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Del prostíbulo al Parlamento: el dueño de un club de alterne 'cierra' la campaña electoral del 10N en Andalucía

El dueño del prostíbulo donde se habría usado dinero de la Faffe, el primero en contestar preguntas en la comisión

Daniel Cela

La campaña electoral del PP en las andaluzas empezó con el candidato y hoy presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, a las puertas de un prostíbulo de Sevilla, y la campaña de las generales ha terminado hoy con la comparecencia del dueño de aquel prostíbulo en el Parlamento andaluz. José Ruiz García, propietario del Don Angelo, ha entrado este viernes en la Cámara legislativa, convocado por PP, Ciudadanos y Vox, para sentarse en la silla que 24 horas antes ocupó el que fuera presidente de la Junta durante 19 años, Manuel Chaves.

Esa silla ha estado cargada de electricidad política las últimas 48 horas de campaña electoral. Es el lugar de los comparecientes a la comisión que investiga las irregularidades en la extinta Fundación Andaluza de Formación y Empleo (Faffe), incluido el uso de fondos públicos en varios prostíbulos andaluces. Un asunto turbio que se investiga en los juzgados y en el Parlamento, y que salpica al anterior Gobierno socialista, al PSOE andaluz y, por ende, a sus candidatos el 10N. 

Ante la comisión fueron convocados los ex presidentes Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz, la ministra en funciones María Jesús Montero, y tres ex consejeros socialistas. Todos se acogieron a su derecho a no declarar (Griñán y Díaz ni siquiera acudieron) y denunciaron el uso electoralista de la comisión. Sus intervenciones han sido convulsas, han estado cargadas de tensión y de reproches entre los grupos de derechas y el PSOE. Este ambiente crispado, “bochornoso”, según todos, contrasta con el exquisito celo con el que sus señorías han tratado este viernes al propietario del prostíbulo. “Esta es su casa, el Parlamento andaluz. Tenga usted por seguro que yo no iré ni contra su actividad mercantil ni contra las personas que trabajan en su local”, le ha dicho la diputada de Ciudadanos Teresa Pardo. 

Antes de entrar en la sala de comisiones, el dueño del club de alterne solicitó al Parlamento que los periodistas no grabasen su entrada y que no se retransmitiese la señal de su comparecencia, para preservar su anonimato. El letrado de la Cámara accedió. Ruiz ha entrado acompañado de su “asesor legal”. Se trata de un hombre de edad avanzada, pelo cano, piel curtida y estatura corta, que ha llegado con rostro serio, chaqueta gris y camisa desabotonada. Su prostíbulo era el Don Angelo. Un edificio neoclásico (hoy en ruinas) donde Moreno convocó a la prensa en la precampaña de las andaluzas del 2 de diciembre para cargar contra el PSOE de Susana Díaz, y adonde hoy regresa el PP para culminar el último día de campaña. “Nosotros ya hemos cerrado la campaña electoral”, bromeó una diputada popular al término de la comparecencia del dueño del club de alterne. 

32.000 euros en club de alterne

El objetivo de la comisión de investigación era aclarar si la Faffe, creada en 2003 y disuelta en 2011, gastó fondos destinados a la formación de parados en otros menesteres, por ejemplo, 12 fiestas en prostíbulos de Sevilla, Córdoba y Cádiz en las que, según el sumario del caso que también se investiga por vía judicial, estuvieron ex altos cargos de la Faffe y de la Junta. Un auto de la Guardia Civil acredita que se gastaron 32.000 euros con cargo a las tarjetas de crédito de estas personas. 

PP, Ciudadanos y Vox, socios en el Gobierno andaluz, querían preguntarle al dueño de uno de esos prostíbulos qué recuerda de aquellos días, entre 2004 y 2010, cuando tuvieron lugar las fiestas con los altos cargos de la Junta. Sobre todo, si recordaba las caras y los nombres de los socialistas que estuvieron en su local. El PSOE evitó preguntarle nada a Ruiz, pero su portavoz, Rodrigo Sánchez Haro, sí aprovechó su turno para expresar su “repulsa a la prostitución y la explotación sexual de las mujeres, que es una forma de esclavitud contemporánea”. El otrora proxeneta le escuchó en silencio y no respondió palabra alguna.

Los tres grupos de derechas y Adelante Andalucía (Podemos-IU= agradecieron efusivamente a Ruiz que colaborase con la comisión. PP y Cs pusieron de ejemplo su actitud frente a la “huida” de los ex presidentes andaluces. El portavoz de la coalición de izquierdas, Nacho Molina, le dijo: “Espero que se siente cómodo entre nosotros”. Sin embargo, las respuestas del dueño del prostíbulo aportaron pocos datos nuevos a lo ya conocido en el sumario de la causa. Ruiz era el propietario y “no regentaba el club”, que estaba gestionado por dos encargadas. Los primeros hechos que se denuncian públicamente, recogidos en el atestado de la Guardia Civil, ocurrieron en una fiesta en Don Angelo que tuvo lugar el 22 de marzo de 2010. Ese día, Fernando Villén, ex director de la Faffe y ex miembro de la ejecutiva del PSOE andaluz, usó en este local una MasterCard asociada a la empresa pública. Desde esa tarjeta de crédito se realizaron 15 pagos sucesivos en menos de seis horas por valor de 14.737 euros.

