Madrid-Barcelona, y en otro sitio se está jugando un Churriana-Mijas, ¿usted dónde va? ¿A ver a la barbie o a Macarena Olona?”, interpela José Luis Caballero, erigido en presidente del Foro Libertad y Regeneración Política y organizador del acto en Málaga. Caballero es un empresario que, según insiste él, nunca ha militado en Vox, y se declara admirador de Olona: “Ella es un animal político. Nos está marcando el camino. Un proyecto común para satisfacer las necesidades de todos los españoles, donde quepan gente de izquierdas y derechas. Es la esperanza en el futuro de España”. En el acto también tomó la palabra Armando Robles, director del medio ultra Alerta Digital.

El jueves, Caballero, así como excargos de Vox en Málaga, como Antonio Pulido, de la Plataforma Antigestora, pasearon a Olona por algunas cofradías hasta terminar en una taberna tomando “una cervecita”. La conferencia de Olona en la que nada anunció también terminó en un picoteo, “a unos 30 euros”, para conocerla mejor, antes de que ella anuncie, o no, lo que sus fieles quieren escuchar.

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