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El efecto político del impuesto de sucesiones y donaciones en cinco claves

El PP consigue más de 700 firmas en Lepe contra el impuesto de sucesiones de la Junta

Olga Granado

El PSOE-A ha defendido siempre la justicia del impuesto de sucesiones y donaciones en Andalucía como elemento de redistribución de la riqueza, insistiendo tanto en el mensaje de que menos del 5% de las familias que heredan deben pagarlo en estos momentos y rechazando todas las propuestas de la derecha para cambiarlo. Recientemente admitió que había que modificarlo para corregir el error de salto y otros aspectos que podrían ser cuestionables en el tributo, al tiempo que su socio de investidura, C's, le pedía una modificación más rotunda. El anuncio de los cambios ha llegado en plena campaña de las elecciones generales.

Estaba previsto que se cambiara, porque se incluía en el pacto de investidura de Susana Díaz con el voto de C's hace justo un año, porque se creó para ello un grupo de trabajo en el Parlamento de Andalucía entre las dos formaciones cuyo plazo se cumplía en unos días y porque los de Albert Rivera lo ratificaron como condición para su imprescindible respaldo a los presupuestos autonómicos de 2016. Pero tanto para el PSOE-A como para C's ha sido fundamental escenificar la decisión, con polémica lectura tanto por derecha como por izquierda, a 10 días de los comicios, y en esto la presidenta ha disparado a cinco pájaros de un tiro:

Darle una lectura de izquierdas

Es un impuesto con bastante carga ideológica porque no es sobre las rentas del trabajo, sino sobre lo que uno recibe en herencia, sin que dependa de méritos propios. De hecho, ha sido gracias a Podemos e IU que el PSOE-A ha conseguido frenar en lo que va de legislatura las tres proposiciones de ley que ha presentado el PP-A para reducir este tributo, en las que ha obligado a C's a retratarse con su voto a favor. No hay que olvidar que a inicios de la legislatura la primera proposición de ley que elevó el PP-A para ello fue incluso paralizada por la Mesa de la Cámara por el PSOE-A y C's.

Tras conocerse este viernes el pacto entre las dos formaciones, la diputada de IU Elena Cortés criticaba el empeño de Susana Díaz “en esta carrera con el PP-A para bajar los impuestos”. Sin embargo, la líder del PSOE-A en esta ocasión, y también forzada por el pacto, se ha esforzado en darle una lectura diferente a lo que se ha acordado con C's.

En este sentido, Susana Díaz ha incidido en que la rebaja supondrá dar “oxígeno a los trabajadores y clases medias”, enfatizando especialmente en que el 99% de las explotaciones agrarias en Andalucía quedarán exentas y también incidiendo en el hecho de que se ha contenido el mínimo exento en 250.000 euros cuando C's pedía subirlo hasta los 350.000. Es decir, la presidenta insiste en que “los ricos seguirán pagando” y centra su discurso en la eliminación de “un error de salto” que los socialistas entendían como “injusto”.

Retrasarlo a 2017

Una de las exigencias de C's era que la medida entrara en vigor en 2016, lo que en algún momento ha supuesto incluso que el grupo de trabajo estuviera a punto de romperse, como han reconocido las dos formaciones. En este sentido, la consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús Montero, ha sido la más beligerante con el tema, porque pese a que C's daba por hecho que la rebaja entraría en vigor en 2016, ella insistía en que dependería de la “disponibilidad presupuestaria” ya que va a suponer una tajada en los ingresos.

Finalmente, se ha negociado una transaccional. La parte relativa a las explotaciones agrarias entrará en vigor en 2016, lo que ya estaba anunciado, mientras que la modificación más importante, la que supone subir el mínimo exento de 175.000 a 250.000 euros, tendrá que esperar a 2017. Esto le evita a la Junta de Andalucía el posible descuadre que supondría imponer todo este mismo ejercicio, máxime cuando los presupuestos autonómicos están muy ajustados y ya pasaron por el susto de la exigencia del Gobierno de la Nación de un recorte por incumplimiento del objetivo de déficit.

C's como muro de contención a los populares

Cuando los temores del PSOE-A en Andalucía pasan más por el posible empate o adelantamiento del PP-A en las elecciones generales -por primera vez tras un ciclo completo de victoria socialista en los comicios- que por un hipotético sorpasso de Unidos Podemos, es vital para ellos contener a los populares. Y son los de C's los que les pueden robar más votos.