El dinero no se llegó a cargar en la tarjeta, porque al día siguiente de la fiesta alguien regresó al prostíbulo y abonó la factura en efectivo. Ruiz explicó en el Parlamento que quien cobró ese dinero fue una de sus encargadas, una chica cubana llamada Juana M. “que conocía a Villén” y que recibió el dinero en un sobre de manos de su chófer. En la versión que dio ante la Guardia Civil fue el propio dueño quien gestionó el ingreso. Ruiz ha admitido que ese gasto de casi 15.000 euros en seis horas entraba “dentro de lo normal” en su establecimiento.

“¿Cuánto cuesta un servicio?”

El principal objetivo de PP y Ciudadanos era conocer detalles sobre aquella fiesta en la que estuvo Villén. Pero lo primero que respondió el dueño del prostíbulo es que no conocía a Villén. Se lo preguntaron varias veces todos los grupos siempre con el mismo resultado. “No lo conozco. Lo he visto por la tele y en el ABC, pero no lo conozco. No lo he visto en mi local”, dijo. Tampoco supo dar respuesta a ninguna de las preguntas que le hizo la diputada de Ciudadano, por ejemplo, cuánto cuesta “un servicio” en su local; “cuánto cuesta un cubata”, “cuánto cuesta una botella en un reservado”, “cuántas personas había en la fiesta” y “si algún cargo público acompañó a Villén” en el prostíbulo. Ruiz respondió “no lo sé” a todo, lo dijo varias veces, porque Pardo le hizo las mismas preguntas varias veces. “No le voy a pedir nombres, pero puede decirme si algún cargo público acompañó a Villén”, inquirió. “Ya le he dicho que yo no conocía a ese señor”, respondió el declarante.

La diputada de Vox, Ángela Mulas, preguntó a Ruiz directamente si en su local se prestaban servicios sexuales. El dueño de Don Angelo respondió que no, que su establecimiento era “un bar de copas”. “¿Un bar de copas que cobra 15.000 euros en seis horas?”, le preguntaron. “Hay discotecas con reservado arriba que cobran más”, dijo. Mulas quiso saber si en su establecimiento se consumían drogas y en este momento el compareciente se mostró incómodo, dubitativo, esquivo, con aparentes problemas de oído. “No lo sé”. “No sé qué me está preguntando”. “Esa pregunta no se la voy a contestar”. Mulas le advirtió de que no podía mentir en comisión y el presidente de la comisión, Enrique Moreno, le recordó que podía incurrir en un delito de desobediencia. ¿Su local era frecuentado por funcionarios de la Junta de Andalucía? “No”. ¿Y por políticos? “Tampoco”. Finalmente, Mulas ha preguntado a Ruiz si sabía por qué su local estaba envuelto en la investigación del caso Faffe. “Le ha tocado a mi negocio, porque por lo visto este señor frecuentaba más club”, dijo.

Ausencia del PSOE

El PSOE se ha visto en el disparadero de esta comisión y se ha defendido con una estrategia de distracción consistente en eludir recoger las citaciones para comparecer o comparecer pero sin declarar nada ni escuchar las preguntas de los grupos. De los ex presidentes andaluces citados un día antes, sólo acudió al Parlamento andaluz Chaves, para acogerse a su derecho a no declarar. Griñán y Díaz no se personaron ante la comisión alegando que no habían recibido la citación de forma fehaciente.

Los ex consejeros Javier Carnero, José Sánchez Maldonado y Antonio Ramírez de Arellano han acudido este viernes, pero todos han seguido el mismo patrón que un día antes siguió Chaves: acogerse a su derecho al silencio, negarse a permanecer en la sala mientras los grupos preguntan y marcharse tras denunciar ostensiblemente el uso electoralista de esta comisión de investigación. La frustración de las derechas ha sido palpable. El PP ha anunciado que pedirá la reprobación de los consejeros. Vox ha presentado una denuncia en los juzgados contra Chaves, por un supuesto delito de desobediencia.

La actitud del ex presidente Chaves ante la comisión está, en teoría, amparada por un informe de los letrados de la Cámara, de 2016, que concluyó que el plantón del ex delegado de Empleo en Sevilla, Antonio Rivas, ante la comisión de investigación del caso ERE entraba dentro de la “descortesía” hacia el Parlamento, “pero no es un motivo penal”. Los comparecientes no tienen la obligación de responder a las preguntas y ese derecho al silencio se extiende a no tener que oír la relación ni la textualidad de las preguntas de los grupos.

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