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El partido de Sarkozy lleva al Senado de Francia la “alarmante” reducción de horas de francés en las escuelas andaluzas

Patricia del Pozo, consejera de Desarrollo Educativo de la Junta de Andalucía.

Sara Rojas

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El partido conservador Los Republicanos en Francia ha denunciado desde el Senado la “alarmante” situación de la enseñanza del francés en la educación pública andaluza, después de que el Gobierno de Juan Manuel Moreno haya suprimido, este curso, la obligatoriedad de la segunda lengua extranjera en primero de Bachillerato y recortado la carga lectiva en segundo. En 2019, la Junta ya redujo a la mitad la carga horaria semanal dedicada al segundo idioma en Educación Primaria y, un año después, eliminó esta asignatura de tercero y cuarto.

Los Republicanos es el nombre con el que el expresidente de la República Francesa Nicolas Sarkozy rebautizó la antigua Unión por un Movimiento Popular (UMP), que a su vez refundó la Agrupación por la República (RPR) de Jacques Chirac, heredera del gaullismo. El partido de derechas galo forma parte del Partido Popular Europeo, como el PP español, pero ahora uno de sus senadores ha trasladado a la Cámara Alta francesa un debate inédito sobre la reducción de horas lectivas en lengua francesa en las escuelas andaluzas.

La preocupación por la regresión que ha experimentado la segunda lengua extranjera en la educación pública andaluza alcanza así al Senado galo gracias al empeño de la plataforma por la Cultura y Enseñanza de Lenguas Europeas (CELE). Esta organización lleva años alertando de que “las políticas del PP al frente del Gobierno andaluz venían a certificar la muerte del plurilingüismo en el sistema público de Andalucía”, toda vez que se han traducido en recortes del segundo idioma en el diseño curricular.

Ha sido el senador conservador Christophe-André Frassa, del partido que hoy pilota Éric Ciotti, quien se ha encargado de advertir al Gobierno de Emmanuel Macron de la “alarmante” situación que atraviesa la enseñanza de la lengua francesa “en el sistema público de educación de Andalucía”. Mediante una pregunta registrada en el Journal Officiel de la République Française (el equivalente al Boletín Oficial del Estado en España) el pasado 8 de febrero, Frassa se dirige al ministro de Europa y Asuntos Exteriores de Francia para informarle de que se están incumpliendo los acuerdos europeos e hispanofranceses suscritos por España en cuestión de plurilingüismo.

Compromisos que no se respetan

Para demostrarlo, el senador y miembro de la Comisión de Asuntos Europeos en Francia expone al ministro la deriva que ha tomado el currículo andaluz en lo relativo al plurilingüismo, después de que la Consejería de Desarrollo Educativo encabezada por Patricia del Pozo optara en 2023 por suprimir la obligatoriedad de la segunda lengua extranjera en primero de Bachillerato, y por reducir a la mitad la carga horaria de esta asignatura en el último curso que da acceso a la universidad. Fuentes del citado departamento niegan que se haya recortado el peso del francés, esgrimiendo que la obligatoriedad se ha pasado a primero de la ESO para dar continuidad a quinto y sexto de primaria (los dos únicos cursos que mantienen el segundo idioma como obligatorio).

El escrito dirigido por el partido Los Republicanos, al que ha tenido acceso este periódico, también alerta al ministro de Exteriores de que “ni los acuerdos europeos, ni la Carta europea sobre el Plurilingüismo, ni los acuerdos hispanofranceses, ni la competencia plurilingüe prevista por la legislación española en materia de educación (LOMLOE) parecen ser respetados” en el sistema educativo público español “y, más específicamente, a nivel regional en Andalucía”.

Según informan desde la embajada de Francia en España, al haberse formulado la pregunta por escrito, el ministro interpelado tiene la obligación de responder en un máximo de dos meses desde que se registró la petición, es decir, a principios del mes que viene como máximo. En caso de no recibir repuesta al término del plazo estipulado, el autor de la pregunta puede solicitar que se incluya en el orden del día del Senado para formularla oralmente.

Retroceso frente a Francia

En su escrito, el senador que ha registrado la advertencia en el Diario Oficial se muestra sorprendido ante el hecho de que la segunda lengua extranjera “no forme parte del grupo de asignaturas principales” en España, a diferencia de lo que establece el sistema educativo francés (como se recoge en el cuadro inferior). En ese sentido, Frassa lamenta que la Junta de Andalucía “deje la enseñanza del francés a discreción de los centros educativos y dependa de un número mínimo de estudiantes interesados”, al quedar relegada a asignatura optativa y disipada en el vasto listado de materias alternativas que se oferta a lo largo del currículo académico de ESO y Bachillerato (un total de 138, según el recuento de la plataforma CELE).

