El PP andaluz pasa a lo ofensiva contra Cs y lanza un vídeo animado acusándole de “cómplice” del PSOE
“¿Eres capaz de encontrar las cero diferencias? En Andalucía, Ciudadanos ha sido lo mismo que Susana estos cuatro años”. Así arranca el vídeo de la campaña que el PP andaluz difunde en las redes sociales desde este martes para atacar a la formación de Albert Rivera. Los naranjas disputan la hegemonía del voto conservador a los populares en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre. Pero a la vez, representan una oportunidad aritmética para unir fuerzas en la derecha y derrocar al Gobierno de Susana Díaz después de 36 años de poder socialista.
Esta dualidad coloca al principal partido de la oposición en una situación compleja: su verdadero rival en estas elecciones es también la otra mitad que necesita para aspirar a gobernar en Andalucía. El presidente y candidato del PP andaluz a la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno, no oculta que su principal esperanza en estos comicios es sumar con Ciudadanos los 55 escaños necesarios para la mayoría absoluta. Las encuestas vaticinan que los naranjas experimentarán el mayor crecimiento en votos el 2 de diciembre, y la mayoría de esas papeletas saldrá del electorado popular. El PP se ve obligado a hacer malabarismos en esta campaña, alternando críticas a Ciudadanos, como la que recoge el vídeo #NaranjaComplice, pero amortiguando esas críticas para posibilitar un pacto de Gobierno postelectoral.
No hay sondeos, ni publicados ni reservados, que auguren una suma PP-Cs tan elevada como para representar una alternativa de Gobierno a los socialistas. El vídeo de los populares muestra una animación en la que una naranja -símbolo de Ciudadanos- y la rosa de los socialistas se divierten, “votan juntos y gobiernan juntos”. Finalmente se ve cómo bajo la piel de la naranja aparecen los pétalos de la rosa.
Tanto Moreno como el presidente nacional del PP, Pablo Casado, admiten que sus opciones de gobernar en Andalucía pasan por una aritmética optimista que les permita sumar con Ciudadanos. Sin embargo, Casado y Rivera forcejean en la arena política nacional por acaparar el voto conservador, y las elecciones andaluzas representan el primer duelo en las urnas dentro de un largo ciclo electoral, al que luego seguirán las municipales, autonómicas, europeas, catalanas y generales. Casado retó la semana pasada a los naranjas a suscribir ante notario que no pactarían con el PSOE de Díaz tras el 2-D.
El portavoz y candidato de Cs en las andaluzas, Juan Marín, anunció que los votos a su partido “no servirían para investir presidenta a Susana Díaz”, como ocurrió en 2015. Es un mensaje que los naranjas ya lanzaron hace tres años y medio, y que el propio Rivera anunció para negar su apoyo a la investidura de Mariano Rajoy, en 2016, pero finalmente Ciudadanos se desdijo, en el Congreso y en el Parlamento andaluz. Esta vez, Rivera ha querido subir la apuesta y se ha comprometido personalmente a no respaldar la investidura de Díaz ni a facilitar un Gobierno socialista en Andalucía. Marín dejó claro que antes que volver a colaborar con los socialistas, están dispuestos a permitir que se repitan las elecciones.