Aragón aumenta su volumen de negocio mientras pierde empresas
Aragón pincha en atracción de empresas tras años de superávit. La comunidad cerró 2016 con un saldo negativo en traslado de domicilios sociales por primera vez en cinco años, según los datos del Radar Empresarial de Axesor, la primera agencia española de ráting y monitorización societaria.
Pese al saldo cuantitativo negativo, estos trasiegos, que resultan clave para determinar el reparto de algunos tributos, caso del IVA, han resultado positivos para Aragón en lo que se refiere al volumen de negocio: la facturación anual de las 272 empresas acogidas en los dos últimos ejercicios supera en 1.684 millones de euros la de las 284 que salieron de la comunidad.
A esa tendencia, en la que el grueso de la cifra –casi 1.600 millones- vino de Navarra, se le añade el anuncio, hace unos días, de la implantación en Épila de una factoría del grupo catalán Bon Àrea que creará alrededor de 4.000 puestos de trabajo.
La atracción de Catalunya y Madrid
Un total de 1.216 sociedades trasladaron su domicilio social desde Aragón a otras comunidades entre 2008 y 2016, periodo en el que recorrieron el camino inverso 1.267 para dejar un saldo favorable de 51.
Ese balance positivo para la comunidad responde a varios motivos entre los que destacan dos: la salida de empresas desde Catalunya a territorios cercanos desde el inicio de la crisis y la pérdida de poder de atracción durante los años de mayor dureza de esta por parte de dos comunidades a las que tradicionalmente migraban las empresas aragonesas, como son Navarra y Euskadi. La migración hacia estas dos últimas vuelve a enfriarse tras unos años de ascenso, aunque el balance desde 2008 sigue siendo positivo para ambas: por 22 en el caso de Navarra –fueron allí 74 mientras llegaban 52- y por solo seis -51 por 45- para Euskadi.
En el cambio de tendencia tiene mucho que ver el trasiego con la vecina Catalunya, en el que repunta la fuga –récord de 45 el año pasado- mientras la llegada -66- se mantiene por encima de las cinco sociedades mensuales como ocurre desde 2012, con lo que el balance vuelve a situarse en las cifras de ejercicios anteriores a la polémica soberanista. De hecho, la relación con Catalunya resulta clave para el balance favorable: las 512 llegadas de sociedades por solo 325 salidas dejan un saldo de 187 que enjuga las pérdidas generales.
La desventaja se va intensificando en relación con Madrid, comunidad que destaca por su atractivo para las fortunas y las empresas patrimoniales por su baja presión tributaria y a la que el año pasado se mudaron la mitad de las sociedades -82 de 169- para voltear de 41 a favor a la misma cifra en contra el balance global desde 2008.
Años buenos y años malos
En el caso de Valencia, el saldo negativo de 12 con 127 llegadas por 139 salidas en ese periodo va recortándose, mientras que las cuentas salen equilibradas con Andalucía como con ambas castillas.
La serie global registra tres anotaciones negativas. Se trata del saldo de 2011, cuando se fueron 144 y solo llegaron 98; el de 2016, cuando los registros respectivos fueron de 169 y 127, y, también, el de 2008. El año de la Expo, cuando Aragón intentaba venderse como tierra de oportunidades con la muestra del agua y aquel histórico fiasco conocido como Gran Scala, dejaron la comunidad nueve empresas más de las que se acercaron a ella -148 por 137-.
Los balances positivos, no obstante, tienden a la baja desde el récord de 2012, cuando se produjeron 175 llegadas por solo 114 salidas. Ese avance de 61 se había reducido a la tercera parte en solo tres años.