Frassa, que es también presidente de la Comisión Política de la Asamblea Parlamentaria de la Francofonía, recuerda que los alumnos andaluces son líderes a nivel nacional en el dominio de dos idiomas aparte del materno. Sin embargo, teme que los cambios introducidos en el diseño curricular contribuyan a debilitar el liderazgo que hasta ahora ha ostentado Andalucía en materia de enseñanza de lenguas extranjeras. De momento, la decisión del Gobierno de Moreno de eliminar el segundo idioma de tercero y cuarto de Primaria en 2020 –tras haber reducido a la mitad, un año antes, el horario en quinto y sexto– se ha traducido en un desplome en el número de matriculaciones de alumnos en el curso 2021-2022, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Aunque Andalucía sigue a la cabeza en el número de estudiantes que eligen una segunda lengua extranjera en Primaria y Bachillerato, las cifras confirman que la comunidad ha experimentado un retroceso en cinco años, incluso por encima de la media nacional. Especialmente notable es la merma de alumnos de segundo idioma en Primaria, que ha pasado de un 67,7% en el curso 2017-2018 a representar el 40,3% un lustro después. Al caer casi 30 puntos, se estrecha la ventaja que mantenía hasta ahora Andalucía con respecto a Canarias, la segunda en la lista.

La Consejería de Desarrollo Educativo no ha aportado aún los datos actualizados del presente curso 2023-2024 para calibrar de qué manera ha afectado también la eliminación de la obligatoriedad en 1º de Bachillerato, introducida en el último diseño curricular del departamento de Patricia del Pozo. Este cambio contó con el rechazo de los docentes que imparten segundas lenguas, pues defendían que hasta ahora, al ser obligatoria en Bachillerato, se “marcaba un camino” que servía de incentivo para que los alumnos escogieran estudiar idiomas a lo largo de la educación Secundaria.

Acuerdos europeos que no se cumplen

La Unión Europea fija como uno de los objetivos prioritarios de su política lingüística que “todo ciudadano europeo domine, además de su lengua materna, otros dos idiomas”. La citada Carta europea sobre el Plurilingüismo (2005) incluye un compromiso en el apartado de educación que incide precisamente en la necesidad de promover el aprendizaje de más de un idioma: “Desde Infantil, el sistema educativo debe ofrecer una educación plurilingüe y desarrollar las habilidades de aprendizaje autónomo necesarias para aprender nuevas lenguas a lo largo de la vida. Esta misión no consiste en absoluto en permitir que se consolide una única lengua extranjera como lengua de comunicación mínima con fines puramente comerciales”.

En la Declaración conjunta del Tratado de Barcelona firmado entre Francia y España en enero de 2023 se recoge que “ambos países consideran la promoción de la enseñanza de las lenguas francesa y española en sus respectivos sistemas educativos como una prioridad”. Asimismo, el Tratado de Amistad entre Francia y España firmado ese mismo año establecía en su artículo 18 que “para favorecer el aprendizaje y la difusión mutuos”, las partes “desarrollarán la enseñanza de la lengua francesa y de la lengua española en sus respectivos países.”

Al entender que estos compromisos no se respetan en el actual sistema público español ni andaluz, y con el afán de “superar una posible crisis educativa”, el senador Frassa solicita al ministro francés que “designe una misión para evaluar la aplicación de todos los acuerdos”. Pide, además, “conocer las instrucciones que el Ministerio de Europa y Asuntos Exteriores [de Francia] ha dado a las representaciones diplomáticas y consulares para sensibilizar al gobierno federal español y al gobierno andaluz sobre esta situación alarmante”.

Atender a una “llamada de auxilio”

Semanas antes de que el senador Frassa registrara su pregunta en el Journal Officiel, el ministerio de Europa y Asuntos Exteriores recibió otra notificación en términos similares. En aquella ocasión, el remitente era Benjamin Boutin, presidente de honor de la asociación Francophonie Sans Frontières y profesor asociado en la Universidad Lyon III. También este académico francés se hacía eco de la “llamada de auxilio” de la plataforma CELE, “a raíz del revés sufrido por la enseñanza de una segunda lengua extranjera en la educación pública de Andalucía”, según se puede leer en su carta.

“Lejos de ser accesoria, la diversidad lingüística, cultural y conceptual es un imperativo democrático”, escribía de su lado Boutin, esgrimiendo que “si no se potencia el plurilingüismo desde la más tierna infancia en la educación pública, las posibilidades de construir una sociedad europea plurilingüe capaz de comprenderse y de cooperar se verán comprometidas”. En declaraciones a este medio, el presidente honorario de Francophonie Sans Frontières afirma sentirse preocupado por el hecho de que el enfoque plurilingüe en Andalucía quede reducido al aprendizaje de la lengua materna y de una primera lengua extranjera (generalmente el inglés).