Por eso el PSOE-A ha permitido que el líder de C's, Juan Marín, se apuntara el tanto siendo el primero que anunciaba el pacto cuando estaba de campaña en Jaén. Una provincia en la que precisamente el último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) daba un diputado a Unidos Podemos y ninguno a C's, cuando el pasado 20D fue la única circunscripción de Andalucía en la que el bipartidismo siguió llevándose todos los escaños.

Poco después de que lo contara Juan Marín, lo corroboraba la propia Susana Díaz, a su vez de campaña en Cádiz, provincia en la que Unidos Podemos sueña con dar la sorpresa y ser la más votada. Para la líder del PSOE-A, es rentable dejar que C's se crezca frente a los populares en este tema.

Neutralizar uno de sus caballos de batalla del PP-A

Para el PP-A de Juan Manuel Moreno pero históricamente para esta formación, la reivindicación en materia fiscal ha sido uno de sus caballos de batalla. Constantemente han llevado proposiciones de ley en la materia a los plenos del Parlamento de Andalucía. Sólo en el caso del impuesto de sucesiones y donaciones lo han hecho tres veces en lo que va de legislatura: dos vía proposición de ley y una tercera en las enmiendas a los presupuestos autonómicos de 2016. De hecho, este impuesto en particular ha sido protagonista de las últimas recogidas de firmas del PP-A.

Si el PSOE-A ha conseguido frenar estas propuestas, ha sido gracias a que Podemos e IU han votado siempre en contra. La última hace apenas 10 días, lo que de hecho no ha dejado de ser observado este viernes, cuando se ha conocido el anuncio por parte del resto de la oposición.

Este tributo ha supuesto, de hecho, una disputa permanente entre el PP-A y C's para ver quién lo había pedido antes. C's, por un lado, acusando a los populares de no haber conseguido ningún cambio en materia fiscal en más de 30 años, y éstos a su vez echándoles en cara a los ciudadanos su escasa ambición en las negociaciones con el PSOE-A. Pero C's ha tenido una ventaja con respecto al PP-A todos estos años: la llave del gobierno.

Por eso, por mucho que el PP-A haya recogido más de 300.000 firmas contra el tributo -presentadas a la prensa en sus correspondientes cajas como reflejo de su compromiso contra este “clamor” de la ciudadanía- lo que queda es que su demanda de que todavía se reduzca aún más el impuesto ya no es tan importante, porque son muchos los ciudadanos que habrán ganado el día de mañana con la solución intermedia ya pactada entre el PSOE-A y C's.

Completar el círculo en materia fiscal

La presidenta prometió tres cuestiones claves en materia fiscal en su investidura: reducir el tramo autonómico del IRPF, devolver el impuesto sobre hidrocarburos a los transportistas y replantear el impuesto de sucesiones y donaciones. Todas ellas medidas que aparecían en los programas electorales del PP-A y de C's aunque de forma más contundente, como de hecho ha reivindicado el propio Juan Manuel Moreno.

En el primero, lo ha hecho también por exigencia de C's y pese a que los de Albert Rivera querían que se redujera en tres puntos, han aceptado para 2016 que se haya hecho en dos y ya cuando toque negociar de nuevo las cuentas apretarán a los socialistas. Esta reducción del IRPF se ha vendido como una respuesta a las clases medias porque se aplica hasta los 60.000 euros, y sin entrar a fondo de otras cuestiones criticadas por IU y Podemos como que por ejemplo una persona que tenga esos ingresos por ejercicio se va a beneficiar igual que quien no supere los 20.000 porque se ha hecho de manera lineal.

El de los hidrocarburos fue anunciado por Susana Díaz en una sesión de control, también para su entrada en vigor en 2016, como un guiño a los autónomos, objeto de deseo de todos los partidos en la campaña, como se está viendo estos días.

Y ha llegado finalmente el cambio para el impuesto de sucesiones y donaciones, sin duda la modificación más complicada de defender para el PSOE-A sin dar la imagen de que lo hace por imposición de sus socios de derecha en un momento en el que su apoyo se le antoja imprescindible por su incapacidad para tender puentes con Podemos. Y mientras, a los populares sólo les queda decir que es “insuficiente”.

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