De ahí que animara en su carta al ministro francés “a tratar este tema con su homólogo español y con la Junta de Andalucía”, así como a “apoyar” a los docentes de francés y a abordar el “desafío del plurilingüismo en el seno de la Unión Europea”. Todo ello en un año “clave” para el país galo y para el conjunto de los 27, pues en junio están previstas las elecciones europeas y en octubre, Francia acogerá la Cumbre de la Francofonía.

Plurilingüismo no es bilingüismo

De vuelta a Andalucía, las directrices marcadas por la Unión Europea fueron recogidas hace unos años en el Plan Estratégico de Desarrollo de las Lenguas en Andalucía Horizonte 2020. Este plan se marcaba “alcanzar el objetivo establecido por la UE” de que, al menos, “el 75% de la población menor de 15 años estudie dos lenguas extranjeras”, como reza el documento aprobado por el Gobierno andaluz un año antes de que tomara posesión el Ejecutivo de Moreno Bonilla. Entonces se planteaba la “implantación gradual de la oferta de una segunda lengua extranjera obligatoria en la educación primaria”, con voluntad de “prolongarlo” hasta la Educación Secundaria Obligatoria.

Sin embargo, la estructura curricular promovida por la Consejería de Desarrollo Educativo de Patricia Del Pozo ha priorizado “reforzar” la enseñanza del primer idioma (que suele ser el inglés), otorgándole mayor carga lectiva junto a la Lengua Española y a las Matemáticas. Fuentes de esta institución defienden que tal incremento de horas responde a la apuesta de la Junta por reforzar las materias que consideran fundamentales.

Pero “eso no es plurilingüismo”, como afirma Javier de Cos Ruiz, quien ha sido Director General de Política Lingüística de la Universidad de Cádiz, para recordar que la competencia plurilingüe es “la opción que tiene un hablante de poder entenderse en más de dos idiomas, además de su lengua materna”. “Hoy en día el inglés ya no es un valor añadido”, argumenta a este respecto De Cos, remarcando que “la riqueza de la persona en el sentido de la cultura lingüística está en añadir una segunda lengua extranjera”.

La plataforma CELE critica en este sentido que la Junta de Andalucía “manipule” el término plurilingüismo en un intento de camuflarlo con la promoción de la enseñanza bilingüe que lleva a gala el departamento de Patricia del Pozo. Según fuentes de Desarrollo Educativo, durante el Gobierno de Moreno los centros bilingües se han multiplicado hasta contar hoy con un total de 1.626, es decir, 155 centros públicos con modalidad bilingüe más que los que albergaba Andalucía en 2018-2019. Entre ellos, añaden las mismas fuentes, más centros con distintivo LabelFrancEducation (sello para la enseñanza bilingüe francófona).

Un futuro plurilingüe

Con todo, Óscar Marchante, miembro de la plataforma CELE, remarca que la “situación alarmante” de la que advierte el senador francés se podría evitar si el Ministerio de Educación del Gobierno central blindara la segunda lengua extranjera en el marco normativo estatal. Se refiere a que la LOMLOE se limita a garantizar que la enseñanza del segundo idioma se oferte entre las optativas, dejando en manos de las comunidades autónomas implantar o no su obligatoriedad. 

De hecho, esta cuestión se planteó hace un año en el Congreso de los Diputados de la mano del grupo confederal de Unidas Podemos. En marzo de 2023, tres diputados registraron una serie de preguntas a la mesa del Congreso, alertando de que “el estudio de la lengua francesa o de otra lengua europea distinta al inglés no se está garantizando en el sistema educativo español y depende de los programas educativos de los gobiernos autonómicos”. Concretamente, se referían al caso andaluz, señalando que la segunda lengua extranjera –“la materia que asegura una educación plurilingüe en el sistema educativo”– está siendo “maltratada” en Andalucía.

En definitiva, desde Unidas Podemos señalaban que “en nuestro país, la continuidad en la enseñanza de las lenguas extranjeras no queda garantizada como si ocurre en la educación privada, donde se aprenden dos e incluso tres lenguas extranjeras desde edades muy tempranas, como indican las leyes educativas y España se ha comprometido a cumplir en varias ocasiones”. Y concluían el escrito interrogando al Gobierno sobre si pensaba que España estaba cumpliendo con las leyes y normativas suscritas en materia de plurilingüismo, “especialmente en Andalucía”, y si pensaba “tomar medidas, en el marco de sus competencias, ante los planes de la Junta de Andalucía respecto a la progresiva eliminación de la enseñanza de segunda lengua extranjera en la comunidad”.

Por esta razón, las instituciones francesas que han mostrado preocupación por el futuro del plurilingüismo en la educación pública andaluza insisten en que se revisen los acuerdos europeos. “El futuro de la Unión Europea no es unilingüe en inglés”, sino que radica en “el respeto y la valorización de nuestra diversidad lingüística y cultural”, como remarca Boutin en un llamamiento por “construir una Europa orgullosa de su riqueza lingüística y cultural”.

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